La primera granja de pulpos está cerca de ser una realidad en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria. La multinacional española Nueva Pescanova adquirió los derechos de la patente al Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) para desarrollar el cultivo larvario del pulpo. El principal escollo que había tenido hasta ahora la explotación en cautividad de este molusco.
La empresa –especializada en la pesca, cultivo, elaboración y comercialización de productos del mar– anunció hace un par de años que en el verano 2023 abriría la primera granja de pulpos. La noticia causó revuelo y resistencia entre los grupos ecologistas. Desde entonces no han cesado en advertir las calamidades y crueldades que suponen para esos moluscos (Octopus Vulgaris) ese procedimiento de reproducción. Ahora, dada la proximidad de la fecha de apertura, redoblan sus críticas y emplazan a las autoridades a que frenen las operaciones de la granja.
Compassion in World Farming (CIWF), WWF, Greenpeace y Ecologistas en Acción lideran el rechazo. En mayo de 2022 pidieron al Gobierno de Canarias que desechara la propuesta, pero sin resultados. La empresa ha seguido adelante. Afirma que “la acuicultura –cría de animales acuáticos para la alimentación– es la solución para asegurar un rendimiento sostenible” y “repoblar la especie de pulpo en el futuro”.
Al presentar el proyecto, Nueva Pescanova solicitó la financiación del Fondo Europeo de Recuperación. No obstante, las entidades ecologistas defienden la incompatibilidad de la idea con las políticas verdes de la Unión Europea.
La controvertida granja de pulpo
Cada año se capturan cerca de 350.000 toneladas de este molusco en el mundo, y la demanda no ha hecho más que crecer. Entre 2010 y 2019, el valor del comercio mundial de pulpo se disparó a 2.720 millones de dólares desde 1.300 millones de dólares, según la FAO. Mientras que los desembarcos sólo aumentaron un 9%, hasta las 380.000 toneladas. Su consumo se ha disparado en Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y numerosos países de Europa, por lo que actualmente la población salvaje no llega para satisfacer la demanda, lo que se ha traducido en una sobreexplotación de los caladeros.
Los pulpos, graciosos e inteligentes, están considerados como un tesoro gastronómico y constituyen un producto bandera para el sector pesquero español. El consumo anual medio en España ronda las 30.000 toneladas. Aunque solo el 20% corresponde a capturas nacionales, según el último informe (2020) del Observatorio Europeo del Mercado de Productos de Pesca y Acuicultura. El resto, se importa de otros países, en especial, Marruecos y Mauritania.
A su vez, España es uno de los principales exportadores de pulpo. Un estudio publicado en la revista Scientific Reports, que analiza la importancia del comercio de cefalópodos, destaca que España –en especial, Galicia– es líder mundial, junto a China y Japón.
Los pulpos son muy sensibles
La situación de desequilibrio entre demanda y oferta ha alentado a muchos a experimentar con la acuicultura. Después de varias décadas de investigación recientemente se pudo cerrar con éxito el ciclo reproductivo de los cefalópodos en cautividad. Nueva Pescanova se ha adelantado a competidoras de México y Japón en el perfeccionamiento de las condiciones necesarias para la cría a escala industrial. Su meta es producir 3.000 toneladas de pulpo en cautividad al año en 2026 para suplir las cadenas alimentarias nacionales e internacionales y crear puestos de trabajo en la isla de Gran Canaria.
Grupos ecologistas apuran el paso para cerrar la apertura de la granja de pulpo de Gran Canaria. Aseguran que el proyecto es “cruel e insostenible”. Investigadores de la London School of Economics determinaron que la explotación con alto grado de bienestar sería imposible. Más de 300 estudios científicos han determinado que los pulpos son seres sensibles, capaces de experimentar angustia y felicidad.
“Los pulpos son extremadamente inteligentes y extremadamente curiosos. En condiciones de cautividad no son felices”, dijo Raúl García, que dirige las operaciones pesqueras de la organización ecologista WWF en España.
Cualquier operación de cría que aspire a una alta calidad de vida replanteando su hábitat natural –solitario en el fondo del mar– sería demasiado costosa para ser rentable.
Agresión y canibalismo
Greenpeace manifestó que “la acuicultura no es la solución a la sobrepesca ni al hambre en el mundo”. Y mucho menos con granjas de pulpo, que son moluscos carnívoros y necesitan ser alimentados con grandes cantidades de proteína animal, incluidos pescados y crustáceos. Se necesita un total de tres kilos de proteína animal para alimentar cada kilo de pulpos. Una práctica completamente insostenible. Su alimentación ocasionaría una situación de sobrepesca aún mayor en los océanos del mundo. Estamos vendiendo los zapatos para comprar betún.
La ciencia también ha demostrado que la reproducción en cautiverio es lenta y muy dolorosa para el pulpo. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria desaconseja su uso en algunas especies de marinas. La multinacional española niega que que los pulpos vayan a sufrir.
Los pulpos son solitarios por naturaleza. Juntarlos en un espacio reducido podría provocar episodios de agresión por territorialismo e incluso canibalismo. Greenpeace también resaltó que, al no haberse criado nunca comercialmente, no existe una legislación para proteger su bienestar en las granjas. Y tampoco existe un método de sacrificio humanitario aprobado científicamente.
Concentración en Madrid contra la crueldad a los pulpos
AnimaNaturalis, Acción Océanos, Raíces & Brotes del Instituto Jane Goodall, Ecologistas en Acción y Greenpeace convocan una gran protesta frente al Congreso de los Diputados, el domingo 3 de septiembre a las 12 horas, contra la granja de pulpos que Nueva Pescanova proyecta construir en Gran Canaria.
La comunidad científica, ecologistas y defensores del bienestar animal han informado a las autoridades sobre las nefastas consecuencias que tendría la granja de pulpos de Nueva Pescanova -la primera en el mundo en criar pulpos desde larva-, pero la respuesta ha sido silenció y total inacción.
Cristina Ibáñez, coordinadora de AnimaNaturalis, manifestó criar pulpos en una granja de las características del proyecto de Nueva Pescanova es cruel, atenta contra toda concepción de bienestar animal, agrava los problemas ambientales y hasta poner en peligro la calidad de vida de las personas.
La comunidad científica internacional ha levantado la alarma acerca de la granja de pulpos proyectada en Gran Canaria, porque podría tener consecuencias nefastas para el medio ambiente, la salud y el bienestar animal. A nadie le sorprende que haya grandes intereses económicos que primen las ganancias al bienestar de la naturaleza y que se escuden en la supuesta creación de plazas de trabajo. «No podía ser diferente. Somos parte de una gran iniciativa internacional para denunciar los abusos que se cometerían en esta explotación de pulpos en cautiverio», agregó Ibáñez.
Muerte lenta y estresante
La Dra. Jane Goodall apuntó que los pulpos son asombrosamente inteligentes, capaces de resolver problemas complejos, a veces utilizando herramientas. «Me sentí profundamente angustiada cuando me enteré de que la multinacional española planea encerrar a estas criaturas sensibles y fascinantes en granjas acuícolas que no podrán ofrecer las condiciones que los pulpos necesitan y merecen. Inevitablemente causarán un nivel de sufrimiento inaceptable», alertó.
Las intensas condiciones de la granja aumentan la exposición de los pulpos a patologías y abren la posibilidad de transmisión a los humanos. Estudios anteriores han descubierto que los pulpos pueden padecer hasta 20 patologías diferentes, entre ellas el vibrio cholerae, causante de la enfermedad del cólera en los humanos.
La empresa española planea matarlos con hielo, colocándolos en recipientes de agua a -3°C, a pesar de que existen estudios que han demostrado que este método de sacrificio que utiliza lodo de hielo provoca una muerte lenta y estresante en la fauna marina. Los científicos de la LSE que publicaron el informe La cría industrial de pulpos: una receta para el desastre (2021), afirman «que la cría de pulpos de alto bienestar es imposible y es probable que las necesidades de bienestar de estas criaturas no se satisfagan adecuadamente en las granjas y que sufran inmensamente».
Los pulpos no tienen esqueletos internos o externos que los protejan, y su piel es muy frágil y se daña fácilmente. En el entorno de una granja, los pulpos pueden resultar heridos, sea por el contacto físico de un manipulador o por interacciones agresivas con otros pulpos. Su tipo de movimiento -si están confinados en espacios pequeños- podría lesionarlos al chocar contra las paredes de los tanques. Existe un alto riesgo de dolor y sufrimiento por las lesiones que se produzcan.
Censura contra la protesta
El departamento de autocontrol de la empresa de publicidad callejera Oblicua negó a AnimaNaturalis y Eurogroup for Animals la posibilidad de contratar anuncios para una campaña de información acerca de las consecuencias de la granja de pulpos en Gran Canaria.
La campaña de publicidad censurada por Oblicua se centraba en mencionar los aspectos más dudosos y conflictivos de la granja de pulpos de Nueva Pescanova como el deterioro medioambiental, el riesgo de enfermedades y la carencia de normativa de bienestar animal específica para cultivo de cefalópodos.