Por Pilar R. Veiga | Efe
2/11/2015
La petición de una madre al Ministerio de Educación, a través de la plataforma ciudadana change.org, para que se racionalicen los deberes en el sistema educativo ha vuelto a reabrir un debate sobre el que los expertos se deslizan entre su desaparición o su existencia de una forma racional.
«Un exceso de deberes supone una gran frustración para un niño que quiere concluir el trabajo asignado y ve cómo éste le sobrepasa y el cansancio no le permite seguir estudiando. El rendimiento de los niños empeora si a la jornada escolar se añade un exceso de tiempo para los deberes«, sostiene Eva Bailén, la madre que ha recogido hasta el momento alrededor de 155.000 firmas a favor de su solicitud.
La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) va más allá y apuesta por «la desaparición de los deberes» porque «lo escolar debe quedar resuelto en la escuela». Lo afirma a Efe José Luis Pazos, portavoz de esta Confederación, quien sostiene que a los chavales hay que motivarles en clase para que fuera tengan una «búsqueda voluntaria» de actividades sobre lo que han trabajado. Apunta a que si lo más importante en el aula es interiorizar los contenidos, el hecho de que todo ello se traslade a casa con el apoyo de los padres hace que se llegue a «cuestionar el papel de los docentes». Cree que con el actual sistema «solo vaya a salir adelante el tipo de alumno que tenga padres que puedan ayudarle».
En cambio, la Confederación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos y Padres de Familia (Concapa) defiende los deberes, aunque deben establecerse «de forma racional y coordinada entre los profesores» para no mandar a la vez de todas las asignaturas. El presidente de la Concapa, Luis Carbonel, cree que se «está exagerando» porque las tareas son «fundamentales para asimilar el contenido de las clases». Carbonel niega, como se afirma en el vídeo que acompaña a la petición de Bailén, que los menores tengan jornadas de casi 14 horas, ya que la mayoría de institutos no tienen jornada partida.
Desde los docentes, el presidente de la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE), Nicolás Fernández Guisado, defiende la existencia de los deberes «pero con moderación, proporción y adecuados a cada nivel».
«Son positivos porque refuerzan el aprendizaje, constituyen elementos de responsabilidad, disciplina y crean hábitos de estudio», subraya Fernández, que contabiliza en 1 hora el tiempo de tareas para Primaria y en 2 horas para Secundaria. Asimismo, el presidente de ANPE denuncia «el abuso» en muchas ocasiones de las actividades extraescolares que «cargan» al alumno con judo, guitarra, inglés o fútbol. ANPE tampoco quiere que los deberes sean para los padres, quienes solo tienen que ser «colaboradores en el buen uso del tiempo de sus hijos».
Según un estudio de la OCDE, los alumnos españoles de 15 años pasan alrededor de 6 horas a la semana haciendo deberes, lo que les sitúa en el cuarto lugar tras Italia (más de 8 horas), Irlanda y Polonia (ambos con más de 6 horas).
Por contra, los estudiantes de Finlandia y Corea, que obtienen los mejores resultados académicos en las evaluaciones PISA, dedican menos de tres horas a la semana haciendo las tareas del colegio, la mitad que los españoles.
Paloma Muñoz, responsable de Atención al profesor de aulaPlaneta (servicio integral educativo online), reconoce que hablamos de un tema de «controversia» y que para muchos padres supone un «trabajo extra» que llega a «condicionar» la vida familiar. El «escenario ideal» es que el alumno trabaje en clase todo lo que tiene que hacerlo y «puntualmente» en casa repase temas, prepare un examen o haga un trabajo, según esta experta, que recomienda a los alumnos a «participar activamente en clase, estar atentos, preguntar lo que no entiendan, organizarse el tiempo y no hacer los deberes viendo la TV o el móvil».
A los docentes les sugiere que sean guías, no meros transmisores, y les aconseja aprovechar las nuevas tecnologías a la vez que las acompañan de una nueva metodología.