Por: Camilo Rubiano Becerra
Durante los ocho años pasados, se puede decir que hubo una política complaciente con el narcotráfico. El gobierno de Santos y su obsesión con firmar un acuerdo con la guerrilla de las FARC, disminuyó las exigencias en la lucha contra este flagelo, hasta el punto de suspender las fumigaciones aéreas con glifosato.
Esta situación, que se dice fue una exigencia por parte del grupo guerrillero durante las negociaciones en Cuba, fue la causante en gran medida de que los cultivos de coca hubieran pasado de 80.000 hectáreas a cerca de 250.000 hectáreas en el año 2017, cifra a todas luces superior a la del año 2000, donde se puso en marcha el Plan Colombia.
Esta herencia debido a esa complacencia fue la que recibió el 7 de agosto del año pasado el Presidente Iván Duque. Ante esto y desde el día uno empezó a trabajar y a construir una política exigente, seria y que realmente mitigara los daños heredados de la anterior administración.
En estos casi 8 meses de gobierno, los resultados han sido significativamente buenos. Por ejemplo, durante este tiempo se ha llevado a cabo la erradicación manual de cerca de 50.000 hectáreas, siendo esta la tasa más alta de erradicación manual por mes. Asimismo, el Programa de Sustitución de Cultivos, pasó de cubrir al rededor de 50.000 hectáreas para llegar a cerca de 85.000 hectáreas.
De esta manera, las incautaciones han sido altas. En el caso de la marihuana, la incautación pasó de 197 a 250 toneladas y en cocaína fue de 450 toneladas. Adicionalmente, se incautaron 227 toneladas de clorhidrato de cocaína por un valor superior a los 6.000 millones de dólares.
Como consecuencia de la exigencia y compromiso en la lucha contra el narcotráfico, el Presidente Duque aumentó los grupos móviles de erradicación pasando de 23 a 100, lo que significó un aumento presupuestal de cerca de 80.000 millones de pesos. Esto ha permitido la destrucción de 2.923 laboratorios donde se producían estas sustancias.
El compromiso del gobierno, frente a la lucha contra el narcotráfico, también se evidencia en la extradiciones. En este corto periodo ya van 62 y se logró extinguir 8.350 bienes por un valor superior a los 2 billones de dólares. Con estas acciones, se le ha dado un golpe duro a las estructuras de este flagelo.
Sin embargo, la lucha no está finalizada y el gobierno de Duque es consciente de eso. Pero como se lo expresó al Presidente Trump, su meta es la de disminuir los cultivos de coca en por lo menos un 50% durante su período. La grave situación que dejó el expresidente Santos, no se corrige de la noche a la mañana, pero el país y la comunidad internacional puede estar tranquila, debido a que en este gobierno la política antidrogas pasó de la complacencia a la exigencia.
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