El editor de Cambio16, Jorge Neri Bonilla, dialogó en el No Planet B Latino Summit, el mayor encuentro de latinos influyentes que se realiza antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26), con Daniel Servitje Montull, presidente y director general del Grupo Bimbo, una de las empresas más éticas y sostenibles del mundo. Ambos fueron incluidos en la lista 2020 de Los 100 latinos más influyentes comprometidos con la acción climática que elabora la organización ambientalista Sachamama, que se dedica a trabajar para mitigar el cambio climático y comunicar sobre el clima y medio ambiente en las comunidades latinas.
Los 100 seleccionados son personalidades reconocidas y comprometidas en su sector. A través de su trabajo impulsan la concienciación global sobre la emergencia climática y la necesidad de implementar soluciones que nos ayuden a vivir en armonía con el planeta.
El artífice de la expansión de Bimbo habló con Jorge Neri sobre la importancia de actuar desde el sector privado en la lucha contra el cambio climático, así como de las iniciativas de Grupo Bimbo en materia de sostenibilidad ambiental.
Nacido en Ciudad de México, en 1959, Daniel Servitje Montull, considerado por la revista Fortune como uno de los 50 mejores líderes del mundo, es un referente ético en el mundo de la empresa y un líder en sostenibilidad e innovación. En poco más de dos décadas, desde que se hizo cargo de la compañía en 1997, ha logrado situar al Grupo Bimbo como la primera panificadora del mundo. Opera en 22 países y cuenta con 171 plantas de producción. Dirigir este floreciente emporio no le ha impedido conocer de primera mano las necesidades de sus empleados. Es consciente de que un emprendedor responsable debe tener una conciencia local, e impulsar la globalización económica y la dinamización social, cultural y educativa en su entorno más cercano.
La historia de Bimbo se remonta a principios del siglo pasado. En 1904, la familia de su padre –Lorenzo Servitje Sendra–, de origen español, llegó a México procedente de Cataluña y fundó una pequeña empresa. El origen de todo un imperio económico se basó en una idea genial: crear un producto fresco, sin defectos y que pudiera verse en el envoltorio. Una transparencia que nadie había ofrecido y que generó confianza y aceptación entre los consumidores. Nacía el pan Bimbo con unos valores y una calidad sin competencia. Un éxito comercial fruto del talento y la capacidad de innovación.
Esos mismos valores –esfuerzo, sacrificio, capacidad de trabajo y de afrontar retos y desafíos con una sonrisa permanente– los heredó Daniel Servitje Montull de su padre. Convencido desde muy temprano de que se puede ser ético, honrado, virtuoso y, al mismo tiempo, comprometido en la tarea solidaria de devolver a la sociedad lo que ha recibido de ella. Se le considera, en consecuencia, un líder inspirador.
Afirma que si algo ha aprendido es que “la gente puede escuchar tus palabras y convencerse de tus ideas, pero lo que mueve sus corazones es que te vean haciendo las cosas: es el poder del ejemplo”.
Ese sentido distributivo de la justicia conformó muy pronto su carácter y forma de ser. Meticuloso y responsable desde niño, asumió la responsabilidad que le correspondía como heredero de una empresa familiar y se preparó para cumplir. En primer lugar, con sus estudios, en los que obtuvo excelentes calificaciones. Se formó en una escuela militar y se graduó en Administración de Empresas en la Universidad Iberoamericana; cursó un máster en la Universidad de Stanford al tiempo que compaginaba estudios con su trabajo en Bimbo, donde entró con 23 años, y aportó un valor y un espíritu que su padre elogiaba con orgullo. El reflejo de un estilo de vida aprendido en el seno familiar: “Mi papá tuvo una profunda influencia en mí. Nos enseñó a ser centrados, sensibles a la realidad social del país y a buscar la forma de mejorarla”.
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