La Teoría de la Relatividad de Einstein fue un avance científico revolucionario que cambió la física moderna y tuvo un impacto significativo en la filosofía. Desarrollada por el físico Albert Einstein en el siglo XX revolucionó la ciencia al establecer que el tiempo y el espacio no son independientes y que la velocidad de la luz es constante. Esta teoría es la base de numerosos avances científicos y aplicaciones en diversos campos, como la astrofísica y la radioterapia. También da pie a datos muy curiosos.
Sus postulados abrieron la puerta a nuevos enfoque filosóficos y físicos. Publicada 1905, redefinió los conceptos de espacio y tiempo. Einstein demostró que la velocidad de la luz es constante y no depende del movimiento del observador. La teoría destaca que el tiempo y el espacio no son términos independientes, sino que están relacionados. Demostró también que la masa y la energía están relacionadas por su famosa ecuación E=mc^2.
Algunos avances científicos basados en esta teoría incluyen el estudio de la materia oscura. También ha tenido múltiples aplicaciones en los campos vinculados con las partículas, como la radioterapia. Otro campo en el que su aporte es decisivo es en el estudio de ondas gravitacionales. Lo que ha permitido a los científicos comprobar la existencia de objetos cósmicos, como agujeros negros, y obtener información sobre su masa y distancia.
Curiosa relatividad
Einstein anticipó que el tiempo se desacelera a altas velocidades, un fenómeno más notable cerca de un agujero negro, según el astrofísico Chris Lintott. En 1971, los físicos Joseph Hafele y Richard Keating lo demostraron al volar con relojes atómicos extremadamente precisos alrededor del mundo, primero hacia el oeste y luego hacia el este, antes de regresar a Washington DC. Al comparar los relojes con los que se quedaron en el laboratorio, descubrieron que el tiempo había cambiado debido al viaje.
Aunque los efectos de la relatividad son mínimos en nuestra vida diaria, son significativos para los satélites GPS que orbitan a 20.000 km sobre la Tierra. Los relojes en los satélites avanzan más rápido que los de la Tierra y deben ser recalibrados constantemente. De lo contrario, las aplicaciones de navegación como Google Maps tendrían un error de unos 10 km por día.
La teoría de la relatividad de Einstein sugiere que el tiempo no es constante y puede variar dependiendo de la velocidad y la gravedad. Por ejemplo, si viajas a alta velocidad, el tiempo se ralentiza para ti. Este efecto, aunque minúsculo en la vida cotidiana (un vuelo transatlántico de Londres a Nueva York retrasaría tu reloj una diezmillonésima de segundo), es medible. Como demostraron los físicos Hafele y Keating con relojes atómicos. El fenómeno también da lugar a la paradoja de los gemelos. Cuando un gemelo que viaja al espacio a velocidades cercanas a la luz envejecerá más lentamente que su gemelo que permanece en la Tierra. Algo que se demostró con los gemelos astronautas Scott y Mark Kelly. Aunque Scott no viajó a velocidades cercanas a la luz. Según Vlatko Vedral, físico cuántico de la Universidad de Oxford, “Si viajas y vuelves, eres realmente más joven que tu hermano gemelo”.
Agujeros negros y relatividad
También predice que la gravedad afecta el tiempo. Cuando nos alejamos de la Tierra y su atracción gravitatoria, el tiempo se acelera. Esto implica que diferentes partes de nuestro cuerpo, como la cabeza y los pies, envejecen a ritmos ligeramente diferentes debido a su distancia al centro de la Tierra. Debido a la gravedad la cabeza es ligeramente más vieja que los pies.
Los agujeros negros, con su inmensa gravedad, intensifican los efectos de la relatividad. Imagine que se acercas a un agujero negro en una nave espacial. A medida que se acerca, su percepción del tiempo no cambia. Sin embargo, si pudiera observar el universo exterior, vería que los eventos parecen acelerarse. Si observara la Tierra, vería su futuro a un ritmo acelerado.
Ahora, imagine que está observando desde una estación espacial segura mientras alguien se acerca al agujero negro. Vería que su tiempo parece ralentizarse a medida que se acerca al horizonte de sucesos. El punto de no retorno más allá del cual nada puede escapar del agujero negro.
El fenómeno se explora en la película Interstellar, donde los astronautas regresan de un planeta cercano a un agujero negro para encontrar un universo que ha avanzado sin ellos. Si alguien cruzara el horizonte de sucesos, su experiencia del tiempo podría cambiar drásticamente. Incluso al punto de poder moverse hacia adelante y hacia atrás en el tiempo. Sin embargo, nunca podríamos observar esto desde el exterior.
Viajar solo al futuro
Estudiar cómo los agujeros negros alteran el espacio y el tiempo puede ayudar a los físicos a probar las teorías de Einstein y a entender mejor el concepto de tiempo. En la vida diaria, nos movemos libremente en tres dimensiones espaciales, pero siempre avanzamos en el tiempo. Pero dentro de un agujero negro, un astronauta se vería forzado a moverse hacia el centro del agujero negro, lo que lleva a la idea de que podrían moverse en el tiempo.
Un agujero negro podría funcionar como una máquina del tiempo, permitiendo a los intrépidos viajar a tiempos anteriores a su entrada. Aunque no se conoce ninguna forma de salir de un agujero negro, por lo que los viajeros del tiempo del futuro no podrían usar este método para visitarnos.
Según la relatividad, es posible viajar al futuro moviéndose a velocidades cercanas a la luz o pasando tiempo en un campo gravitatorio intenso. Pero viajar al pasado parece mucho más desafiante. Como dice Barak Shoshany, físico teórico de la Universidad Brock, “Podría ser posible o no. Actualmente, nuestro conocimiento y teorías son insuficientes”.
Al pasado es más difícil
La teoría de la relatividad sugiere dos posibilidades teóricas para viajar en el tiempo hacia atrás. La primera es la creación de una curva temporal cerrada, un camino que se repite en el espacio y el tiempo, llevando a quien lo sigue de vuelta al punto de partida. Esta idea, propuesta por Kurt Gödel en 1949, es puramente teórica y no se sabe si es posible en el universo real.
La segunda posibilidad son los agujeros de gusano, que teóricamente podrían permitir atajos en el espacio-tiempo, como si este se doblara. Aunque la existencia de agujeros de gusano es matemáticamente posible, no hay pruebas de su existencia física. Además, si existieran, serían extremadamente inestables y colapsarían rápidamente debido a su intensa gravedad. También serían microscópicos, demasiado pequeños para que una persona o incluso una bacteria pudieran pasar a través de ellos. Por lo tanto, aunque estas ideas son fascinantes, actualmente parecen poco prometedoras para la posibilidad de viajar en el tiempo.
Pese a que la Teoría de la Relatividad se publicó en 1905 y revolucionó la ciencia, no mereció el reconocimiento de los académicos de su época. Era muy adelantado a su momento y no era posible enviarlos en una nave espacial a un agujero negro para viajar al futuro y ver su trascedencia. En el caso de los premios Nobel, para enmendar tamaño error, luego buscaron una excusa para otorgarle el galaradón por algo mucho menos trascendente. Por cierto, tampoco ahora es posible atravesar un agujero negro, ni siquera acercarse. Y los viajes en el tiempo siguen siendo tema de las novelas y películas de ciencia ficción. Los postulados de Eistein siguen ocupando a filosósofos, físicos y matemáticos. Para el resto de las personas son simples datos curiosos de la Teoría de la Relatividad.