Por Cambio16
27/12/2017
De una imponente presencia, las excentricidades y curiosidades de Marlene Dietrich enamoraron al mundo.
Con ellas, forjó con su atrevimiento, femineidad y androginismo al séptimo arte teutón y al Hollywood estruendoso de las primeras décadas.
Y fueron su sello en cincuenta y seis películas en cuatro décadas y más de sesenta participaciones musicales.
Estandarte y ejemplo, sus peculiares atributos físicos y su actitud bien podrían delimitar gráficamente el significado de “Diva”.
Provista asimismo de un intelecto histriónico destacable, es un sello indeleble de los grandes clásicos del cinema noir.
Recordamos la altivez de la gran Marlene Dietrich con diez curiosidades sobre su carrera.
Las curiosidades de Marlene Dietrich
Su nombre:
Con tan solo once años se etiquetó así misma como “Marlene” (Una combinación entre sus dos nombres, Marie Magdalene).
Hizo insistentemente que sus allegados se refieran a ella de ese modo.
Su primer trabajo en su carrera artística fue de violinista ambientando películas mudas.
Prontamente consiguió iniciarse en los escenarios de cabarets de Berlín y en varios roles en el teatro y cinematografía en los inicios de los años 20’s.
La primera «andrógina y ninfómana»
Antes de la Alemania nacionalsocialista la capital Berlín era notable por su impudicia carnal y atrayente.
En ese entorno, Marlene desarrolló una carrera de vedette, cantante y intérprete travestido (Dominaba el violín y el acordeón).
Eso que definiría ulteriormente su vestimenta y la llevaría a ser una de las primeras estrellas de la cinematografía en declararse francamente «andrógina y ninfómana»
La fama llegó con Lola
Dietrich contaba con cerca de una veintena de títulos hacia el principio de los 30’s.
Pero la notoriedad y gloria cinematográficas le llegarían al interpretar a la cabaretera Lola Lola en la que será la primera cinta sonora europea: El Ángel Azul (1930).
Dirigida por Josef Von Sternberg, de esta película se desprendería el mito de “las piernas perfectas”.
La película fue prohibida por el partido nacionalsocialista prohibiendo su exhibición y haciéndola solo popular en proyecciones clandestinas.
La marca del amante
Josef Von Sternberg fue la mente maestra tras de la figura, estilo y mito de Marlene Dietrich.
Su relación, además de laboral, también fue pasional.
Von Sternberg dirigió a su diva en Alemania y Estados Unidos en siete películas.
Se dice que Sternberg tenía una relación tan íntima con la artista que este seleccionaba su maquillaje y vestidos para cada toma.
Asimismo, alentaba su travestismo y arreglando las luces y las tomas para enaltecer los rasgos más agraciados de su amante.
Aquella mujer fatal y mujer fatal del celuloide noir de los 30’s fue marca del cineasta germano.
La activista
Durante Knight without Armour (1937), los nazis le ofrecieron a Marlene ser la estrella principal del Tercer Reich.
Dietrich rechazó enérgicamente la proposición.
Y no solo pidiendo la nacionalidad norteamericano -concedida en 1939-, sino incluso creó un programa de apoyo y de entretenimiento a las tropas americanas.
Recabó fondos con otros actores y directores, grabó discos antinazis interpretados en germano y dio presentaciones para las tropas en más de quinientos ocasiones.
Este proceder le acarreó ser declarada traidora por su país.
En el momento que le preguntaban cuál era su razón para haber emprendido esta conflagración artística e ideológica ella solo respondía en su lengua originaria: “aus Anstand”, que significa “Por decencia”.
Por sus servicios recibió después la condecoración y Medalla de la Libertad estadounidenses.
El desprecio
Después de sus colaboraciones con Sternberg, Dietrich gozó de una mala notoriedad en cuestión a su trabajo.
Llegó a desarrollar un desprecio a directores y fotógrafos, en particular Billy Wilder, al que reclamaba no hacerla lucir bien.
Mucho de esto se debía a la inestabilidad que la misma vedette sentía por el surgimiento de otras actrices más bellas y con mejores atractivos físicos.
Por semejante razón su fervor hacía Orson Welles jamás pasó de moda.
El realizador de culto continuamente alabó su “extraña” divinidad.
Para referirse a Welles, Dietrich solía decir “La gente debería pasmarse primeramente de hablar de él”.
Sus mañas
Dietrich tenía un miedo obsesivo hacia los gérmenes.
Asimismo, requería constantemente tener un espejo a su disposición en cualquier lugar que estuviera para admirarse y pulirse.
Más notable fue que chupaba limones a diario, casi por horas, para mantener los músculos de su boca tensos
La «Kennedy-fatale»
Marlene no tuvo recato en constantemente presumir orgullosamente haberse dormido con tres Kennedy: Joseph P., Joseph P. Jr. y John F.
Figura hasta la sepultura
Dietrich redujo su actividad en el séptimo arte desde los 50’s. Su última gran participación fue en la película Seed of Evil (1958) de su gran amigo y apasionado Orson Welles.
Prolongó su carrera en el cabaret y teatro hasta mediados de los 70’s recibiendo inclusive un Tony en mil novecientos sesenta y ocho.
En mil novecientos setenta y cinco se rompió severamente una pierda mientras una presentación en Sydney, accidente que la llevó definitivamente al retiro y encierro en su mansión en Francia;.
Si bien escribió varios libros y era asidua a escribir cartas y hacer llamadas a sus amigos y colaboradores, decidió no querer ser vista notoriamente para conservar su imagen de diva en la memoria.
En los últimos años de su vida cayó en la depresión y alcoholismo, trastornos que le causaron otros accidentes y finalmente aceleraron su inmovilidad y posteriormente la muerte a los noventa años en mil novecientos noventa.
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