Por Andrés Tovar
Actualización 16/06/2018
La cumbre entre Trump y Putin que reunió a los dos líderes este 16 de julio en Helsinki (Finlandia) marca un punto de inflexión en lo que el mundo político ha conocido por décadas como «el orden internacional» que nació del fin de la Segunda Guerra Mundial y con el que hemos vivido hasta ahora.
Cuando Vladimir Putin estrechó hoy la mano de Donald Trump en Helsinki, el presidente ruso marcó el número uno en su lista de deseos para las relaciones entre Rusia y Estados Unidos.: Su primera cumbre con un presidente estadounidense desde que regresó a la presidencia en 2012.
Incluso, si no sale nada a futuro, ya Putin se fue mucha ganancia. Primeramente, logrando sin mucho esfuerzo que un presidente estadounidense lo trate «de tú a tú» después de los intentos de aislarlo desde 2014 (cuando Rusia anexó Crimea). Pero además, siendo el espectador directo de los exhortos «esperanzados» de EEUU para «mejorar las relaciones con Rusia».
Por su parte, Trump deberá enfrentarse a las críticas que, en el seno de su país, se han generado en las últimas horas. Los Republicanos condenaron rápidamente la actuación de Trump en la conferencia de prensa conjunta con Putin. Fundamentalmente, rechazaron que el presidente estadounidense se negó a respaldar los repetidos hallazgos de las agencias de inteligencia estadounidenses de que Rusia atacó las elecciones estadounidenses de 2016.
«La Guerra Fría terminó hace mucho tiempo»
https://youtu.be/F-E6dkCNvBc
«Las relaciones entre Rusia y EEUU nunca han sido peores que actualmente. Pero la situación ha cambiado radicalmente después de la cumbre en Helsinki» fueron las palabras de Trump al final de cumbre entre Trump y Putin. Un cara a cara que, a su juicio, es «solo el comienzo de un largo proceso» en las relaciones bilaterales entre Washington y Moscú. Previamente, antes del comenzar, el mandatario estadounidense auguraba «una extraordinaria relación» con su par ruso.
«Las conversaciones con el presidente de EEUU se han celebrado en un ambiente franco y profesional. Las considero muy exitosas y útiles», declaro por su parte Putin en la misma conferencia. «Es evidente para todos que las relaciones bilaterales están viviendo un período difícil. No obstante, estas dificultades y la tensa atmósfera actual no tienen unas razones objetivas. La Guerra Fría terminó hace mucho tiempo. Y la época de agudo enfrentamiento ideológico quedó muy atrás en el pasado».
Putin ha indicado que Moscú está dispuesta a desarrollar la cooperación con Washington en varios ámbitos, incluidos la lucha contra el terrorismo y la ciberseguridad. Entretanto, Trump se mostró convencido que las partes rusa y estadounidense deberían liderar juntos el establecimiento de la paz en Siria y la cooperación humanitaria en este país árabe.
Un balance de la cumbre entre Trump y Putin
En una versión anterior de este artículo, preparamos una guía de los temas que probablemente surgirían durante la cumbre entre Trump y Putin, y qué esperar como resultado. Ahora, con el cara a cara como un hecho, hacemos un balance, comparando con los pronósticos y los resultados. Al menos, los que se dieron a conocer en la conferencia de prensa.
1) Interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016
Resultado: «Moscú no intervino en el proceso electoral en EEUU»
Lo que dijeron:
Durante la rueda de prensa conjunta, Trump declaró que consideraba correcto tratar durante su encuentro con Putin sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.
«El presidente Trump ha vuelto al tema de la supuesta interferencia de Rusia en el proceso electoral en EE.UU. He tenido que repetir lo que ya he dicho varias veces, incluido en las reuniones personales con el presidente de EEUU, que el Estado ruso nunca ha interferido y no tiene intención de interferir en los asuntos internos de EEUU. Incluyendo el proceso electoral», ha asegurado el líder ruso.
Trump, por su parte, declaró durante la rueda de prensa que no se produjo ninguna colusión con Rusia en la sede de su campaña. Además, subrayó que la razón de su victoria en la presidenciales en 2016 fue su «brillante campaña electoral».
«No hubo ninguna colusión. No conocía al presidente Putin. Realizamos una brillante campaña electoral, por lo que me convertí en presidente», aseguró. Al mismo tiempo, Trump ha agregado que aprecia mucho la propuesta de Rusia de recibir a los empleados de las autoridades competentes de EEUU para investigar las denuncias de la supuesta interferencia en las elecciones de 2016.
Antes de la reunión:
El viernes pasado, casi como una suerte de antesala, el fiscal estadounidense Robert Mueller anunció acusaciones contra 12 espías rusos. Principalmente, argumentó, por interferir en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos.
Mueller dice que los 12 hombres, todos oficiales del GRU -la agencia de inteligencia militar de Rusia- piratearon las redes informáticas de la campaña de Hillary Clinton, el Comité Nacional Demócrata y el Comité de Campaña Congresional Demócrata. Según la acusación de Muller, se «coordinaron» para divulgar información perjudicial para influir en las elecciones. Aunque el vicefiscal general Rod Rosenstein dijo a los periodistas que no está claro si sus esfuerzos cambiaron el resultado de las elecciones.
Trump dijo que pondrá el tema sobre la mesa en la cumbre «Por supuesto que lo haré», dijo Trump esta semana en la cumbre de la OTAN. Pero espera que Putin lo rechace. «¿Que voy a hacer? Él puede negarlo. Todo lo que puedo hacer es decir: ‘¿Lo hiciste?’ y ‘No lo hagas de nuevo’. Pero él puede negarlo».
La visión del mandatario estadounidense contrasta con la que tiene la inteligencia y muchos de sus aliados. Tres agencias de inteligencia estadounidenses concluyeron el año pasado que Rusia interfirió en las elecciones. Mientras que el Comité de Inteligencia del Senado dirigido por el Partido Republicano respaldó esa evaluación este mes.
2) El conflicto en Siria
Resultado: «Hay que tomar un liderazgo conjunto»
Lo que dijeron:
«En lo que se refiere a Siria, la solución de la tarea de establecer la paz y la armonía en este país podría convertirse en un ejemplo de trabajo conjunto exitoso. Rusia y EEUU, sin duda, pueden tomar el liderazgo en este asunto», ha sostenido el mandatario ruso. Putin ha añadido que Moscú y Washington podrían interactuar para superar la crisis humanitaria en este país árabe y ayudar a que los refugiados regresen a sus hogares.
Por su parte, el presidente Trump ha hecho hincapié en que «Rusia ayudó a EEUU a derrotar al Estado Islámico en Siria». Sin embargo, ninguno de los mandatarios habló de un punto clave. La relación con el presidente sirio, Bashar al-Assad.
Antes de la cumbre:
Trump quiere que las tropas de Putin salgan de ese país. Y Putin quiere que su aliado, el presidente sirio Bashar al-Assad, permanezca en el poder después de siete años de guerra civil. Pero esto es apenas una parte.
Aquí está el trasfondo. Los aproximadamente dos mil soldados de Estados Unidos en Siria están allí para vencer a Daesh. Lo hacen principalmente apoyando a las fuerzas kurdas que tomaron la delantera en la lucha antiterrorista. Pero también las tropas estadounidenses están del lado de los combatientes que quieren eliminar a Assad. Eso enfrenta a Estados Unidos contra Rusia, que ha servido como el principal respaldo militar y político de Assad durante la guerra civil.
Pero eso no es todo. Trump también quiere que Rusia se asegure de que no haya más enfrentamientos entre los rebeldes anti Assad y las fuerzas pro régimen en el suroeste de Siria y que los representantes iraníes, como Hezbolá, no puedan ingresar a la región. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que acaba de reunirse con Putin, dijo el jueves que el líder ruso había acordado mantener a raya a Irán durante su conversación.
Pero el estadounidense no la tiene sencilla. En primer lugar, Rusia se ha retirado de varios acuerdos de acción en Siria propuestos por Estados Unidos. El Kremlin continúa apoyando a Assad, incluso pese a sus ataques contra sus civiles. Y segundo, Rusia e Irán son aliados en Siria debido a su apoyo a Assad.
En consecuencia, es difícil creer que el Kremlin contendrá a Irán únicamente para llegar a un acuerdo con los Estados Unidos. A menos que Putin extraiga una gran concesión de Trump. Y esa concesión puede venir de Ucrania.
3) La anexión de Crimea por Rusia
Resultado: Posturas divergentes
Lo que dijeron:
Durante la rueda de prensa, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha admitido que las posturas de Moscú y Washington sobre Crimea son divergentes.
«La postura del presidente Trump en relación a Crimea es conocida. Y el se adhiere a ella. Habla sobre la ilegalidad de la reunificación de Crimea a la Federación de Rusia», ha comentado Putin. Añadiendo que para Moscú, en cambio se trata de «una cuestión ya cerrada».
Antes de la cumbre:
En febrero, la Embajada de Estados Unidos en Ucrania tuiteó: «Nunca reconoceremos el intento de anexión de Crimea por parte de Rusia. Y permaneceremos firmes en nuestro apoyo a la soberanía e integridad territorial de Ucrania».
Pero, como dice aquel adagio, «nunca digas nunca». En junio, se informó que Trump dijo a los líderes en la cumbre del G7 en Quebec que Crimea podría pertenecer a Rusia «porque la mayoría de la gente habla ruso». Y en la cumbre de la OTAN el jueves, Trump dijo que si Estados Unidos debería reconocer a Crimea como parte de Rusia era «una pregunta interesante». Algo muy distinto al «nunca reconoceremos…» de arriba.
Rusia pasa mucho tiempo diseminando propaganda para convencer al mundo que Crimea forma parte de Rusia. La campaña incluyo incluyó a Putin conduciendo un camión anaranjado brillante a través de un nuevo puente que conecta Rusia continental con Crimea. Su mensaje era simple: ahora soy dueño de este lugar.
El tema es uno de los más expectantes. Sobretodo por la posición que pueda tomar Estados Unidos. En caso de que Trump diga básicamente «Claro, Putin, es tuyo», todo el período de posguerra se volvería en su cabeza. Podría interpretarse como que Estados Unidos aprobaría efectivamente la toma hostil del territorio. Pero también podría envalentonar a Rusia para considerar tomar otro territorio en Europa, incluidas partes del este de Ucrania.
No está claro si Trump puede acordar unilateralmente que Crimea forma parte de Rusia. En julio de 2017, el Congreso legisló que Estados Unidos «nunca puede reconocer la anexión ilegal de Crimea por parte del Gobierno de la Federación de Rusia». Por ende, si Trump dice que Crimea es parte de Rusia, o como mínimo se niega a rechazar ese punto, sería una gran victoria de propaganda para Putin.
4) El tema nuclear
Resultado: Un diálogo pendiente
Lo que dijeron:
«Siendo las mayores potencias nucleares, tenemos una responsabilidad especial para la seguridad internacional. Creo que es importante –y hemos hablado de ello– entablar un diálogo sobre los problemas de estabilidad estratégica . Asimismo, sobre la no proliferación de las armas de destrucción masiva», dijo Putin.
Por su parte, Trump indicó que está seguro de que Moscú trabajará junto con Washington en la desnuclearización de Corea del Norte.
Antes de la cumbre:
Existe la posibilidad de un resultado positivo de la cumbre: la extensión del tratado nuclear New Start entre Estados Unidos y Rusia. Este acuerdo, también conocido como el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, es un acuerdo de control de armas que entró en vigencia el 5 de febrero de 2011, durante la administración de Obama. Su objetivo es limitar el tamaño de los arsenales nucleares estadounidenses y rusos, los dos más grandes del mundo.
El tratado está vigente hasta 2021. Pero existe una opción para que los líderes de ambos países extiendan el acuerdo por hasta cinco años. Sin embargo, si el tratado expira en tres años, ambas partes pierden información crucial sobre los programas nucleares de cada uno. Algo necesario cuando ambos países en realidad están en una carrera armamentista.
Trump planea desarrollar bombas nucleares más nuevas y más pequeñas, en parte para hacerlas más utilizables. Putin, mientras tanto, ha anunciado planes para crear un misil de punta nuclear «invencible» que pueda evadir cualquiera de los sistemas de defensa de Estados Unidos.