Líderes del mundo, reunidos desde este lunes en Nairobi, buscan rescatar al planeta de la “triple crisis ecológica”: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. En la quinta cumbre de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA-5), la ONU lleva una propuesta radical, que se iniciaría con un giro total de la economía global.
El encuentro del máximo órgano mundial de toma de decisiones ambientales se extenderá hasta el viernes. Asisten, de manera virtual, representantes de los 193 Estados Miembros de la ONU, líderes empresariales, miembros de la sociedad civil y ambientalistas.
La agenda cobra particular expectativa por el consenso de estos líderes en atajar el deterioro ambiental y detenerlo con prontitud dada su vinculación con la pandemia. El propósito, entre otros, es convertir 2021 en el año de las posibilidades. Luego de un 2020 que denotó la vulnerabilidad de gobiernos y pueblos para encarar la contingencia aún presente.
“La humanidad está librando una guerra contra la naturaleza. Y eso es algo suicida. En 2020, el mundo se enfrentó a inundaciones, incendios forestales, invasiones de langostas. Así como a una pandemia que ha puesto en pausa la vida tal y como la conocíamos. El mensaje no podría ser más claro”, dijo Antonio Guterres, secretario general de la ONU.
Precisó además, que las actividades económicas han ejercido una presión extrema sobre el planeta, lo cual ha acelerado el cambio climático. También destruido la biodiversidad y los ecosistemas y aumentado los niveles de contaminación. La UNEA ayudará a fortalecer los esfuerzos internacionales para hacer frente a esta triple crisis planetaria.
Sveinung Rotevatn, ministro de Clima y Medio Ambiente de Noruega y presidente de la cumbre de la UNEA se muestra optimista por la jornada. Espera lograr alcanzar “cambios significativos” que reviertan las tendencias actuales de calamidades climáticas y medioambientales.
Crisis del planeta en la cumbre de la UNEA
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) presentará el informe “Hacer las paces con la naturaleza”. Allí da cuenta de cómo los seres humanos han hecho de la Tierra un planeta cada vez más inhóspito. Con patrones de explotación y consumo que han generado un calentamiento global, una pérdida de biodiversidad y una contaminación que pone en peligro su propia existencia.
El estudio, a discutirse en la cumbre de la UNEA, señala que en los últimos 50 años la economía mundial se ha quintuplicado. Basándose en una extracción de recursos naturales y energía que se multiplicó por tres durante el mismo periodo. Al mismo tiempo, la población global se duplicó para alcanzar los 7.800 millones de personas, de las cuales 1.300 millones son pobres y 700 millones sufren hambre.
Este patrón de crecimiento y generación de miseria es insostenible, indica la agencia de Naciones Unidas. Refiere que el futuro humano depende del uso cuidadoso de un planeta finito y de sus recursos restantes. Así como de la protección y restauración de sus sistemas y tiempos naturales de autorrenovación y absorción de desechos.
Los científicos aseveran que para aliviar la pobreza, garantizar la seguridad alimentaria y la salud en el mundo, hay que ponerle fin al deterioro ambiental en todas sus formas. Esto requiere cambiar la forma de comer, de generar energía, de transportarse, de valorar la producción económica. Asimismo, de cultivar y de consumir bienes, y de cómo operen los fiscos nacionales, las economías globales.
Los sistemas sociales, económicos y financieros actuales no brindan incentivos para gestionar los recursos protegiendo los ecosistemas.
Sostiene el PNUMA que el futuro sostenible implica también aprender las lecciones de la pandemia para evitar nuevas emergencias sanitarias. El informe subraya cómo la degradación de los ecosistemas aumenta el riesgo de que los patógenos pasen de los animales a los humanos. Y de la importancia del enfoque de “una sola salud”, que considera la salud humana, animal y ambiental en conjunto.
Transformación radical, empezando por la economía
La ONU participa en esta quinta cumbre de la UNEA con un planteamiento que aspira sea definitorio en la acción climática. Justo, en este año igualmente crítico y que culminará con la COP26 de Glasgow.
La economista y ecologista danesa Inger Andersen, está detrás de la propuesta. En un primer vistazo, coincide con los cambios sugeridos en el Foro de Davos sobre el Gran Reseteo mundial.
Andersen visualiza «la interconexión entre las tres crisis planetarias. Causadas por décadas de consumo y producción insostenibles, que han amplificado las desigualdades y están amenazando el futuro colectivo».
La ONU, en su propuesta, reclama un cambio radical en la economía, empezando por la necesidad de un nuevo indicador que sustituya al PIB y tenga en cuenta la destrucción del capital natural.
Sugiere que las organizaciones financieras pueden dejar de extender préstamos a proyectos de combustibles fósiles. Y al mismo tiempo, desarrollar mecanismos de financiamiento para la conservación de la biodiversidad y la agricultura sostenible
Mientras tanto, las empresas pueden adoptar los principios de la economía circular para minimizar el uso de recursos y los residuos. Y comprometerse a mantener cadenas de suministro transparentes y libres de deforestación
Muchos actores financieros ya están reconociendo esta realidad y adaptan las carteras a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Marcos como los Principios de Banca Responsable y la Alianza de Propietarios de Activos con Cero Emisiones Netas han reunido a cientos de bancos e inversionistas.
El informe propone igualmente la aplicación global de impuestos a las emisiones de CO2 y el final de los subsidios a los combustibles fósiles. Y a las prácticas agrícolas con un grave impacto ecológico.
Naciones Unidas apela a la acción individual y a la transición hacia medios de transporte no contaminantes o la reducción del consumo de carne.
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