En las últimas décadas, médicos, especialistas y medios han promocionado el uso de bloqueadores solares para protegernos del cáncer de piel y de las quemaduras. Un estudio revela que estos productos lejos de cuidar la piel de los rayos solares podrían ser dañinos e incluso cancerígenos.
Investigadores del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia han analizado una decena de estos bloqueadores. Entre ellos, los de grandes marcas como Garnier, L’Oreal o Bioderma. Los científicos “envejecieron” prematuramente los productos para conseguir las condiciones que se dan tras un año de apertura del envase y analizar los compuestos del bloqueador.
Encontraron que con el envejecimiento, un componente en particular muta. Identificaron el octocrileno, un filtro químico que protege del sol y lo señalan de provocar alergias. Al cabo de un año, el octocrileno se transforma en benzofenona, una acetona aromática que entra dentro de la categoría de los disruptores endocrinos. Es decir, sustancias químicas que penetran en el organismo, afectan al sistema hormonal o al metabolismo. Y pueden provocar enfermedades graves como el cáncer, malformaciones en el feto o reducción de fertilidad en hombres y mujeres.
En el estudio, publicado en la revista científica Chemical Research in Toxicology, llaman a prohibir la utilización del octocrileno en las fórmulas de cremas hidratantes y solares. Esta sustancia no solo está en los bloqueadores solares, sino en labiales, en la cosmética en general, como correctores de ojeras y bases.
Bloqueadores solares, sustancias y afectaciones
Otros estudios, realizados por el Center for Disease Control and Prevention en Estados Unidos, hizo el mismo llamamiento. Adicionó que esa sustancia puede reducir el recuento de espermatozoides y ser un factor contribuyente en la endometriosis.
Además, en dos estudios europeos se encontraron químicos procedentes de protectores solares en la leche materna. En concreto, hasta el 85% de las muestras analizadas. Un dato que indica que los fetos y los recién nacidos tienen un riesgo de exposición a estas sustancias.
Los investigadores franceses advierten que la piel es un órgano de absorción, como los intestinos. Por lo tanto, hay que tener cuidado con lo que se le aplica, porque puede implicar graves consecuencias para la salud.
La mayoría de los que se encuentran en el comercio convencional tienen filtros químicos. Es el caso del octocrileno, derivado del petróleo y que la piel absorbe. Generan una reacción fotoquímica para bloquear y transformar la radiación solar. Muchos son controvertidos y algunos ya tienen la etiqueta de disruptor endocrino.
También están los filtros físicos, como el óxido de zinc, que hasta el momento son los más seguros y los recomendados por la mayoría de las organizaciones que investigan sobre los cosméticos. Sin embargo, dejan una capa blanquecina sobre la piel, precisamente porque no la penetran, solo se depositan sobre ella. Por ello varias marcas han empezado a trabajar con estos filtros pero utilizando nanopartículas, lo que elimina la capa blanquecina pero trae de vuelta el peligro de la penetración de la epidermis y sus consecuencias a largo plazo.
La OCU, una organización española de consumidores recomienda, en la medida de lo posible, evitar las nanopartículas. En particular cuando están presentes en los espráis. Emplazan a que las etiquetas de los cosméticos mencionen si el producto contiene partículas nano.
Avanzan con los protectores de origen biológico
Los científicos buscan otras alternativas para la protección de los rayos ultravioletas. Están los filtros de origen biológico que provienen del helecho Polypodium leucotomos, la silimarina del cardo mariano o los polifenoles de semillas de uva negra.
El médico de familia David López manifestó estas sustancias han presentado resultados alentadores en investigaciones en laboratorio. Desde el punto de vista de su eficacia para repeler la radiación solar y proteger del envejecimiento de la piel. Pero todavía se necesitan estudios más avanzados y minuciosos para confirmar estos efectos.
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