Desde inicios de año el Comité de Selección de los Nobel revisa los aportes y méritos de los candidatos, que los puedan llevar al preciado galardón. En el tiempo, algunas valoraciones han sido acertadas y aceptadas por las comunidades de las distintas disciplinas. Otras desacertadas y cuestionadas. ¿Acaso estas últimas podrían depreciar el crédito del Premio Nobel?
La última voluntad de Alfred Nobel fue muy clara. En su testamento precisó el destino de su fortuna. “Se distribuirá anualmente en forma de premios a quienes, durante el año anterior, hayan conferido el mayor beneficio a la humanidad”.
En 2018 la Academia suspendió la entrega del Nobel de Literatura por un escándalo de agresiones sexuales en su comité de selección. Esto llevó a algunos miembros a decir que dejarían la institución. Luego, al extenderse la polémica, la primera mujer al frente de la Academia, Sara Danius, se vio obligada a dejar su cargo.
Desde entonces se despertó la suspicacia y la desconfianza en torno a ese caso y otros que pudieron haberse omitido u ocultado. Inclusive, se pensó que por estas razones no se daría el premio en 2019. Pero sí se entregó y recayó en Peter Handke.
Premios Nobel, en el banquillo
Ahora, se anticipa la candidatura del movimiento Black Lives Matter al Premio Nobel de la Paz, protagonista de disturbios y violencias en EE UU.
Petter Eide, parlamentario noruego, nominó a BLM al premio. Considera que este movimiento ha obligado a países fuera de EE UU. a lidiar con el racismo dentro de sus propias sociedades. Y generar un cambio sistemático.
El movimiento fue creado en 2013 en rechazo al asesinato de un joven negro en Florida. Resurgió con la muerte de George Floyd a manos de un agente de la policía en Minneapolis en 2020.
Los líderes de BLM han tomado el camino del socialismo racial. “Somos marxistas entrenadas”, dijo Patricia Cullors, una de las tres fundadoras del grupo.
Desplegando sus habilidades para aprovechar cualquier circunstancia que hiera la sensibilidad humana, Black Lives Matter, junto con Antifa, convocaron a jornadas de protesta que no tardaron en tornarse violentas, dejando solo más muerte y destrucción. Tan solo en los primeros 14 días se registraron 19 muertes en estas manifestaciones, de acuerdo con una reseña de Forbes.
Entre opiniones y cuestionamientos
The New York Times publicó un artículo titulado Premio Nobel de la Paz: una lista en aumento de elegidos cuestionables. Se refieren al expresidente de EE UU, Barack Obama y al expresidente colombiano, Juan Manuel Santos.
Según la publicación, que la escogencia de Obama obedecía más a su aspiración de paz que al hecho concreto de haberla alcanzado. Al asumir el poder en enero de 2009 recibió el premio casi como regalo de bienvenida. Luego se convirtió en el primer presidente de EE UU en pasar sus dos periodos sin un solo día sin guerra.
En el caso de Santos, su premio se debió al acuerdo de paz logrado con la narcoguerrilla de las FARC. El convenio no contó con el apoyo de la población en un plebiscito. Gracias a este pacto, criminales de lesa humanidad llegaron a ocupar curules en el Congreso sin haber sido juzgados por sus delitos y sin reparar a las víctimas, señaló el periódico.
Altos y bajos de un gran premio
En los concursos y en las premiaciones suelen levantarse polvaredas. Son pocas las veces en que la aprobación es unánime en torno a una figura. Seguramente los Nobel de la Paz a Martin Luther (1964) y Nelson Mandela (1993) fueron acogidos por las mayorías.
En los de Ciencia a Francis Crick, James Watson y Maurice Wilkins, por descubrir la doble hélice del ADN. Y por supuesto, los de María Curie (dos veces, en Química y Física), Albert Einstein y Sir Alexander Fleming. Asimismo, en Literatura con Gabriela Mistral, Miguel Ángel Asturias, Gabriel García Márquez. También Octavio Paz y Mario Vargas Llosa. Pero la Academia sueca olvidó a Jorge Luis Borges.
Mientras Boris Pasternak y Jean-Paul Sartre rechazaron por distintas razones el premio literario más valioso y significativo del mundo. Más reciente, en 2017, el cantante de pop y rock Bob Dylan fue laureado con el Nobel. Entonces llovieron las críticas por su designación. El cantautor se mantuvo en silencio y finalmente lo recibió tres meses después en sesión privada.
Los Nobel de Economía más populares descansan en Milton Friedman, por ejemplo. Considerado el economista más influyente del Siglo XX. Se le considera el fundador del monetarismo. Elinor Ostrom, que estudió la manera en la que los seres humanos interactúan para mantener en el largo plazo los niveles de producción. Y James Tobin, que se le asocia con la tasa a las transacciones financieras.
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