Por Ana Bedia
ACTUALIZADO 02/11/2016
Una personalidad de las que atraen. Una conversación que atrapa. Un tono de voz que engancha. Esto es lo que resumido en 16 palabras transmite en 27 minutos de entrevista Cuba Gooding Jr. Ganas de llevárselo a cenar, de saber más y de ver su último trabajo: ‘El pueblo contra O.J. Simpson: American Crime Story’.
*Entrevista realizada durante el Festival Séries Mania, en París (Francia).
a miniserie sobre el juicio contra la leyenda del fútbol americano por el asesinato de su exmujer Nicole Brown, y de Ronald Goldman ha sido, con nueve galardones, una de las grandes vencedoras de la 68 edición de los premios Emmy, los más importantes de la pequeña pantalla, junto a Juego de Tronos y Veep. Y la producción se ha estrenado esta semana en Netflix España.
Cambio16 ha hablado con su protagonista, Cuba Gooding Jr. (Nueva York, 1968), que interpreta magistralmente al deportista que, aunque finalmente fue absuelto en 1995 del doble homicidio en el proceso penal, cayó en desgracia tras un largo juicio que acaparó la atención mediática mundial y dividió a la sociedad estadounidense. Una encuesta publicada entonces por la cadena CBS desvelaba que el 75% de los blancos estaba convencido de su culpabilidad y que un 78% de los negros no dudaba de su inocencia. Y es que la comunidad negra se congratuló de lo que se le vendió como una victoria para su raza, muy castigada por la desigualdad; mientras que otros valoraron la victoria como un ejemplo de lo que el dinero podía comprar en Estados Unidos.
La serie de diez episodios, creada por Ryan Murphy –American Horror Story-, pone sobre la mesa todas las pruebas para que el espectador saque sus propias conclusiones. “Quiero que en esta escena lo interpretes como un hombre inocente” (…) “En esta toma debes reflejar la culpa de lo que hizo”. Ryan Murphy indicaba así a Cuba Gooding Jr. lo que debía de hacer para lograr su objetivo.
El actor asegura que él no le ha revelado a nadie su opinión sobre el caso. “Me parece que es como la política en Estados Unidos. Si digo que soy republicano y tú eres demócrata, condicionará cualquier cosa que diga a partir de ese momento, sin importar el qué. Pienso que eso sucedería con la cuestión de su inocencia o culpabilidad”.
Las palabras de Gooding desvelan de forma cristalina que el caso sigue siendo un tema delicado y que, 21 años después, la tensión racial en Estados Unidos es una realidad, algo que además han demostrado los últimos incidentes de brutalidad policial hacia negros acaecidos en el país.
“Es innegable que nuestro sistema judicial está dañado de muchas formas. Si analizas nuestro sistema penitenciario verás la cantidad de afroamericanos e hispanos que están en prisión. Es innegable que hay hombres encarcelados que probablemente no merezcan estar ahí. Así que tener la oportunidad de analizar un crimen de esta magnitud y entender lo que sucede tras bastidores, nos da la oportunidad de reflexionar. Con suerte, esto nos permitirá unir todas las piezas para no repetir los mismos errores. Creo que por esa razón vemos televisión, ¿sabes?, para poder identificarnos con las vidas de otros y pensar sobre nuestras propias vidas sin tener que exponer nuestros asuntos privados. Podemos encontrar curación a través del dolor y los problemas de otros, para luego aprender de sus errores y así mejorar nuestras vidas”.
LOS ÁNGELES, 17 DE JUNIO DE 1994
Sobre el caso, el actor recuerda que el 17 de junio de 1994 estaba viendo una final de hockey cuando de repente se interrumpió la conexión y aparecieron en el televisor las imágenes del Ford Bronco blanco protagonizando la persecución policial más mediática de la historia. Fue seguida en directo por 95 millones de telespectadores.
En esa época, e incluso durante el juicio, Cuba tenía muy reciente la grabación de la película Los chicos del barrio -que narra la historia de tres amigos de la infancia que viven en un peligroso barrio de Los Ángeles- y la brutal agresión policial sufrida por el taxista negro Rodney King. En este contexto, explica: “Con la serie reviví la rabia que sentí como afroamericano, como joven que vivió en Los Ángeles en los años 1984-85 y como celebridad negra. Pensaba que ese hombre sentado en la parte trasera de ese Ford Bronco podía haber sido yo”. En este punto Gooding recuerda que la grabación de las escenas del todoterreno “fueron brutales” e inicia un análisis más profundo al diseccionar las partes que le resultaron más complicadas durante la grabación de la serie. “Tuve que pasar por la psicosis de un hombre que se quiere suicidar. Fue muy oscuro… Y cualquier escena que implicaba a Nicole era… terrible. Me lo tomé como algo personal porque afectaba a mi opinión sobre la inocencia o culpabilidad del exjugador. De joven, en medio del juicio, no me importó, pero ahora siento vergüenza por no haberme compadecido de los familiares de las víctimas. Independientemente de si lo hizo o no, fue una pérdida muy dolorosa para ellos”.
En cuanto a la caracterización del personaje, Gooding era consciente de que O.J. Simpson y él se parecían en el blanco de los ojos, por lo que sabía que tenía que lograr que el público ignorase ese hecho. “Sólo me podía apoyar en mis habilidades como intérprete para transmitir una verdad emocional. Una vez que el espectador me cree puedo llevarlo en ese viaje”. Lo que también logró reproducir fielmente fue su tono de voz, hasta tal punto que estuvo ronco durante tres meses hasta que recuperó su voz.
Cuba Gooding Jr. reconoce que es el personaje más difícil que le ha tocado interpretar a nivel emocional. “Nunca olvidas completamente un papel. Se aprende, es como vivir una experiencia importante, como tener un accidente. Yo jugaba al hockey y tengo fracturas en mis muñecas y nunca volverán a ser las mismas. Es similar a nivel emocional”.
Explica que no habló con el exjugador para preparar el papel porque sabe por amigos la forma en la que la prisión puede afectar a un hombre. Considera que “actualmente O.J. Simpson es una sombra de lo que era” y no quería que esa circunstancia influyera en su actuación.
Gooding transpira amor por su profesión y el cuidado y cariño que pone en cada uno de sus papeles. Elige los proyectos en función del director que los lidere. “Antes era del tipo de actor que leía el guion para decidir si aceptaba o rechazaba el papel. Ahora me interesa más la relación que pueda construir con mi capitán”. No habla de su vida personal en las entrevistas y da una explicación razonada al respecto. “Así cuando vayas al cine o enciendas la televisión te concentrarás en los pormenores del protagonista sin que interfieran aspectos de mi vida personal. de lo contrario creo que restaría algo a la actuación”.