POR CAMBIO16
17/06/2017
Cuba respondió hoy con una declaración medida e incluso conciliadora la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de retroceder en el acercamiento bilateral con nuevas restricciones al comercio y los viajes que sumieron en la desolación al sector cuentapropista.
En un texto difundido por los medios estatales, el Gobierno afirmó que cualquier estrategia que pretenda cambiar el sistema en la isla está condenado al fracaso, opinó que EE.UU no puede dar lecciones sobre derechos humanos e insistió en su voluntad de continuar el diálogo y la cooperación con el país vecino.
El texto denuncia las medidas de Trump, en especial su defensa del embargo económico que EEUU mantiene sobre Cuba, y lamenta que el giro vaya en contra de la opinión mayoritaria de los estadounidenses a favor del acercamiento bilateral.
Considera que el mandatario “otra vez mal asesorado, toma decisiones que favorecen los intereses políticos de una minoría extremista de origen cubano del estado de Florida, que por motivaciones mezquinas no desiste de su pretensión de castigar a Cuba y a su pueblo, por ejercer el derecho legítimo y soberano de ser libre y haber tomado las riendas de su propio destino”.
«Cualquier estrategia dirigida a cambiar el sistema político, económico y social en Cuba, ya sea la que pretenda lograrlo a través de presiones e imposiciones, o empleando métodos más sutiles, estará condenada al fracaso”, dice también la declaración, que cuestiona la autoridad de EEUU para erigirse en paladín de los derechos humanos».
El texto concluye con un ofrecimiento a “continuar el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés mutuo, así como la negociación de los asuntos bilaterales pendientes”, pues “en los dos últimos años se ha demostrado que los dos países (…) pueden cooperar y convivir civilizadamente”.
Durante la jornada altos funcionarios cubanos y empresas estatales emprendieron una cruzada en las redes sociales con la etiqueta #Cubaesnuestra para deplorar el giro decidido por Trump.
La otra cara
Mientras tanto, en las calles cubanas, la aparición de Trump en las pantallas de los hogares cubanos desató el célebre «choteo» cubano: en la calle, una mujer comentaba hoy que mientras a Obama le costó casi ocho años salir en directo en la televisión de la isla, su sucesor lo había logrado en tan solo seis meses.
Sin embargo, no hubo un atisbo de humor en las reacciones de los llamados cuentapropistas (autónomos), el incipiente sector privado cubano que tanto se ha beneficiado del aumento de visitantes estadounidenses, incluso cuando éstos aún tienen prohibido visitar Cuba como turistas.
«Tengo un 85 por ciento de turismo estadounidense, para mí esto es devastador. Él (Trump) también comentó que iba de algún modo a apoyar al sector privado y con esta regulación él no apoya el sector privado», dijo a Efe Niuris Higueras, propietaria del prestigioso paladar (restaurante privado) «Atelier».
Para esta trabajadora por cuenta propia, el hecho de que se restrinjan de nuevo las condiciones en que los estadounidenses pueden viajar a Cuba «a personas como yo nos esta poniendo mas difícil la formula de trabajo y de crecimiento».
«Yo no lo veo como un regalo, sino como una problemática más difícil, va a incrementar la escasez de productos, de clientes», lamentó la joven.
Con el mismo pesimismo, equiparándolo a un «regalo envenenado», acogieron la noticia los propietarios de alojamientos privados, las llamadas «casas de renta», y artistas y diseñadores independientes que habían visto florecer sus negocios gracias al creciente flujo de visitantes del país vecino.
El año pasado visitaron Cuba casi 285.000 estadounidenses, una cifra que ya se había igualado entre enero y mayo de este año.
La disidencia interna se mostró dividida sobre las nuevas medidas, que incluyen un veto a los negocios con empresas isleñas controladas por las Fuerzas Armadas cubanas, estamento que controla un alto porcentaje de la economía del país y sus sectores estratégicos, entre ellos el turismo.