La casa de subastas Sotheby’s ha vendido un NFT de un simple píxel por 1,36 millones de dólares. La obra, realizada por el misterioso artista Pak, se ha convertido en otro ejemplo claro de la revolución que están generando estos activos digitales no fungibles. El NFT en cuestión es un píxel gris y su comprador se llama Eric Young. Poco después de la adquisición, comentó en su cuenta de Twitter: “El pixel ocupó gran parte de mi mente los últimos días. ¿Cómo se reflejará la historia en este tiempo? ¿Se recordará esta pieza? ¿Cómo seré recordado?”
LUIS GARVÍA, director del máster en riesgos financieros de ICADE Business School
El 15 de noviembre de 2017 Christie’s subastó el cuadro de Leonardo da Vinci conocido como Salvator Mundi por algo más de 450 millones de dólares. Aunque la pintura, fechada en torno al año 1500, no se encuentra en el mejor de los estados, parece ser la última obra realizada por el genial autor, lo que la convierte en una obra con un valor único para los expertos del arte.
¿Pagaría usted 450 millones de dólares por un cuadro? Picasso creó más de 30.000 obras de arte únicas. Firmó más de 13.500 pinturas, 14.000 dibujos y bocetos, 2.500 grabados, 100 cerámicas y 700 esculturas. ¿Le gustaría tener un Picasso en el salón de su casa? ¿Cuánto estaría dispuesto a pagar por ello?
En apenas unos meses el mundo digital ha recorrido el camino del absurdo que en el mundo del arte tradicional se tardó siglos en completar, hasta llegar al urinario de Elsa von Freytag en 1917
Luego está la obra titulada Comedian, del artista italiano Mauricio Cattelan. La obra consiste en una banana pegada con cinta adhesiva a la pared. En el Art Basel celebrado en Miami en el año 2019 se vendieron tres versiones de la pieza, las dos primeras por 120.000 dólares cada una y la tercera por 150.000 dólares. La obra ha sido portada del New York Post, y Vogue, entre otros muchos medios, le dio difusión y causó un inmediato furor. Ha habido colas para admirarla y la gente se ha hecho miles de selfis con la banana, como si se tratase del mismísimo Ecce Homo de Borja.
¿Qué sucede cuando el plátano se pudre? ¿Cómo se han podido vender tres obras con la misma banana? Realmente lo que se vendió en su momento no fue la fruta, la obra física en sí. Lo que se vendió fue la certificación artística. Un activo intangible. Llegado el momento el dueño puede reemplazar la pieza de fruta según las instrucciones del artista, y la obra seguirá siendo un Cattelan. Todo esto se puede considerar como una evolución en el mundo del arte del vanguardismo, movimiento que comenzó con La Fuente de Elsa von Freytag en el año 1917.
También representa un proceso de convergencia a gran velocidad con el absurdo, con la provocación y con la búsqueda de la transgresión de los límites socialmente establecidos. Por agregación de piezas únicas y exclusivas aparece el coleccionismo. Desde tiempos del rey asirio Asurbanipal en el 668 a.C. ya se tiene constancia del fenómeno.
Aristóteles fue sin duda un gran coleccionista. De las colecciones privadas nacerán un gran número de museos, como el Louvre, El Prado o El Ermitage, entre otros muchos. Cromos, chapas, billetes de lotería, sellos, acciones de bolsa, marcapáginas son algunos de los innumerables artículos que se pueden coleccionar en la actualidad, como inversión o simple placer.
Con todo esto ya se tienen suficientes ingredientes para definir y comprender que son los NFT: el deseo de poseer algo único, la venta de certificados, el embrujo mediático, la transgresión, el propio arte o el placer por el coleccionismo. Para comprender la magnitud de la locura faltaría todavía algún ingrediente de corte más financiero, en lo cual se entrará un poco más adelante.
COMEDIAN’. El plátano pegado a la pared de Maurizio Cattelan ya es una pieza de museo. La obra se vendió en la feria Art Basel Miami Beach de 2019 por 120.000 dólares. Se tranzaron tres ejemplares del mismo plátano.
¿QUÉ SON LOS NFT?
NFT es el acrónimo de Non-Fungible Token, en castellano token no fungible. Un token es un derecho digital que existe solo en Internet. El dueño del token es por tanto dueño del derecho con el cual está asociado el token. Por ir al grano, el bitcoin o cualquier otro tipo de criptomoneda están formados por tokens. Un bitcoin, por ejemplo, es divisible en 108 partes, denominándose a cada una de estas partes satoshi. El satoshi es el token del bitcoin.
Aunque cada satoshi es único, la realidad es que da igual tener uno u otro, lo importante es el número total de ellos de que se dispone. Por esto se considera que los satoshi son tokens fungibles, como sucede con el resto de las criptomonedas. ¿Qué es por tanto un token no fungible? Es un derecho digital sobre un bien también de naturaleza digital único e irremplazable.
El dueño del NFT es por tanto dueño de un activo intangible único e irremplazable. Si en el mundo tangible del arte todo esto ya daba vértigo, ¿se puede imaginar el lector la infinidad de posibilidades que se abren en el mundo digital?
Cada minuto se envían más de 450.000 tuits, se crean más de 300.000 stories en Instagram o se suben 500 horas de video a YouTube, entre otros cientos de miles de acciones. Cada minuto cientos de miles de acciones, y cada una registra en el mundo digital un momento único e irrepetible. ¿Tiene valor un tuit? ¿Alguien estaría dispuesto a pagar por ser el dueño de un instante?
Durante el mes de marzo de 2021, Jack Dorsey, el CEO de Twitter subastó su primer tuit en la red por 2,9 millones de dólares, usando para ello un NFT. El pasado 14 de abril de 2021 Sotheby’s subastó por 1,36 millones de dólares tras 90 minutos de puja un NFT de un pixel gris.
El afortunado ganador, Eric Young (@etyoung en Twitter) expresaba su alegría en la red al mismo tiempo que acumulaba seguidores. El pixel gris formaba parte de la colección denominada The Fungible Collection creada por el artista Pak, que consiguió recaudar 16,8 millones de dólares.
El conjunto artístico rizaba el rizo vendiendo como NFT elementos digitales fungibles. Con este ejemplo, se puede constatar cómo, en apenas meses, el mundo digital ha recorrido el camino del absurdo, que en el mundo del arte tradicional se tardó siglos en completar, hasta llegar al urinario de Elsa von Freytag en 1917.
La compañía estadounidense Dapper Labs y la NBA han desarrollado el proyecto NBA Top Shots. Han puesto a la venta 7,6 millones de momentos, que los fans de la NBA pueden comprar y posteriormente revender como si de cromos se tratase. Por ejemplo, un mate de Lebron James realizado el 6 de febrero de 2020 cotiza en el mercado secundario accesible desde la web oficial en 250.000 dólares. Todo el mundo puede ver las jugadas de la NBA entrando en internet, pero solo unos pocos podrán decir que las jugadas son suyas.
En la web se venden paquetes de NFT como si de sobres de cromos se tratase, se venden también ediciones limitadas de jugadas específicas y se ha conseguido recaudar con todo ello más de 300 millones de dólares.
¿Cuánto podría alguien estar dispuesto a pagar por ser el dueño del gol de Iniesta? ¿Es todo esto una moda pasajera? ¿Es solo el principio de algo mucho más grande? Un bitcoin comprado en el año 2011 por menos de un dólar se podría vender hoy por más de 60.000 dólares. Del mismo modo a finales del año 2017 había más de 2.000 criptomonedas cotizando en mercados digitales que hoy no valen nada.
ORDEN DE MAGNITUD DEL FENÓMENO
Para poder entender todo lo que está sucediendo y estimar hacia dónde se dirige el sistema, es necesario considerar algunas cifras. Hasta el año 2008, la base monetaria de la Reserva Federal ha ido creciendo a una tasa anual más o menos constante e inferior al 5%. El mundo financiero de los bancos centrales era tranquilo.
La crisis del año 2008 lo cambió todo. La Reserva Federal tuvo que doblar la base monetaria en menos de un año. Pasó en los siguientes 6 años posteriores al 2008 de los 0,84 billones de dólares a los 4 billones de 2014. Los siguientes años, la Reserva Federal fue drenando liquidez del sistema hasta llegar a los 3,2 billones en octubre de 2019. Intentaba sin éxito recuperar la normalidad.
¿Tiene valor un tuit? ¿Alguien estaría dispuesto a pagar por ser el dueño de un instante? En 2021, Jack Dorsey, el CEO de Twitter, subastó su primer tuit en la red por 2,9 millones de dólares
Con la crisis del COVID-19 no quedó más remedio que volver a inyectar liquidez al sistema, hasta llegar a los 5,4 billones en febrero de 2021, con un paquete adicional de estímulos de otros 2 billones a la vista.
El BCE ha ido teniendo un comportamiento similar, aunque con un poco más de retraso en el tiempo. En resumen, desde el año 2008 los bancos centrales están inundando de liquidez el sistema. Este comportamiento ha llegado a ser todavía más radical con la crisis del COVID-19. El sistema financiero desde el año 2008 está inundado de dinero, siendo cada vez más difícil el acceso a productos que den rentabilidad.
El SP500 está en máximos, la capitalización conjunta de Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft supera los 7,4 billones de dólares, y BlackRock gestiona activos por encima de los 8,6 billones de dólares, cifras por separado que superan ampliamente el valor de la base monetaria de la Reserva Federal.
Según Forbes, las 50 personas más ricas del mundo han pasado de tener una fortuna en el 2020 de 8 billones de dólares a los 13,1 billones en 2021. La liquidez inunda el sistema y termina concentrándose en los bolsillos de las multinacionales tecnológicas, los grandes fondos de inversión y las grandes fortunas milmillonarias.
La desigualdad social aumenta a la misma velocidad a la que lo hace la necesidad de encontrar nuevos productos en los que invertir el dinero, aunque sea como depósito de valor. Y en este contexto nace el bitcoin.
En febrero de 2020, la capitalización del bitcoin superó por primera vez el billón de dólares, y la del ether ronda los 0,3 billones. En apenas 10 años un gran número de personas se han convertido en millonarios gracias a las criptomonedas, y se encuentran con el mismo problema que tienen los millonarios tradicionales: ¿dónde invertir las ingentes cantidades de dinero que poseen?
Y en este contexto aparecen los NFT. El mercado de NFT movió 12 millones de dólares durante el año 2019. En 2020, empujado también por el confinamiento, el volumen de operaciones superó los 200 millones de dólares. Durante los 3 primeros meses de 2021 el volumen combinado de los 3 principales mercados de NFT superó los 340 millones de dólares.
Estos tres mercados corresponden con el ya citado NBA TopShots, Street Fighter y Hashmasks. En Street Fighter se coleccionan NFT asociados con el popular videojuego y Hashmasks es un mercado creado por 70 artistas digitales.
Sin ninguna duda hay todavía mucho espacio para nuevos mercados, y los tres principales mercados son un ejemplo del potencial que pueden llegar a tener los NFT.
NBA TopShots está relacionado con la industria del espectáculo tradicional. El grupo de rock Kings of Leon sacó en marzo de 2021 su último disco como una serie limitada de NFT; y la actriz Lindsay Lohand también está haciendo pruebas con la tecnología, entre otros muchos artistas.
Un NFT puede representar desde una entrada a un espectáculo hasta un autógrafo. ¿Sacará la Liga de Fútbol Profesional Española su próxima colección de cromos en formato NFT? ¿Tendrá dueño el gol de Iniesta?
El segundo mercado con un inmenso potencial es el de los videojuegos. Los ingresos de los eSports en 2020 superaron los 1.000 millones de dólares, estimándose un crecimiento los próximos años superior a los dos dígitos.
Los NFT se pueden asignar con cuentas de usuarios, personajes o cualquier otro elemento del juego. Esto permite no solo jugar, sino además comerciar con el resultado del juego.
Por último, está el sector del arte. El diseñador Andrés Reisinger ha vendido 10 muebles virtuales por 400.000 euros en una subasta online. Una obra de Banksy, que fue adquirida en una galería de Nueva York, fue incinerada y convertida en un NFT que se vendió 3 días después por 400.000 dólares. Artistas noveles dispondrán de nuevos espacios y mercados para difundir su arte, prescindiendo de las tradicionales galerías.
La convergencia y difusión por las redes sociales auguran crecimientos exponenciales. Son números de vértigo, y todo parece apuntar a que se está asistiendo al comienzo de otra gran disrupción con el mundo tradicional. Solo el tiempo dirá si además de disrupción el mercado perdurará con el tiempo, o será olvidado tras la aparición de una nueva tecnología que lo supere.
Un mate de Lebron James cotiza en el mercado virtual en 250.000 dólares. Todo el mundo puede ver las jugadas de la NBA en internet, pero solo unos pocos podrán decir que las jugadas son suyas
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