Las visitas nocturnas seguidas al baño para orinar pueden ser una señal de que tenemos un problema o convertirse en uno. El sueño profundo y reparador de entre seis y ocho horas es vital para la salud mental y física. Perderlo de manera continua por lo que los médicos denominan nocturia debe prender las alarmas por las variadas dolencias o malos hábitos que pueden estar activándola y los daños que esta situación puede ocasionar en nuestra calidad de vida.
Siempre se ha tendido a relacionar orinar de noche con el envejecimiento de los hombres. Pues después de cierta edad la vejiga se debilita debido principalmente a una hiperplasia prostática benigna. Se calcula que la nocturia afecta entre 69% y 93% de hombres mayores de 70 años.
También porque con la edad se reduce la hormona antidiurética, que sirve para la contracción de los vasos sanguíneos y ayuda a que los riñones controlen la cantidad de agua y sal en el cuerpo. Al hacer esto, la hormona regula la presión arterial y la cantidad de orina que se produce.
Sin embargo, estudios han revelado que como consecuencia de los estilos de vida modernos la tendencia ha cambiado y ahora también hombres y mujeres de entre 20 y 30 años la sufren. Algunos investigadores afirman que la nocturia afecta hasta a 44% de los hombres entre 20 y 40 años. Sin importar la edad, el exceso de micción nocturna en personas jóvenes y maduras debe vigilarse por igual.
Sin distingo de edad y sexo
La vida de mayor estrés de hombres y mujeres en la actualidad los obliga a ocupar el día en un sinfín de actividades. Muchas veces esto hace que la ingesta de líquidos quede en el olvido y cuando regresan a casa beban más agua porque tienen sed. Luego, irremediablemente, se despertarán para ir al baño porque su vejiga estará llena.
La afición por el uso de redes sociales hasta altas horas de la noche, principalmente por personas jóvenes, contribuye a estos hábitos. Investigadores consideran que durante ese tiempo que están conectados son más capaces de notar que tienen sed y tomar agua u otro líquido. Aseguran que pasar demasiado tiempo detrás de las pantallas puede cambiar los ritmos circadianos y conducir a la poliuria nocturna, que hace que las personas generen cantidades normales de orina de día, pero volúmenes mayores por la noche.
Los grandes cambios hormonales también explican por qué orinar de noche se vuelve más común con la edad. Pero es un problema no solo de hombres. Se calcula que a 76% de las mujeres mayores de 40 años la nocturia le quita el sueño al menos una vez en la noche. La disminución de los niveles de estrógeno en la menopausia puede producir cambios anatómicos y fisiológicos en la vejiga, que reduce su capacidad funcional. También puede afectar el sueño y conducir al aumento de peso, una combinación de factores que impulsa muchos casos de apnea obstructiva del sueño.
Condiciones y enfermedades preexistentes
El sobrepeso y la mala calidad del sueño aumentan la presión sobre el corazón y también los latidos. Cada vez que el corazón trabaja más duro, libera una hormona llamada péptido natriurético cerebral, que incrementa la producción de orina. Con ello intenta reducir la tensión eliminando parte del volumen de sangre como orina.
Los problemas circulatorios son una de las causas más comunes de orinar en la noche. Las personas con esta dolencia tienden a acumular líquido durante el día en las piernas y que se le hinchen los tobillos. Esa agua retenida no pasa por los el filtro de los riñones porque permanecen el día de pie o sentados. Sin embargo, en la noche cuando se acuestan adoptan una posición que favorece que todo el líquido de las piernas se reabsorba, el riñón lo pueda filtrar y llegue a la vejiga. Esas personas expulsarán por la noche todo el líquido que ha acumulado en el día.
Pero hay muchos otros factores que pueden contribuir a la nocturia como fumar, consumir demasiado alcohol y la inactividad física, pues reducen la capacidad de la vejiga y aumentan la necesidad de orinar con más frecuencia. También hay algunas personas cuyos riñones producen más orina debido a dolencias como la diabetes tipos I y II, o la polidipsia primaria, que produce una sensación de sequedad en la boca que nos lleva a beber en exceso. Otras por cuestiones de genética tienen una vejiga de menor tamaño que se llena más rápido y no pueden contener la producción de orina nocturna.
Si no hay otra solución
La infección de la vejiga o las vías urinarias obstruidas debido a cálculos puede ocasionar la nocturia. Hay fármacos que aumentan la frecuencia de las ganas de orinar, aunque este efecto secundario no afecta a todas las personas por igual. Entre estos medicamentos están los diuréticos, que se usan para tratar la retención de líquidos y reducir la presión arterial; los anticolinérgicos para el síndrome de vejiga hiperactiva, que pueden interferir las señales nerviosas que controlan este órgano y causar que la frecuencia urinaria aumente, y medicamentos para la hipertensión arterial.
Siempre se señala que para evitar orinar de noche se deben cambiar los malos hábitos y se debe acudir al medico para descatar que esta tenga su origen en enfermedades no tratadas. Pero hay ocasiones en las que los problemas de control de la vejiga continúan incluso después de implementar cambios en el estilo de vida y probar el entrenamiento de este órgano. Cuando las otras opciones no funcionan, queda la posibilidad de acudir a medicamentos recetados por especialistas.
Hay medicamentos para las personas con necesidad de orinar repentina e intensamente, conocida como vejiga hiperactiva. Que igualmente sirven para controlar la incontinencia urinaria por urgencia. Destacan los anticolinérgicos Oxibutinina (Ditropan XL, Oxytrol, Gelnique), Tolterodina (Detrol, Detrol LA), Darifenacina, Solifenacina (Vesicare, Vesicare LS), Trospium y Fesoterodina (Toviaz).
Se pierde más que el sueño
En la lista esta el mirabegrón, que se usa para tratar determinados tipos de incontinencia urinaria. Relaja los músculos de la vejiga y puede aumentar la cantidad de orina que puede retener y tambieén ayudar a vaciar mejor la vejiga. El bótox Onabotulinumtoxina tipo A inyectado en el músculo de la vejiga es otro medicamento que podrían resultar beneficiosas para las personas que tienen una vejiga hiperactiva o incontinencia urinaria por urgencia. El bótox bloquea la acción de la acetilcolina y paraliza el músculo de la vejiga.
El estrógeno se puede usar para el control de la nocturia durante la menopausia, cuando el cuerpo produce menos. Esta disminución del estrógeno puede hacer que se debiliten los tejidos que rodean la vejiga y la vía por donde sale la orina del cuerpo. Esto puede contribuir a la incontinencia por esfuerzo. El antidepresivo Imipramina, por su parte, hace que el músculo de la vejiga se relaje mientras se contraen los músculos lisos del cuello de la vejiga. Esto ayuda a tratar la incontinencia urinaria mixta.
La prevalencia de la nocturia es frecuente, según la Sociedad Internacional de Continencia, y una realidad que afecta por igual sin distingo de sexo o edad. La padecen 25,2% de varones y 31,3% de mujeres entre las edades de 30 y 70 años. Además, la incidencia de nocturia aumenta con la edad, con una estimación de 3 de cada 5 personas de 70 años o más que tienen nocturia, en contraste con una de cada 5 a 6 personas entre las edades de 20 y 40 años.
Prevención precoz
Por esto no solo se debe estar vigilante de las afecciones que la producen, sino también de las que puede generar. Aunque no pone en peligro la vida, orinar de noche puede afectar la calidad de vida dependiendo de cómo cada persona la tolera. La nocturia causa reducción de la eficiencia y el aumento de la latencia del sueño, lo que resulta en cansancio diurno, falta de concentración, alteraciones del estado de ánimo y disminución de la productividad laboral.
También puede aumentar el riesgo de enfermedades como la diabetes mellitus tipo II y síndrome metabólico por la supresión del sueño de ondas lentas (tercera fase del sueño sin movimientos oculares rápidos) y la disminución de la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina. Además, en personas mayores hay más riesgo de caídas y fracturas. Los compañeros de cama y cuidadores también se perjudican por la nocturia, lo cual puede causar trastornos en las relaciones personales.
Orinar d noche es un síntoma infradiagnosticado, pues muchos pacientes no consultan al considerar que se trata de algo normal en el proceso de envejecimiento, o creer que no tiene tratamiento. Por tanto, considerando su impacto, es importante que los médicos primarios diagnostiquen y evalúen a tiempo esta condición.