Por Benito Guerrero
30/04/2017
Dicen de los coleccionistas que son auténticos nostálgicos. Aunque hay muchos de ellos que coleccionan elementos contemporáneos, otros se dedican a reunir objetos que con el paso del tiempo se han convertido en verdaderas obras de arte. Este es caso de Cao, que en los últimos 18 años ha coleccionado gafas de sol diseñadas entre los años 50 y 90 que no se vendieron en esa época pero que alguien ha conservado hasta nuestros días.
En 2008 abrió una tienda en Barcelona, en el barrio de El Raval, en la que ponía a la venta su colección personal. Además, tras estudiar manipulación de materiales, este joven que nació en Manchester y creció en Venezuela ha diseñado y producido la primera colección de gafas propia de Wilde. De este modo la firma cuenta, por una parte, con la colección de gafas de Cao y, por otra, con una línea diseñada por el mismo.
Así es la tienda de Wilde en Madrid (Calle del León, 30):
Cao ha llegado (casi) para salvarnos. Cuando nos habíamos acostumbrado a ver ropa, zapatos o bolsos vintage, este joven nacido en Manchester nos descubre con su colección las gafas más originales de la década de los 50, 60, 70 80 y 90 que han sobrevivido al paso del tiempo. Así comenzó lo que hoy es Wilde, coleccionando. Nueve años después, la compañía tiene cinco tiendas alrededor del mundo: dos en Barcelona y en Madrid, Medellín (México) e Hiroshima (Japón).
La filosofía de Wilde, en palabras de su creador, persigue «la buena cultura en general, el arte, el diseño, la música, el deporte, a la buena vida y al comer. Tratamos de mantenernos en un estado optimista». Para él, la gafa perfecta es «en negro mate, con un diseño atemporal que no pase moda, y que no se le vea la marca».
En la actualidad, Cao se encuentra recopilando modelos de Italia e Escandinavia, sobretodo de diseñadores independientes más actuales, pero su colección cuenta con modelos de firmas de lujo como Gucci, Cristian Lacroix, Chanel, Paloma Picasso y Christian Dior.
«El cliente de la colección vintage de Wilde -que en la mayoría de los casos tienen entre 25 y 52 años- va buscando unas gafas especiales y únicas que tengan mucho diseño», asegura Cao. Que cada pieza sea única e irrepetible, le otorga a la Wilde un valor añadido en un mercado en el que no tiene competencia, mezclando coleccionismo y moda.