Pacto Mundial/Red España
El último barómetro del CIS indica que el 76,4% de los españoles muestra una gran preocupación con respecto al cambio climático. Un fenómeno que en los últimos años ha avanzado a una velocidad alarmante y se ha convertido en asunto de absoluta relevancia en las agendas de los gobiernos y las empresas. Sin embargo, los esfuerzos son insuficientes. En 2023, otra vez, las emisiones de CO2 volvieron a registrar niveles récord.
“El año 2023 nos ha demostrado con total claridad que el cambio climático está aquí. Temperaturas sin precedentes abrasan la tierra y calientan los océanos, y episodios de fenómenos meteorológicos extremos causan estragos en todo el planeta. Aunque sabemos que esto es solo el principio, la respuesta mundial dista mucho de ser suficiente”.
Antonio Gutérres, secretario general de la ONU
Veamos la situación del cambio climático, así como su progreso, poniendo el acento en la necesidad de frenarlo para lograr la neutralidad en materia de carbono para 2050 y promover la sostenibilidad empresarial.
1. Situación actual, consecuencias y progreso de cambio climático
Aunque aún estamos a tiempo de frenar el progreso del cambio climático, al ritmo actual, se establece que acabaremos con un aumento de 2,8 °C para finales de siglo. Una situación muy lejana a los 1,5 °C grados recomendados por los científicos y otros actores que nos ayudaría a evitar los peores impactos climáticos y a mantener un clima habitable.
Si queremos frenar el calentamiento global tenemos que comprender este gran reto y aplicar soluciones a través de tres categorías de acción: reducir emisiones, adaptarse a los impactos climáticos y financiar los ajustes.
Aumento de temperaturas por encima del Acuerdo de París
A menos que los países aceleren su compromiso climático y cumplan más de lo prometido, nos acercamos a un aumento entre 2,5 °C y 2,9 °C por encima de niveles preindustriales, basándonos en el Brecha de Emisiones 2023 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. En el escenario más optimista, la probabilidad de limitar el calentamiento a 1,5 °C es sólo del 14%.
«Sabemos con seguridad que todavía somos capaces de lograr frenar el calentamiento a 1,5 grados. Este objetivo requiere eliminar de raíz la nefasta causa de la crisis climática: los combustibles fósiles. Esta transición hacia las energías renovables debe ser justa y equitativa»
António Guterres, secretario general de Naciones Unidas
Y es que el mundo ya está registrando récords de temperaturas alarmantes con fenómenos meteorológicos extremos. De enero a principios de octubre de 2023, se registraron 86 días con temperaturas superiores a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Septiembre fue el mes más caluroso de la historia desde que se tienen registros, alcanzando una temperatura media mundial de 1,8 °C por encima de los niveles preindustriales.
Un mundo que se seca: el progreso del cambio climático en el agua
El Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2023 ya nos alertaba que todos los países de rentas bajas, medias o altas muestran señales de alerta en relación con la calidad del agua. Además, un 10% de la población vive en países con un nivel alto o crítico de estrés hídrico.
Asimismo, volviendo al estudio del IPCC, la mitad de la población mundial enfrenta ya una grave escasez de agua durante al menos un mes al año y el cambio climático ya ha frenado la productividad agrícola en latitudes medias y bajas. Desde 2008, más de 20 millones de personas al año se ven obligadas a abandonar sus hogares por las inundaciones y tormentas extremas.
Por ello, la coordinación entre las políticas climáticas y de gestión del agua es esencial y debe ser bidireccional. Las personas responsables de políticas climáticas deben entender las necesidades de los usuarios de agua y cómo la gestión de recursos hídricos puede mitigar el cambio climático. A su vez, quienes se encargan de las políticas sobre el agua deben integrar los riesgos climáticos en sus estrategias.
En cuanto a las diferentes regiones, la situación es muy diversa. Por ejemplo, mientras en Europa y América del Norte las alianzas y cooperación son comunes y la gestión y gobernanza mixta sigue siendo un reto, en África Subsahariana aún falta infraestructura, cooperación y alianzas.
2. Consecuencias del cambio climático
Según Sexto Informe de Evaluación del Panel Integubernamental sobre el Cambio Climático, el organismo científico sobre cambio climático, ya se empiezan a palpar las consecuencias de este fenómeno. En concreto, el calentamiento global de 1,1 °C ya ha provocado cambios en el clima de la Tierra sin precedentes como el aumento del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos y desaparición de hielo marino. Y, por si fuera poco, los impactos climáticos en personas y ecosistemas son más generalizados y severos de lo esperado: más de la mitad de la población mundial enfrenta grave escasez de agua durante al menos un mes al año.
Pero el cambio climático aún puede avanzar más, estos son los diferentes escenarios en base al aumento de temperaturas:
- Con un aumento a 1,5 °C, 950 millones de personas en zonas áridas experimentarán estrés hídrico, estrés por calor y desertificación. Mientras tanto, la población mundial expuesta a inundaciones aumentará en un 24%.
- Si se sobrepasan los 1,5 °C, las regiones que depende de la nieve y derretimiento de los glaciares probablemente experimenten una escasez de agua a la que no pueda adaptarse.
- A 2 °C, el riesgo de fallas simultáneas en la producción de maíz se incrementará drásticamente.
- Por encima de los 3 °C, el calor de verano amenazará la salud de la población del sur europeo.
3. Evitar el cambio climático: acelerar la reducción de emisiones de dióxido de carbono y efecto invernadero
Si queremos alcanzar el objetivo de 1,5 °C, necesitamos que las emisiones previstas para 2030 se reduzcan un 42% en comparación con los escenarios vigentes, según se concluye en el estudio “Brecha de Emisiones 2023 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.”
Y es que, aunque se han logrado avances desde la firma del Acuerdo de París, aún estamos lejos del objetivo. Incluso para situarnos en la senda de menor coste, el objetivo 2 °C, necesitaríamos reducir las emisiones de 2030 en un 28%.
En este sentido, todas las naciones deben acelerar su transformación que abarque todos los sectores de la economía. En particular, los países de ingreso alto del G20 deberán adoptar medidas más ambiciosas ya son los responsables de dos tercios de las emisiones de GEI. Y en esta tarea, juegan un rol fundamental las empresas.
Afortunadamente, las empresas españolas están asumiendo su papel en esta lucha y trabajando por reducir la huella ambiental de sus operaciones y contribuir al cuidado del medioambiente. De hecho, todas las empresas del IBEX35 se han comprometido con la reducción de emisiones de CO2, lo que muestra un progreso significativo.
En definitiva, nos encontramos en un momento crucial para la historia, en el que la ambición en las acciones que llevemos a cabo ahora serán clave para mitigar el cambio climático inducido por el hombre está afectando a los sistemas de sustentación de la vida, que van desde la cima de las montañas hasta las profundidades de los océanos, lo que provoca diferentes efectos en cascada para los ecosistemas y la seguridad humana como:
Deshielo del Ártico y aumento del nivel del mar
El ritmo de subida del nivel medio del mar a escala mundial de 2006 a 2015 es ya de 3,6 milímetros anuales, un valor sin precedentes para el conjunto del siglo pasado. En este punto debemos tener en cuenta que el océano global cubre el 71% de la superficie terrestre y otro 10% está cubierta por glaciares o capas de hielo, lo que llamamos criosfera. El océano y la criosfera sostienen hábitats únicos y están interconectados con otros componentes del sistema climático a través del intercambio global de agua, energía y carbono, lo que provoca que cualquier cambio en el nivel de estos dos componentes afectará gravemente al clima terrestre y a la vida submarina.
Acidificación del océano y pérdida de biodiversidad mar
El océano ha absorbido entre el 20 y el 30 % del total de emisiones de CO2 que provoca el hombre desde la década de 1980, y ello ha incrementado su acidificación. Desde aproximadamente 1950 muchas especies marinas han experimentado cambios en su área de distribución geográfica y en sus actividades estacionales en respuesta al calentamiento de los océanos, los cambios en el hielo marino y la pérdida de oxígeno. Esto ha dado lugar a cambios en la composición de las especies, la abundancia y la producción de biomasa de los ecosistemas, desde el ecuador hasta los polos.
Modificación de las condiciones hidrológicas
Los cambios que están ocurriendo en nuestro sistema climático han comenzado a impactar y tendrán impactos más pronunciados en nuestro planeta. El Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo (UNESCO, 2019) enumera tres impactos clave relacionados con el agua en un clima cambiante:
1) Aumento de los desastres relacionados con el agua: actualmente el 90% del impacto de los desastres naturales está relacionado con el agua y para 2050, el número de personas en riesgo de inundaciones aumentará de su nivel actual de 1.200 millones a 1.600 millones.
2) Aumento de las zonas que sufren de estrés hídrico: A principios y mediados del decenio de 2010, 1.900 millones de personas, o el 27% de la población mundial, vivían en posibles zonas de grave escasez de agua. En 2050, esta cifra aumentará entre el 42% y el 95%, o entre 2.700 y 3.200 millones de personas.
3) Aumento de las muertes relacionadas con la mala calidad del agua. Datos del 2019, mostraban que el 12% de la población mundial bebe agua de fuentes no mejoradas e inseguras, con el consecuente riesgo para la salud. En este aspecto, según datos de UNICEF (2017) más de 800 niños mueren cada día por la diarrea asociada con el agua no potable y la falta de higiene y saneamiento.