La guerra en Gaza, tan cruenta, injusta y sinsentido como todas, ha desplazado en protagonismo y, si se quiere, enmudecido el dolor todavía presente en el territorio ucraniano por la invasión rusa. Una película que la definen como antibelicista, se exhibió en el Festival Internacional de Cine de Toronto y ha crispado las opiniones de analistas y espectadores por su visión del conflicto armado que prosigue el ejército de Putin en Ucrania.
‘Russians At War’ fue filmada por Anastasia Trofimova, directora ruso-canadiense que pasó siete meses con tropas rusas cerca de la línea del frente en Ucrania. El documental está narrado en primera persona por Trofimova y, según reseña el festival, “Invita a unirnos a los soldados rusos mientras las razones del conflicto se vuelven más oscuras con cada orden confusa y con cada baja desgarradora”.
Trofimova, nació en Moscú y se educó en Toronto. Escribe crónicas de los conflictos en Irak, Siria y la República Democrática del Congo. En estrecha colaboración con el veterano editor de cine Roland Schlimme.
El Festival presentó el film como “una fascinante historia de sacrificio y desilusión en la que los soldados parecen peones en un juego nefasto. ‘Russians at war’ nos recuerda el costo humano para ambos bandos. Como lo expresa Trofimova: ‘La niebla de la guerra es tan espesa que no se pueden ver las historias humanas de las que está hecha’”.
Su presentación ha provocado indignación en Toronto. Igual reacción se produjo a principios de mes cuando se expuso en el Festival de Venecia. Entonces y ahora, algunos han calificado la película pro-Kremlin. Que busca encubrir y justificar el ataque de Moscú a Ucrania. El TIFF (en inglés) finalizó el domingo 15 y anunció que retiraría la película debido a amenazas. Destacó que la decisión es una «medida sin precedentes».
Críticas a la película sobre el conflicto en Ucrania
Trofimova negó que su documental fuera propaganda. Por el contrario, dijo, fue filmado sin permiso del gobierno ruso, lo que la pone en riesgo de ser procesada penalmente en Rusia.
«Quiero dejar claro que esta coproducción Canadá-Francia es una película contra el conflicto en Ucrania, realizada con un gran riesgo para todos los involucrados, especialmente para mí», dijo en declaración escrita.
«Creo inequívocamente que la invasión rusa de Ucrania no tiene justificación, es un drama humano. Es ilegal y reconozco la validez de la investigación de la Corte Penal Internacional sobre los crímenes de guerra en Ucrania», escribió.
‘Russians At War’ fue financiada por el Fondo de Medios de Comunicación de Canadá. Una organización sin ánimo de lucro apoyada en parte por subvenciones del gobierno. Mientras, la emisora pública regional canadiense TVO, que había ayudado a financiar el documental a través del citado Fondo de Medios, retiró su apoyo a la película. Y dijo que no la transmitiría como estaba planeado en los próximos meses.
Yulia Kovaliv, embajadora de Ucrania en Canadá, condenó al festival por las proyecciones. Advirtió que su «persistencia para servir como plataforma para compartir propaganda rusa está más allá de lo imaginable».
También la viceprimera ministra canadiense, Chrystia Freeland, de ascendencia ucraniana, condenó la película y su inclusión en el programa del TIFF. Dijo que los diplomáticos ucranianos y la comunidad ucraniano-canadiense habían expresado su preocupación por la película.
“No está bien que el dinero público canadiense apoye la proyección y producción de una película como ésta sobre el conflicto en Ucrania”, afirmó Freeland. “Tenemos que tener muy claro que ésta es una guerra en la que no hay equivalencia moral. Es una guerra de agresión rusa”.
Un conflicto de opiniones sobre un conflicto crudo y real
Inicialmente el TIFF defendió la inclusión de la película sobre el conflicto bélico en Ucrania diciendo que no podía ser clasificada como propaganda. “Fue realizada sin el conocimiento o la participación de ninguna agencia gubernamental rusa”.
Entretanto, en el exterior de un teatro de Toronto, decenas de manifestantes se reunieron la semana pasada para censurar el documental.
Olya Glotka, cineasta ucraniano-canadiense que ayudó a organizar la protesta, declaró a Reuters que el gobierno canadiense debería investigar la financiación de la película.“No es el momento adecuado para dar voz a personas que cometen a diario crímenes de guerra. Asesinan a civiles y secuestran a niños”, indicó.
Ucrania incluyó a la cineasta ruso-canadiense Anastasia Trofimova, directora del documental, en una lista negra de seguridad nacional, alegando que difundía “propaganda rusa” sobre la invasión de Moscú.
El documental figuraba en el programa del festival suizo, enviado a los medios de comunicación, como una película que retrata a “soldados rusos de primera línea en Ucrania (enfrentándose) a la fragilidad de la democracia”. Pero el ZFF reconoció días después que la película había “levantado olas”, y dijo que había recibido “cartas de protesta”. “Podemos entender que la película evoque fuertes emociones en los ucranianos. Pero mantendremos su proyección, porque consideramos que ‘Russians at war’ es una película antibelicista”, señaló.
Al igual que Sin novedad en el frente, la película alemana de 2022, que ganó cuatro Premios Oscar por su descripción de los horrores de la Primera Guerra Mundial, el ZFF afirmó que el documental “muestra cómo los jóvenes soldados son reducidos a pulpa”. «Es comprensible que los ucranianos estén descontentos», comentó el director del ZFF, Christian Jungen.