La tensión que fomenta Bielorrusia contra la Unión Europea ha llevado a Polonia a cerrar la frontera y a aumentar la presencia militar. Del otro lado se han acumulado miles de migrantes procedentes de Siria, Etiopía, Irak, Afganistán y otros territorios del Oriente Medio para llegar a su destino: Europa occidental. La presión migratoria empezó hace varios meses, pero empeoró el lunes en la noche cuando varios grupos numerosos de migrantes se acumularon frente a la valla que marca la frontera polaco-bielorrusa en el área de Kuznica y trataron de derribarla. Las fuerzas fronterizas polacas los rechazaron con cañones de agua y gases lacrimógenos.
La situación es particularmente preocupante también en Letonia y Lituania, que también comparte frontera con Bielorrusia. Llevan varias semanas denunciando la llegada de miles de migrantes procedentes de territorio bielorruso. La mayoría los traen organizaciones que simulan ser agencias de viaje y que ofrecen un paquete aéreo hasta Minsk, la capital de Bielorrusia, y luego los trasladan a las fronteras con la promesa de una fácil entrada en la Unión Europea.
La UE considera que es «un juego de poder político»
Por ahora, el presidente bielorruso Aleksandr Lukashenko ha negado su responsabilidad, además de haber alertado a Bruselas de una “catástrofe humanitaria” en la frontera. Mientras tanto, los medios locales se han encargado de difundir imágenes de los policías polacos echando gases lacrimógenos en las fronteras para dispersar los disturbios e intentar frenar a los migrantes que intentan entrar arbitrariamente al país.
Por su parte, la Unión Europea se ha manifestado a través de su presidenta, Ursula von der Leyen, quien insiste en aprobar más sanciones contra Bielorrusia por utilizar la migración como arma política. “Hago un llamamiento a los Estados miembros para que aprueben el régimen ampliado de sanciones contra las autoridades bielorrusas responsables de este ataque híbrido”, señaló.
A través de Twitter, el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, pidió a Polonia que «acepte la ayuda de la agencia de control de fronteras de la Unión Europea, Frontex, para gestionar la crisis migratoria que sufre por los juegos de poder político» del régimen de Lukashenko.
El martes, el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, declaró que “sellar la frontera” está “en el interés nacional” de Polonia, pero también la estabilidad y la seguridad de toda la UE están amenazadas. “No nos dejaremos intimidar y defenderemos la paz en Europa con nuestros socios de la OTAN y la UE”, aseguró.
Crisis migratoria en la frontera
Desde mayo se ha intensificado la llegada de migrantes provenientes de Afganistán, Etiopía, Siria e Irak a los países fronterizos con Bielorrusia. Asolados por la guerra y la pobreza, la mayoría quiere llegar a Alemania, que ha recibido más de 6.100 refugiados a través de Polonia y desde Bielorrusia desde principios de año.
El lunes, un portavoz del gobierno polaco dijo que habían llegado entre 3.000 y 4.000 migrantes más al área de Kuznica. Al ver la gran concentración de personas queriendo entrar al país, la policía trató de impedirlo. Estas personas habían sido escoltadas hasta la frontera por las autoridades bielorrusas.
El lunes, cientos de refugiados pasaron la noche en tiendas de campaña a lo largo de la frontera. Los disturbios comenzaron cuando unos hombres intentaron cortar la valla de alambre de púas. Otros intentaron despejar la cerca trepando por los postes o ramas. En respuesta, los militares polacos rociaron gases lacrimógenos para responder a los objetos lanzados desde el lado bielorruso. Hubo disparos.
El martes temprano las autoridades cerraron el paso. La policía denunció que un gran destacamento de tropas bielorrusas se acercaba al campamento de migrantes.
Lukashenko intenta provocar una nueva crisis de refugiados
Desde hace meses, Polonia y otros países de la UE han acusado a Bielorrusia de intentar provocar otras crisis migratoria en Europa «en venganza por sus críticas a la represión de Alexander Lukashenko contra la oposición interna«.
En respuesta a los cientos de refugiados que intentan entrar en su territorio, Polonia mantiene miles de soldados en la zona fronteriza. Además, creó una zona militarizada de dos millas de profundidad, levantó una cerca de alambre de púas y aprobó la construcción de un muro fronterizo.
El dictador argumenta que su país no tiene capacidad para restringir el flujo de migrantes debido a las sanciones impuestas por la Unión Europea.
Alemania pide unidad ante la crisis migratoria
Tras los hechos en la frontera de Bielorrusia y Polonia, Horst Seehofer, ministro Federal del Interior de Alemania, acusó a Bielorrusia y a Rusia de «explotar a refugiados y migrantes» en un intento de desestabilizar Occidente. Además, exhortó a los países de la UE «a permanecer unidos frente a la amenaza híbrida que representa la migración políticamente organizada.
El ministro alemán considera que Lukashenko «utiliza a los migrantes con el apoyo del presidente ruso Vladimir Putin para desestabilizar Occidente». «La desestabilización es algo que Polonia o Alemania no pueden manejar solos, requiere la ayuda de la Unión Europea. «Debemos ayudar al gobierno polaco a asegurar su frontera exterior. Esta sería realmente la tarea de la Comisión Europea. Les hago un llamamiento para que actúen», dijo.
Seehofer manifestó que «los polacos han reaccionado correctamente hasta ahora», en referencia al refuerzo de la frontera de Polonia. “No podemos criticarlos por asegurar la frontera exterior de la UE con medios admisibles. Los polacos están cumpliendo un servicio muy importante para toda Europa. Alemania podría enviar a la policía muy rápidamente para apoyar a Polonia si Polonia lo quiere”, subrayó.