Las grandes potencias pujan por superar la crisis energética, a costa de impulsar las energías contaminantes y disparar el índice de inflación. China ordenó a sus dos principales regiones con yacimientos de carbón a aumentar la producción. Y a la vez, permitir a las empresas eléctricas que operan con ese mineral, cobrar precios más altos a sus clientes.
Los precios de la energía en el mundo están alcanzando récords o, máximos de varios años, a medida que las economías se recuperan de la pandemia. Estos precios se imponen por el déficit en los suministros de materias primas y de combustibles.
En el caso del gigante asiático, Mongolia Interior y Shanxi dijeron a los mineros del carbón que aumentaran la capacidad de producción anual combinada en más de 160 millones de toneladas. Mientras tanto, el gabinete chino supone que los precios de la energía a carbón en el mercado pueden fluctuar hasta un 20% de las tarifas base. Un alza en los límites anteriores, o más para sectores de alto consumo energético.
El ajuste de precios está diseñado para evitar un alto consumo de energía, informaron los medios estatales chinos. Agregaron que los precios para los usuarios residenciales y agrícolas, así como las iniciativas de bienestar público, se mantendrían estables.
Los precios casi récord del carbón térmico y la escasez de electricidad han provocado el racionamiento de energía en China. Esta situación está perjudicando la producción industrial y amenaza su crecimiento económico.
Shanxi, la mayor región productora de carbón de China, ordenó a sus 98 minas elevar la capacidad de producción anual en 55,3 millones de toneladas durante el resto del año, reseñó Reuters. También instó a que unas 51 minas aumenten la capacidad en 8 millones de toneladas. Se espera que agregue 20,65 millones de toneladas de suministro.
Crisis energética golpea a las grandes potencias
¿El turno es de Japón? Los precios de la energía en ese país alcanzan esta semana máximos de 9 meses, en medio de la crisis energética mundial que altera a las grandes potencias.
Crisis que se hace visible a través de los precios de la electricidad y está determinada por varios factores. El de las bajas reservas de gas, mientras sube la demanda no lo hace en igual proporción la oferta. Además, la recuperación económica empuja la necesidad de quemar combustibles, pues las renovables no cubren la totalidad de los requerimientos. A esto se une la crisis general de las materias primas, como crudo, oro y maíz.
En el caso de Japón, que importa una pequeña cantidad de sus necesidades energéticas, el aumento de los precios del petróleo, el gas y el carbón está provocando un alza de la inflación. Con precios al por mayor en máximos de 13 años. Asimismo, los elevados precios de la electricidad también están reviviendo los recuerdos del invierno pasado. Cuando los precios alcanzaron niveles récord y la red de Japón casi falla en la peor crisis energética del país desde el desastre de Fukushima.
Los precios al contado para la entrega de electricidad en las horas pico alcanzaron este martes los 50 yenes ($ 0,44) por kilovatio hora (kWh). Apenas por debajo de los 50,01 yenes / kWh, alcanzados el día anterior, que fue el más alto desde enero.
Al igual que el invierno pasado, los crecientes costos del GNL y el carbón están impulsando las ganancias en los precios. Y con temperaturas más frías a solo unas semanas, las grandes empresas de servicios públicos de Japón han estado tomando medidas para evitar una crisis similar.
Qatar impotente para enfriar precios dela energía
A la emergencia sanitaria le sigue esta crisis energética que ha colocado en aprietos a las grandes potencias. Con pocas las alternativas y un pronóstico meteorológico que prevé un invierno intenso en buena parte del globo.
Qatar, el mayor vendedor mundial de gas natural licuado (GNL), dijo a los consumidores que era impotente para enfriar los precios de la energía. Añadió que las acerías británicas dijeron que podrían verse obligadas a detener la producción ante el aumento de los costos.
El repunte de la actividad económica después de la relajación de los bloqueos por coronavirus ha puesto al descubierto una escasez de existencias de gas natural. Y de otros suministros de combustible, lo que ha provocado apagones en algunos países.
Para mantener las fábricas abiertas y los hogares con calefacción, la industria y los gobiernos tienen que pagar mucho más por la energía. Y volver al carbón y al petróleo, los combustibles fósiles más contaminantes.
Los precios del GNL, que se hundieron a mínimos históricos en el apogeo de los cierres pandémicos, se han disparado este año a máximos. Pero Qatar dijo que no tiene suministros disponibles para calmar el mercado.
«Estamos al máximo, en la medida en que les hemos dado a todos nuestros clientes las cantidades debidas», dijo el ministro de energía de Qatar, Saad al-Kaabi. «No estoy contento con los altos precios de la gasolina».
Los altos precios están presionando a los gobiernos y a la industria, que ha advertido del riesgo de pérdida de puestos de trabajo y de que los costos se traspasen a los clientes y consumidores.
En Gran Bretaña, las siderúrgicas dijeron que podrían cerrar la producción, con las graves consecuencias que ello implica, a menos que el gobierno ayude.
Más países y menos emisiones de metano
La crisis energética lleva a grandes potencias a reactivar plantas que operan con combustibles fósiles, con tal de cubrir las necesidades de las industrias y poblaciones. Esta decisión, además de los altos precios y la inflación, dejaría de lado los compromisos por reducir las emisiones.
Sin embargo y pese a la actual contingencia, dos docenas de países se han unido a EE UU y la UE para recortar las emisiones de metano en un 30% para 2030 desde los niveles de 2020. Esto le da un impulso a la asociación global emergente antes de su lanzamiento en la cumbre climática de la ONU en Glasgow a finales de mes.
Nigeria, Japón y Pakistán se encuentran entre los 24 nuevos signatarios del Compromiso Global de Metano. El compromiso cubrirá ahora el 60% del PIB mundial y el 30% de las emisiones mundiales de metano. Si se cumple, tendría un impacto significativo en los sectores de energía, agricultura y residuos responsables de la mayor parte de las emisiones de metano.
Los nuevos signatarios incluyen a Canadá, República Centroafricana, Congo-Brazzaville, Costa Rica, Costa de Marfil. Así como la República Democrática del Congo, Micronesia, Francia, Alemania, Guatemala. También Guinea, Israel, Japón, Jordania, Kirguistán, Liberia, Malta, Marruecos, Nigeria, Pakistán, Filipinas, Ruanda, Suecia y Togo, confirmó el Departamento de Estado de EE UU y la UE.
El metano es un gas de efecto invernadero y la principal causa del cambio climático después del dióxido de carbono. Varios informes señalan la necesidad de que los gobiernos tomen medidas contra el metano para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, el objetivo del Acuerdo de París.
El enviado especial de EE UU para el cambio climático, John Kerry, dijo que esperaba que más de 100 países se inscribieran a tiempo para la cumbre climática COP26.
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