Hechos y no palabras, exige el Papa Francisco ante la crisis de migrantes en el Mediterráneo. El Sumo Pontífice pidió el domingo a los líderes europeos que dejen de discutir por el destino de 49 refugiados atrapados en dos barcos de rescate humanitario y que les ofrezcan refugio.
“Queridos hermanos y hermanas, desde hace varios días, 49 personas salvadas en el Mar Mediterráneo están a bordo de dos naves ONG, en busca de un puerto seguro donde desembarcar. Dirijo un llamado urgente a los líderes europeos, para que demuestren concreta solidaridad hacia estas personas”. Así lo expresó el Papa después del tradicional rezo del Ángelus este domingo.
La Santa Sede entra en una disputa diplomática
Con sus comentarios, Francisco entra de lleno en una disputa diplomática entre Italia y Malta por la crisis de los migrantes.
El viceprimer ministro de Italia, Luigi Di Maio, líder del Movimiento de las 5 Estrellas, dijo que Italia aceptaría a mujeres y niños si Malta permitía que los barcos atracaran. Pero el ministro del Interior, Matteo Salvini, quien lidera el partido contra la inmigración La Liga y ha cerrado puertos a los barcos de rescate, se opone.
Ni Malta ni Italia quieren permitir a grupos privados de rescate el ingreso a sus puertos porque los Estados de la Unión Europea no logran ponerse de acuerdo en cuanto a las cuotas para acoger a refugiados que son rescatados en el Mediterráneo.
Treinta y dos personas están a bordo del Sea-Watch 3. Este barco de un grupo humanitario alemán los rescató de un bote inseguro. El salvamento se produjo en la costa de Libia el 22 de diciembre. Entre los pasajeros hay tres niños pequeños y cuatro adolescentes.
En medio de la crisis de los migrantes, otra nave, el barco “Professor Albrecht Penck”, también del grupo Sea-Eye, lleva a 17 personas rescatadas el 29 de diciembre.
La semana pasada, casi dos docenas de grupos humanitarios, entre ellos Amnistía Internacional y la Organización Internacional de las Naciones Unidas para las Migraciones, pidieron a la Unión Europea que ofrezca un puerto a ambos buques.
Una situación crítica
La situación a bordo de los barcos de organizaciones humanitarias alemanas que rescataron a los migrantes se ha vuelto crítica. Así lo denunció la agrupación Sea-Eye.
“Estamos racionando estrictamente las reservas de agua”, señaló la ONG. Agregó que 17 los rescatados que están a bordo de la nave «Professor Albrecht Penck” duermen desde hace más de una semana en la enfermería del barco. Además, tienen solo un baño a disposición.
Un portavoz del ministerio del Interior alemán indicó el sábado que Alemania está dispuesta a recibir a algunos refugiados pero “en el marco de una solución europea”.
Intervención de España ante la crisis de los migrantes
España no ha permanecido de brazos cruzados ante la crisis de los migrantes. El viernes, el buque humanitario Proactiva Open Arms atracó en el puerto de Algeciras. Allí desembarcaron más de 300 refugiados rescatados en el mar Mediterráneo una semana antes.
Varios países europeos, entre ellos Malta e Italia, se negaron a permitir la llegada de la nave. La mayoría de los 308 migrantes son africanos y fueron recogidos en la costa de Libia.
La policía española y personal de Cruz Roja ayudaron a los refugiados a bajar del buque. La Cruz Roja había instalado tiendas de campaña en el muelle para recibir atención médica.
Llamamiento a la unidad
En sus más recientes apariciones pública, el Papa Francisco ha hecho llamamientos a la unidad y la concordia. Estas virtudes estarían siendo puestas a prueba por la crisis de los migrantes.
El día de Año Nuevo, el Sumo Pontífice lamentó la falta de unidad en todo el mundo. Alertó contra una búsqueda desalmada del lucro que beneficia a unos pocos.
En su homilía, rindió homenaje a la maternidad. Dijo era miope un mundo que miraba hacia el futuro olvidando «la mirada de una madre».
También advirtió que la Iglesia se arriesgaba a convertirse en «un hermoso museo del pasado». Esto ocurrirá si la gente perdía «el asombro de la fe».
También pidió la reconciliación
En su mensaje del Día de Navidad, el Papa Francisco instó a ver las diferencias como una fuente de riqueza. Destacó que no debemos considerarlas como un peligro. Pidió la reconciliación en lugares desgarrados por conflictos.
En su discurso, pidió «la fraternidad entre personas con ideas diferentes, pero capaces de respetarse y escucharse mutuamente».
El papa aludió a la polarización sobre la crisis de los migrantes. Dijo que Dios quería «amor, aceptación, respeto por esta pobre humanidad nuestra, que todos compartimos en una gran variedad de razas, idiomas y culturas».
«Nuestras diferencias, entonces, no son un detrimento o un peligro; son una fuente de riqueza», dijo.
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