Si hay un país en donde las energías renovables han mostrado un crecimiento exponencial es España. La aplicación de las leyes enmarcadas en la legislación de la Unión Europea tanto a nivel nacional como regional y local, así como el creciente interés del sector público y privado, han sido fundamentales.
En 2018, el sector de energías renovables experimentó un crecimiento de 10,7% en términos reales. En el período se marcó un récord de exportaciones (4.739 millones de euros). Su aporte al PIB nacional fue de 10.521 millones de euros (0,87%).
El Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España que presentó a finales el año pasado la APPA Renovables (Asociación de Empresas de Energía Renovable) indica que el sector empleó 81.294 personas y el empleo creció un 3,3%.
Los usos térmicos serán fundamentales para alcanzar nuestro objetivo #renovable en 2030. En la #UE 🇪🇺 hemos pasado del 14% al 21%, nos lo cuenta @Energy4Europe https://t.co/lwGlJQDL0K
— APPA Renovables (@APPA_Renovables) February 11, 2020
Aporte de la biomasa
En línea con esos objetivos, la biomasa tendrá un papel fundamental para asegurar la gestionabilidad del sistema eléctrico y poder cumplir con los objetivos energéticos de renovables marcados para 2030.
El presidente de APPA Biomasa (Asociación de Empresas de Energía Renovable – Biomasa), Jordi Aguiló, manifestó que será necesario contar con “una mayor ambición por parte de la Administración y subastas específicas que reflejen el valor real de esta tecnología”.
En la última versión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima se redujo levemente la aportación de esta tecnología a los objetivos renovables de 2030. Para Aguiló es un ejemplo de la falta de ambición del Gobierno con esta tecnología. Otro caso sería, a su juicio, el límite de 6.500 horas a la operación retribuida de las centrales de biomasa.
Este miércoles estuvimos visitando, junto a #periodistas del sector, la planta de #biomasa que tiene @Grupo_Ence en #Puertollano. ¡Visita muy productiva!
Os dejamos la nota de prensa 👉 https://t.co/WDMmQnTd6H pic.twitter.com/gLxHp8loAf— APPA Renovables (@APPA_Renovables) February 14, 2020
Crecimiento en energías renovables
El Estudio del Impacto Macroeconómico de la APPA destaca que en 2018 las energías renovables mostraron un crecimiento de su participación en el consumo de energía primaria en 1,7 puntos porcentuales respecto a 2017. El incremento se debió a una mayor aportación de la energía primaria de origen renovable. Este sector representó el 13,9% del total de energía primaria.
Las renovables supusieron el 15,1% de la energía final en España en 2018. Dentro de los usos directos de las renovables hubo un leve repunte de los usos térmicos y un crecimiento importante de los biocarburantes. En el año 2018 el consumo de biodiésel experimentó un incremento del 42,4% y el de bioetanol un 12,7%. Sin embargo, en el caso de la energía final bruta procedente de renovables, medida de referencia para el cumplimiento de los objetivos del 20% se registró un leve retroceso y se sitúa en el 17,3%.
Mayor empleo e inversión
El empleo creció un 3,3% respecto al año anterior y el Sector Renovable registró un total de 81.294 empleos en términos globales en 2018. La creación de empleo de forma neta respecto a 2017 fue, por tanto, de 2.627 puestos de trabajo. No obstante, el estudio reconoce que la mejora aún queda lejos de las tasas que se alcanzaron en 2008, cuando se ubicaron cerca de los 145.000 empleos directos e indirectos.
En 2018 la inversión de las empresas renovables en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) supuso el 3,07% de su contribución al PIB. Al igual que en los últimos años, se observa que las energías renovables realizan inversiones con un gran esfuerzo. De hecho, el esfuerzo fue casi el triple de la media de la economía española (1,2%) y muy por encima de la media de la Unión Europea (2,07%). Puntualmente, la inversión de las empresas renovables fue 2,56 veces mayor a la media española y 1,48 veces superior a la europea.
El crecimiento de las energías renovables requiere invertir en las actividades de innovación. Por un lado, hay tecnologías como la eólica, la solar fotovoltaica, la solar termoeléctrica, la biomasa o la minihidráulica, con un alto grado de avance. Pero también existen otras menos desarrolladas, como la marina, la minieólica o la geotérmica.
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