El delta del río Nilo, conocido durante milenios por su suelo fértil, se ha convertido en una gran preocupación para sus habitantes y agricultores. El alto nivel del mar hace que sus aguas se desborden, penetren las zonas cultivadas y carcoman las raíces dejándolas estériles. Las autoridades de Egipto, anfitrionas de la cumbre climática de la COP27, esperan plantear esa inquietante situación y pedir ayuda.
Situado en la costa norte de Egipto en el Mediterráneo, el delta del río Nilo es uno de los tres puntos críticos más vulnerables del mundo a los impactos del cambio climático. Incluido el aumento del nivel del mar, según un informe de 2007 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), respaldado por las Naciones Unidas.
El delta del Nilo, sobre el que están situadas las ciudades de El Cairo y Alejandría, tiene una longitud de 6.650 km y es el segundo río más largo del mundo, después del Amazonas. Sus aguas salobres se han elevado causando daños y pérdidas, envenenando sus suelos.
El planeta se está calentando, pero Egipto lo hace a un ritmo más rápido, lo que lo convierte en un indicador de los dolorosos efectos del cambio climático. El delta del Nilo, el granero de la civilización egipcia, se está volviendo poco a poco yermo. “Llevo más de 50 años trabajando en esta tierra. Vi guerras, revoluciones, grandes cambios”, dijo Shoukry Mohamed Abdel Salam a Bloomberg. “Pero el agua es mi mayor preocupación”, comentó el veterano agricultor.
Analizarán en la COP27 los altos niveles del delta del Nilo
Cuando los líderes mundiales lleguen a Egipto, este fin de semana a la cumbre mundial de la COP27, estarán ingresando a un país cuyos efectos del cambio climático se ven registrados en los termómetros y en las aguas del delta del Nilo. Egipto es casi 2°C más caliente hoy que a principios del siglo XX. El Acuerdo de París estableció el objetivo de mantener las temperaturas globales por debajo de un umbral de calentamiento de 2 °C para 2100.
Meses de calor, sequía, inundaciones e incendios sin precedentes se han reportado en el mundo. Este verano en Egipto hubo olas de calor prolongadas que excedieron los 40º C.
El calor extremo ahora también es común en primavera y otoño, con una ola de calor en abril de 39ºC en El Cairo, la capital. Estos efectos refuerzan las demandas de apoyo financiero de Egipto y otros países en desarrollo, que son responsables de una fracción de las emisiones históricas pero están pagando costos ambientales, económicos y humanos brutales.
“Debemos preguntarnos qué tipo de vida nos interesa vivir, porque no se trata solo de estar aquí y sobrevivir”, señaló Mohamed Abdrabo. Director del Centro de Investigación para la Adaptación al Cambio Climático de Alejandría. “Se trata de poder sentir y actuar como humanos, de desarrollar y vivir nuestras vidas de la forma en que la humanidad lo ha hecho a lo largo de la historia”, agregó.
La zona del delta está densamente poblado. Alberga alrededor del 40% de los 104 millones de habitantes de Egipto y representa la mitad de la economía del país, según la agencia de alimentos de la ONU.
Desplazamiento de tierras y cambio de cultivos
Granjas y pesquerías a lo largo de los dos brazos del Nilo, Rosetta en el oeste y Damietta en el este, ayudan a alimentar al país y proporcionan productos para la exportación. Todo eso está cada vez más amenazado por el cambio climático y el aumento del nivel del mar.
Una cuarta parte del delta del Nilo se encuentra en o por debajo del nivel del mar y este revés será presentado en la cumbre del clima COP27. Un aumento de entre 0,5 y 1 metro, que podría ocurrir para el año 2100, es uno de los escenarios del IPCC. Ello supondría el desplazamiento de la costa hacia adentro varios kilómetros, sumergiendo grandes áreas y dejando más yermo con sal, recogió The Asocciated Press.
Esta previsión es compartida por un grupo internacional de científicos supervisado por el Centro de Investigación del Clima y la Atmósfera del Instituto de Chipre. Y el Instituto Max Planck de Química.
“Este desplazamiento implicaría graves desafíos para la infraestructura costera y la agricultura. Y puede conducir a la salinización de los acuíferos costeros, incluido el delta del Nilo, densamente poblado y cultivado”, indicó George Zittis, coautor del informe.
Además, la intrusión de agua salada es la amenaza más desafiante para el delta, sostuvo Mohamed Abdel Monem. Asesor principal sobre la tierra y el cambio climático de la FAO. “Esto significa menos productividad y en muchos casos muerte de cultivos e inseguridad alimentaria”, agregó.
Por otra parte, Hamdy Salah, un agricultor de Rosetta en el delta occidental, indicó que las prácticas de siembra han cambiado drásticamente. Antes cultivaban tomates, berenjenas, calabazas y otras verduras. Ahora cultivan principalmente mango y cítricos, que son menos vulnerables a la sal. “Probamos otros cultivos como la manzana, pero el agua salada también mató sus raíces”, subrayó.
Implicaciones del calentamiento global
La familia de Abuel-Ezz ha cultivado en Rosetta durante generaciones, y él y sus dos hermanos cultivan dos fincas de mango y cítricos.
Hace una década, elevaron sus tierras de cultivo, un campo por 1 metro y otro por 2 metros, para combatir el aumento de agua salina en sus fincas. Les costó alrededor de 2 millones de libras (101.700 dólares) según los precios de hoy, contó a AP el hermano de Sayed, Saber Abuel-Ezz
La elevación, junto con un sistema de escorrentía construido por el gobierno destinado a reducir la sal en el suelo, les dio algo de tiempo. “Fue costoso pero no había alternativa”, añadió Sayed.
Además de traer toneladas de tierra, muchos cultivan plantas en lechos elevados y usan cualquier fertilizante natural o químico que puedan permitirse para contrarrestar la salinidad.
Estos cambios de vida, de cultivos y pérdidas por los aumentos del nivel del delta del río Nilo esperan respuesta la cita de la COP27.
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