Oakland y Los Ángeles tienen tasas de personas sin hogar más altas que San Francisco, pero esta ciudad registra un aumento sostenido que inquieta a las autoridades y vecinos. En localidades donde más se concentran en calles, carpas o en campamentos, la situación se hace insostenible. Muchos, desde su trinchera, desean contribuir con soluciones a ese problema social con visos de crisis humanitaria.
San Francisco, Oakland y Los Ángeles, todas en California, encabezan la lista de las dieciséis ciudades de Estados Unidos con este penoso balance. En 2022 se registraron más de 7.750 personas sin hogar en San Francisco. Una investigación del diario local The Standard, casi la mitad, unas 3.848 vivían en el distrito Tenderloin. Otros 1.115 estaban ubicados en Bayview, Potrero Hill y partes de Outer Mission.
En una de sus avenidas, Adam Mesnick -dueño de una tienda de delicatessen- conoce de primera mano a estas personas sin familia aparente y sin techo. Al entrar y al salir de su establecimiento se detiene a saludarlos. Es un defensor de la comunidad. Mesnick administra una cuenta X, @bettersoma, para llamar la atención sobre la crisis humanitaria de la ciudad y documentar los campamentos y las enfermedades. La plaga y la actividad criminal, la basura y, lo más importante, las miles de muertes, abrumadoramente debidas a sobredosis de drogas.
El comerciante ha pedido debatir públicamente el asunto con Jennifer Friedenbach, directora ejecutiva de la Coalición sobre las Personas sin Hogar. Una organización que trabaja con estas personas para proveerlos de soluciones temporales o permanentes en esa difícil situación.
San Francisco llena de personas sin hogar
Friedenbach y su organización han sido una fuerza polémica en la ciudad durante más de 25 años. Desde sus inicios, el llamado problema de las personas sin hogar en San Francisco ha empeorado constantemente. A través de varios cambios en la administración de la alcaldía, ella y la Coalición sobre las Personas sin Hogar han influido en decisiones importantes sobre cómo la ciudad trata con la población de la calle.
Pero ahora parece que la Coalición se ha excedido. Junto con la American Civil Liberties Union, ACLU, demandó a la ciudad de San Francisco por limpiar los campamentos de personas sin hogar. La organización calificó los esfuerzos de “barridas” y acusó a la ciudad de no ofrecer viviendas a estas personas y de tirar sus pertenencias.
Los habitantes de San Francisco estaban furiosos por la demanda. El 23 de agosto una gran multitud se reunió frente al Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de EE UU para protestar por la orden judicial derivada del caso, que hacía casi imposible que la ciudad retirara las tiendas de campaña de los espacios públicos.
Adam Mesnick aprovechó el momento para lanzar otro desafío, esta vez frente a la multitud. «Debate conmigo, Jenny», dijo. “¡Debate conmigo!” Esta vez ella estuvo de acuerdo.
El evento se llevó a cabo en Manny’s, un café y espacio de debate comunitario en el Distrito de la Misión el 26 de septiembre. Muchos se preguntaron si Friedenbach asistiría. Tendría que enfrentarse a Mesnick, quien goza de un gran número de seguidores entre los residentes locales y los dueños de negocios hartos de las condiciones de la ciudad y del papel de la Coalición en causarlas. Pero Friedenbach no canceló y asistió.
Debate por los pobres y marginados
Entró en Manny’s aproximadamente 45 minutos antes del evento. City Journal le preguntó: “¿Qué esperas ganar esta noche?” “¿Por qué aceptaste el desafío?” Ella se negó a responder, alegando miedo a la “desinformación”, aunque invitó a la periodista de la web a comunicarse con ella por correo electrónico.
A Mesnick se le plantearon las mismas interrogantes. Él respondió: “Es inhumano permitir que la gente viva en las calles, ya sea en una tienda de campaña o en una acera. Esta gente necesita médicos. Tienen extremidades rotas y espaldas encorvadas. No cuentan con higiene y contraen enfermedades por eso. No se les hace seguimiento de peso y alimentación.(…) Me obligaron a aprender sobre el fentanilo y los muertos. Espero lógica, para que mis vecinos puedan vivir en armonía. Lo que está pasando ahora es simplemente una masacre”.
El evento se agotó el mismo día en que se anunció. Ambas partes tienen seguidores apasionados. Los medios de comunicación estaban presentes y la tensión era alta en la sala abarrotada.
Friedenbach se sentó con un montón de notas y aprovechó su vasta experiencia en oratoria. Mostró la suavidad de un político, explicando demasiado incluso evitando respuestas directas. Mesnick tomó pocas notas y, en cambio, se preparó con información obtenida de la experiencia y años de frustración. Aquí, finalmente, tuvo la oportunidad de describir la devastación que presencia a diario y de confrontar a una persona que, según muchos, tiene una gran responsabilidad por ella.
Friedenbach dijo que comprende la frustración de la gente y está buscando soluciones «basadas en evidencia». Mesnick quiere dejar de ver cadáveres. Dos de sus mejores amigos están sin hogar, comentó, a quienes cuida y les proporciona comida.
Atención hospitalaria y cero drogas
En un momento, Mesnick le preguntó: “¿Se comprometerá a no entregar más tiendas de campaña?”. Friedenbach pareció confundida, explicó que la Coalición no distribuye tiendas de campaña. Y luego, cuando la multitud expresó incredulidad, dio marcha atrás y dijo que sí lo hizo una vez, durante la pandemia y a pedido del departamento de salud de la ciudad. Mesnick presionó para obtener una respuesta definitiva sobre si la Coalición entregará tiendas de campaña a las personas sin hogar que lleguen a San Francisco en el futuro. Friedenbach no quiso dar una respuesta directa, pero la evidencia desmiente sus evasivas.
El debate finalmente cubrió muchos aspectos: la salud mental, la respuesta policial, la tutela, la fotografía de personas sin hogar, la reducción de daños, la falta de baños. Cómo lidiar con la adicción y el impacto que las personas que viven en la calle tienen en la comunidad en general.
Sin embargo, el debate sugirió un camino diferente para San Francisco. Estamos en una batalla entre el establishment y los advenedizos. Friedenbach y su organización llevan tanto tiempo en el poder que no pueden distanciarse de la responsabilidad por las condiciones actuales. Mesnick se encuentra entre el grupo de personas en rápido crecimiento que se enfrenta al establishment. Están listos para pelear.
Cuando el moderador preguntó a los dos polemistas en qué podían ponerse de acuerdo, Mesnick dijo que quiere que la ciudad establezca tiendas de campaña estilo MASH: hospitales quirúrgicos móviles del ejército, como los que se encuentran en el frente de guerra para brindar atención inmediata a las personas heridas en la batalla. San Francisco tiene mucha gente enferma y moribunda, y cada día llegan más.
En busca de soluciones al drama social
Friedenbach señaló que ella también cree que las personas sin hogar en San Francisco deberían tener un lugar a donde ir. Citando la necesidad de “centros de bienestar” que incluyan áreas de consumo de drogas. Mesnick no estuvo de acuerdo vehementemente. Dichos espacios deberían contar con médicos de verdad, dijo, y permitir a las personas volver a conectarse con sus familias. No deberían ser espacios para consumir fentanilo y otras drogas. En ese momento, el moderador pareció darse por vencido en su búsqueda de encontrar puntos en común.
Pero el público, dentro y fuera de la sala, estaba escuchando. Y la ciudad está reaccionando. La misma mañana del debate, el alcalde London Breed anunció que, a pesar de los deseos de Friedenbach y su Coalición sobre las Personas sin Hogar, San Francisco reanudará la limpieza de campamentos cuando las personas dentro de las tiendas rechacen las ofertas de refugio.