La recuperación por las tropas ucranianas de más de 6.000 kilómetros cuadrados de territorios que habían sido ocupados por las tropas rusas ponen a Vladimir Putin en la diana de las críticas en Rusia y hasta un grupo de políticos se han atrevido a pedir su dimisión desafiando que les apliquen las duras leyes que han implantado contra quienes no apoyen al gobernante.
El éxito de la contraofensiva de Volodímir Zelenski es un revés para la acción militar emprendida en febrero por Rusia. Acostumbrada a someter y tomar el control de ciudades y territorios de Ucrania y, recibir a cambio, exaltaciones del régimen. Hoy, cuando la guerra toma un giro contrario, algunos políticos rusos comienzan a manifestar su descontento con el Kremlin.
Las fuerzas ucranianas retomaron el bastión militar ruso de Izium y continúan su avance rápido a lo largo del noreste y comienzan otra fase en este cruente conflicto.
Entretanto, el malestar aparece entre los rusos a favor de la guerra. El jefe del Kremlin ha tenido éxito para eliminar a casi toda la oposición liberal y prodemocracia, pero ahora enfrenta el descontento de la parte que lo ha acompañado en la aventura imperial.
Hasta los momentos, hay pocas señales de que los militaristas vayan a ponerse en contra de Putin como resultado de la contraofensiva ucraniana. Sin embargo, se observa una disposición cada vez mayor para criticar al mando militar de manera pública. Una muestra del descontento latente en la élite rusa. “La mayoría de estas personas están conmocionadas, no pensaron que podría pasar y están enojadas”, declaró Dmitri Kuznets al medio informativo en ruso Meduza.
Crece descontento y piden la dimisión a Putin
El Kremlin, como es habitual, trató de minimizar lo sucedido en el combate. El Ministerio de Defensa describió la retirada como una decisión “para reorganizar” las tropas. No le importó que un día antes un despacho señalara que se reforzaban sus posiciones defensivas en la región.
El descontento alcanzó altura cuando decenas de concejales de ciudades como Moscú, San Petersburgo o Kolpino firmaron una petición para reclamar la dimisión del presidente de Rusia. “Nosotros, los concejales de Rusia, creemos que las acciones dl presidente Vladímir Putin son perjudiciales para el futuro de Rusia y sus ciudadanos”, reseñó ABC. “Pedimos la dimisión de Vladimir Putin del cargo de presidente de la Federación Rusa”, reclaman en un texto en la red social Twitter de Ksenia Thorstrom, concejal de San Petersburgo.
Asimismo, el concejal Vasiliy Kunin respaldó la petición y escribió en su cuenta de Twitter: «Me uno a mis colegas para pedirle a la Duma Estatal (parlamento) que impugne a Putin. Nuestro consejo no podrá tomar tal decisión, no tendremos suficientes votos. Por lo tanto, escribo a los jefes de las facciones a título personal».
Según Thorstrom, se han recogido alrededor medio centenar de firmas para presionar al Kremlin y a que Putin dimita. Sin exigir la salida de Putin, otras figuras de relevancia en la guerra y el círculo próximo al poder también manifestaron su preocupación.
El líder checheno, Razmán Kadírov, uno de los hombres del presidente, mostró su disposición a informar sobre lo que realmente sucedía en suelo ucraniano. “Si hoy o mañana no se realizan cambios en la estrategia me veré obligado a hablar con el líder del Ministerio de Defensa y el líder del país para explicarles la situación real sobre el terreno”, dijo.
Blogueros suenan las alarmas
Sobre la guerra hay otra pugna por la información. Es sorprendente el desempeño de los blogueros militares prorrusos en la aplicación de mensajería Telegram para moldear el relato de la guerra, reseñó The New Yor Times. Si bien el Kremlin controla las ondas televisivas en Rusia y ha bloqueado el acceso a Instagram y Facebook, Telegram sigue siendo de libre acceso y está llena de publicaciones y videos de personas tanto a favor como en contra de la guerra.
Uno de los blogueros, Yuri Podolyaka, es originario de Ucrania, pero se mudó a Crimea después de la anexión en 2014. Les dijo a sus 2,3 millones de seguidores en Telegram que si el ejército seguía intentando minimizar sus contratiempos en el campo de batalla, los rusos “dejarán de confiar en el Ministerio de Defensa y pronto en el gobierno entero”. Los blogueros fueron los primeros que sonaron las alarmas de manera pública sobre una posible contraofensiva ucraniana en el noreste del país.
El 30 de agosto, un portavoz del Kremlin repitió lo de siempre: La invasión de Ucrania va “según lo planeado”. El mismo día, varios blogueros rusos reportaron en redes sociales que algo no iba para nada según lo planeado. Señalaron que Ucrania reunía fuerzas para un contrataque cerca de la ciudad de Balakliya y Rusia no parecía en posición para defenderse.
El enojo por los errores del ejército ruso entre algunos blogueros alcanzó su punto fuerte el sábado. Uno calificó la retirada rusa como una “catástrofe”. Mientras que otros indicaron que había dejado a los residentes que colaboraron con las fuerzas rusas a merced de las tropas ucranianas. Esto podría debilitar la credibilidad de las autoridades ocupantes en todo el territorio y la de Putin, a quien piden su dimisión.
Apoyo a la guerra
Analistas occidentales y rusos aseguran que Putin necesitaría de un reclutamiento para expandir en gran medida el tamaño de su fuerza invasora. Sin embargo, el mandatario parece decidido a resistirse a tomar esa medida, lo cual podría acabar con la pasividad con que gran parte del público ruso ha tratado a la guerra. En agosto, el 48% de los rusos le dijo a la encuestadora independiente Levada que prestaban poca o nula atención a los acontecimientos en Ucrania.
Putin no tiene buenas alternativas. Escalar una guerra cuyo apoyo nacional puede resultar superficial podría generar inquietud en la Federación de Rusia. Mientras que las retiradas continuas en el campo de batalla podrían causar una reacción negativa de los militaristas que se han creído el discurso del Kremlin de que está combatiendo “nazis solo para sobrevivir».