Una encuesta en línea, a más de 22.000 personas a escala global, reveló una creciente concienciación sobre la crisis del clima y preocupación profunda sobre el estado actual del planeta. Esta manifestación se tradujo en el apoyo público a la criminalización de los daños ambientales y climáticos en todas sus expresiones por parte del 72% de los consultados.
El sondeo realizado a ciudadanos provenientes de las principales economías del G20, la Unión Europea y la Unión Africana, mostró que el 69% cree que la Tierra está cerca de un punto de inflexión en el clima y la naturaleza. Sólo el 13% manifestó su escepticismo acerca de la ciencia del cambio climático.
Un 72% de los encuestados señaló que el mundo necesita reducir las emisiones de carbono en la próxima década. Y poco menos del 40% dijo que los avances tecnológicos pueden resolver los desafíos ambientales. La criminalización se planteó por primera vez en la Global Commons Survey. Un estudio anual realizado por Ipsos UK y encargado por Global Commons Alliance y Earth4all, un colectivo de pensadores, científicos y defensores económicos
Owen Gaffney, codirector de Earth4Life, ve los resultados de la encuesta como un «mandato fuerte» para la transformación política y económica necesaria para proteger la naturaleza y el clima. En momentos en que se producen elecciones en muchos países, entre ellos, Estados Unidos.
Los consultados de aquellos clasificados como economías emergentes se sienten más «expuestos al cambio climático en comparación con los de Europa y EE UU». «Mantienen los niveles más altos de preocupación y urgencia con respecto a la acción climática», indica la encuesta.
Concienciación de los daños climáticos
«Si vives en México, Brasil, la India, China, Indonesia o Sudáfrica, enfrentas más riesgos personales por los daños ambientales y climáticos. A la vez estás más preocupado por el estado del planeta», afirmó Gaffney, también analista del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y del Centro de Resiliencia de Estocolmo.
Citó que las personas que viven en Brasil están cerca de la extensa selva amazónica que «está cambiando muy rápidamente». Mientras aquellos en países europeos como Dinamarca o Suecia «tienen muchas menos probabilidades de sentirse expuestos a riesgos ambientales y climáticos».
Gaffney, radicado en Suecia, confió que los ciudadanos se sienten más «aislados» del calor extremo que se siente más al sur, incluso alrededor del ecuador, donde se encuentran la mayoría de las economías emergentes.
El grupo perteneciente a las economías emergentes expresó niveles más altos de preocupación por los daños climáticos y ambientales. El 59% manifestó que estaba «muy» o «extremadamente» preocupado por «el estado actual de la naturaleza», y otro 29% estaba algo preocupado.
Una pregunta clave en la encuesta fue si «la Tierra está cerca de ‘puntos de inflexión’ donde el clima o la naturaleza -como selvas tropicales o glaciares- pueden cambiar repentinamente o ser más difíciles de estabilizar en el futuro». Alrededor del 60% de los ciudadanos suecos encuestados estaban totalmente de acuerdo con la afirmación, la tercera cifra más baja de 22 países. En cambio, recogió la agencia alemana DW, la cifra aumentó al 86% en Kenia, seguida de cerca por Indonesia, México y Brasil.
Gaffney comentó que Arabia Saudí es un país extremadamente caluroso y que se encuentra en la primera línea del cambio climático. Ocupa un lugar más bajo que Suecia, supuestamente porque es un país rico que puede permitirse adaptaciones como el aire acondicionado.
Legislar contra los crímenes ambientales
El resultado más «sorprendente» de la Encuesta Global Commons 2024 fue un fuerte deseo de criminalizar a quienes causan graves daños ambientales y climáticos. Algunos gobiernos ya están tomando nota al legislar contra los crímenes ambientales más extremos que se clasifican como ecocidio. Similar a un crimen de guerra o genocidio. La acusación más reciente se hizo contra los agresores rusos en la guerra de Ucrania.
En Bélgica, el ecocidio fue reconocido como delito federal a principios de este año. Mientras que en Francia, los infractores ya pueden recibir penas de prisión de hasta una década. Se han propuesto proyectos de ley similares en Brasil, Italia, México, Países Bajos, Perú y Escocia, como señaló Jojo Mehta, cofundador y director ejecutivo de Stop Ecocide International, quien colaboró en la encuesta.
«Estamos viendo cambios políticos significativos a favor de la legislación sobre ecocidio a nivel nacional, regional e internacional», dijo. E incluyen la nueva Directiva sobre delitos ambientales de la UE que apunta a los daños ambientales, a la naturaleza e incluye delitos comparables al ecocidio. Este impulso a favor de la legislación ha sido impulsado en gran parte por una «demanda generalizada de la sociedad civil», como se refleja en la última Encuesta Global Commons.
«La gente entiende claramente que las formas más graves de destrucción ambiental nos dañan a todos», resaltó Mehta sobre el cambio de opiniones y la criminalización. Y adicionó que el impulso ayudará a lograr el objetivo final de incluir el ecocidio en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Y garantizar que «la destrucción ambiental masiva sea tratada como un crimen internacional grave».
¿En EE UU no hay riesgos?
Otra encuesta realizada por Ipsos surgió un panorama más complejo al abordar la realidad de los habitantes de EE UU. Indica que aproximadamente uno de cada dos estadounidenses dijo que no está muy o nada expuesto a los riesgos ambientales y del cambio climático.
Esas percepciones contrastan marcadamente con la evidencia empírica que muestra que el cambio climático está teniendo un impacto en casi todos los rincones del país. El calentamiento del planeta ha intensificado los huracanes que azotan las costas y las sequías que afectan a sus granjas. Así como los incendios forestales amenazan los hogares y la calidad del aire en todo el país. Y las crisis climáticas están haciendo subir los precios de algunos alimentos y bienes de consumo.
Los estadounidenses también creen en gran medida que no son responsables de los problemas ambientales globales. Sólo alrededor del 15% de los consultados dijeron que los estadounidenses de ingresos altos y medios comparten la responsabilidad por el cambio climático y la destrucción natural. En cambio, atribuyen la mayor parte de la culpa a las empresas y gobiernos de los países ricos, reseñó Inside Climate News.
Esas respuestas a la encuesta sugieren que al menos la mitad de los estadounidenses pueden sentir que no tienen nada que ver cuando se trata de abordar los problemas ambientales globales, consideró Geoff Dabelko, profesor de la Universidad de Ohio y experto en política y seguridad ambiental.