Las tijeras, herramientas precisas y siempre necesarias, le valieron el Premio Nobel de Química 2020 a la francesa Emmanuelle Charpentier y a la estadounidense Jennifer Doudna. Eso sí, no se trata de tijeras comunes. Se llevaron el importante galardón gracias la creación de las «tijeras genéticas» CRISPR/Cas9.
No son llamadas tijeras literalmente. Es una técnica revolucionaria que permite cortar y pegar el ADN para editar cualquier forma de vida. En sus capacidades destacan las de mejorar los cultivos e incluso, como si de ciencia ficción se tratase, también permite resucitar especies. Además, permitió que por primera vez un dúo femenino obtuviera el Premio Nobel de Química,
Como si fuera poco, resulta que la tecnología que permite el funcionamiento de esas particulares tijeras contribuye con el desarrollo de nuevas terapias contra el cáncer y da un paso más hacia el sueño de obtener la cura de enfermedades hereditarias. Así lo confirmaron desde la Real Academia de las Ciencias sueca.
El hallazgo inesperado de las «tijeras genéticas«
En medio de las investigaciones de Charpentier sobre una de las bacterias que más daño causa a la humanidad, la Streptococcus pyogenes, se topó con una molécula desconocida: la tracrRNA.
Con sus estudios pudo mostrar que esta partícula no es más que parte del más antiguo sistema inmunológico de las bacterias, CRISPR/Cas, y que desarma los virus al separar su ADN.
En 2011 Charpentier publicó su descubrimiento y ese mismo año empezó un trabajo colaborativo con Doudna, especializada en ARN. Entre las dos consiguieron recrear las tijeras genéticas de las bacterias en un tubo de ensayo. Allí simplificaron los componentes moleculares para que la tarea de usarlas fuera mucho más sencilla.
Las dos le dedicaron al proyecto gran parte de su tiempo y un año después lograron la reprogramación de las tijeras para demostrar que podían controlarlas para cortar cualquier partícula de ADN en un sitio predeterminado. No se quedaron con su forma natural, que solo reconocían el ADN de los virus.
El español creador de la técnica CRISPR
El nombre Francis Juan Martínez Mojica estaba entre los favoritos para ganar el Premio Nobel de Química desde hace algún tiempo, una esperanza que se disipó con el anuncio de las galardonadas. Una celebración que lo dejó olvidado, pues fue determinante en la invención de la técnica CRISPR para la edición genética.
Martínez Mojica fue el primero en notar ese mecanismo para cortar y pegar que tiene está presente en la naturaleza. En una entrevista que dio hace algunos años para El Independiente, explicó que se topó con el «por casualidad, haciendo otras cosas».
A principios de los años noventa él y su equipo de trabajo se encontraron con algunas partes «curiosas» en el genomoa de microoganismos de las salinas (Haloferax mediterranei), en Santa Pola, Alicante. Notaron que se repetían muchas veces y a distancias irregulares.
Aquello resultó en que los microorganismos habían imitado el ADN de un virus que los había infectado y de esa manera se «vacunaban». Fue en el año 2003 cuando el equipo del biólogo de la Universidad de Alicante descubrió parte de un sistema inmunológico de las bacterias.
Mujica, Charpentier y Doudna recibieron el premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Biomedicina en el año 2017, justamente por el CRISPR/Cas9 ; sin embargo, no tuvo la misma suerte con el Premio Nobel.
Las «tijeras genéticas» y las enfermedades hereditarias
El uso del novedoso descubrimiento se ha disparado, sobre todo por su capacidad de cambiar el código de la vida y las posibilidades que eso eso supone. La herramienta ya ha contribuido con descubrimiento relevantes. Además, con ella se han desarrollado cultivos que son capaces de resistir la sequía, el moho e incluso las plagas sin la necesidad de aplicar antibióticos o insecticidas.
Eso sí, las esperanzas albergadas en el uso de estas peculiares tijeras se asientan sobre todo en el campo de la medicina, donde ya se realizab importantes ensayos clínicos de terapias contra el cáncer. Incluso se cree que es posible que pronto se puedan curar enfermedades hereditarias.
La anemia falciforme, la beta talasemia y algunas enfermedades oculares hereditarias están bajo la lupa de investigación de los científicos. Creen que con el CRISPR/Cas9 pueden llegar a tratar estas afecciones; además, están desarrollando algunos métodos para reparar genes en órganos como el cerebro y los músculos.
Todo es parte de una investigación en la que ya han realizado experimentos con animales que ha habido resultados prometedores. Sin embargo, la tecnología requiere mejoras para poder probarse en humanos. Los beneficios son varios, pero advierten que la técnica de corta-pega genético necesitará regulación para evitar sus malos usos. Temen que se pueda utilizar para la creación de embriones modificados genéticamente.
Semana del Premio Nobel 2020
El lunes se anunció los ganadores en la categoría de Medicina y Fisiología: los estadounidenses Harvey J. Alter y Charles Rice y el británico Michael Houghton por el descubrimiento del virus de la hepatitis C. El de Física se lo llevaron Roger Penrose, Reinhard Genzel y Andrea Ghez por sus descubrimientos que han mejorado la comprensión del universo, incluido el trabajo sobre los agujeros negros.
En los próximos días le seguirán el premio de Literatura (jueves 8), de la Paz (viernes 9) y de Economía (lunes 12).
Tras la celebración del galardón, Emmanuelle Charpentier compartió un mensaje dedicado a las jóvenes. Con este Premio Nobel de Química espera que muchas se animen a emprender carreras científicas, porque las investigaciones pueden tardar, pero los resultados pueden ser tan importantes como para contribuir con la cura de enfermedades que han afectado al mundo durante años, como se está logrando con el CRISPR/Cas9.
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