El mundo se encuentra en pánico, zozobra e incertidumbre por el avance incontrolable del «enemigo invisible». La pandemia del COVID-19 ha impactado con fuerza más de 171 países. La situación empeora con el pasar de las horas y la OMS contabiliza 249.036 infectados y 10.336 fallecidos en todo el planeta.
Los gobiernos mantienen los confinamientos absolutos para contener la propagación del virus. Millones de personas se mantienen en sus casas y solo les permiten salir para la compra de comida y medicinas.
El coronavirus ha desbordado a los principales servicios sanitarios del mundo. Las unidades de cuidados intensivos están abarrotadas y en algunos países, como Italia y Francia, han optado por darle prioridad a los enfermos con mayores expectativas de curación.
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— ONU Derechos Humanos – América del Sur (@ONU_derechos) March 20, 2020
En Europa los casos continúan ascendiendo. Este viernes reporta 112.501 infectados y 5.164 muertos. Los brotes más graves están en Italia, España, Alemania y Francia. La cifra de infectados sobrepasan las decenas de miles.
Italia tiene 41.035 contagiados y 3.405 fallecidos. En el último informe del Ministerio de Sanidad, España presenta 20.370 personas infectadas y 1.041 muertes. Alemania contabiliza 15.320 casos y han muerto 44 personas; Francia tiene 11.010 infectados y 372 fallecidos.
Los hospitales repletos, el virus expandiéndose, millones de personas encerradas y la economía se desploma por la paralización de actividades. El mundo ha entrado en la peor crisis del siglo XXI: la guerra contra el «enemigo invisible».
Avanza sin control por España
La situación en España es trágica y aún no se ha llegado al pico de infectados. La propagación del coronavirus en el país parece no tener fin , a pesar de los esfuerzos para revertir la tendencia de contagios. En las últimas 24 horas el ascenso fue de casi 3.000 infectados para alcanzar la cifra de 20.00 y sobrepasar los 1.000 fallecidos.
Los brotes más graves se encuentran en Madrid con 7.165 casos, seguido de Cataluña con 3.270, el País Vasco con 1.465, Castilla La Mancha con 1.423, y Andalucía con 1.287.
La última medida que ha acordado el Gobierno es el cierre de todos los hoteles y alojamientos turísticos. La norma aplicará también para los alojamientos de corta estancia como campings y aparcamientos de caravanas, ubicados en cualquier parte del territorio nacional.
«El Ejecutivo establece el cierre de todos estos tipos de establecimientos a partir del momento en el que no dispongan de clientes a los que deba atender y, en todo caso, en el plazo máximo de siete días naturales», explica la normativa, que también destaca que «con carácter excepcional, queda permitida la prestación de los servicios de vigilancia, seguridad y mantenimiento en estos establecimientos».
Madrid, una capital en caos
La capital del reino ha sido la más impactada por el virus. Son miles los infectados y 628 los fallecidos. Los hospitales están desbordados y la población sigue confinada en sus casas.
La crisis sanitaria ha llegado al límite. Los profesionales sanitarios denuncian la falta de material de protección. «No es medicina convencional, sino de guerra», dijo una médica de Puerta de Hierro para explicar la situación que se está viviendo.
Numerosos médicos utilizan batas desechables o bolsas de basura como tapabocas. La cifra del personal sanitario que de baja por estar contagiado del coronavirus aumenta cada día. El Ministerio de Sanidad ha contratado pasantes y personal retirado.
Las unidades de cuidados intensivos están en su máxima capacidad. Hace una semana había 180 personas en estas instalaciones, hoy son 590.
«Es dramático. Había más del doble de personas que puede haber en Urgencias. Están preparadas para 90 y había 240. Los pacientes están en sillas de plástico. No hay equipos de protección para todos los trabajadores», afirmó Julián Ordoñez, el secretario de Sanidad de la Unión General de Trabajadores de Madrid.
Los trabajadores claman por mayor dotación no solo de implementos médicos, sino condiciones mínimas de trabajo: «Entre las cosas que piden los trabajadores de las urgencias es que se les abastezca de agua. Pasan muchísima sed con el traje, con la máscara, con las gafas, con todo. Botellas de agua, por favor».
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, negó que se estén atendiendo pacientes infectados por coronavirus en función de su esperanza de vida, tal como ha trascendido en los medios: «Me consta que la Sanidad atiende a todos los pacientes por igual, no se está seleccionando a nadie por nada. Hay muchos bulos y falsedades».
Otro foco en residencia de ancianos
Los hospitales no son los únicos que están en crisis en Madrid. El virus se ha ensañado con las residencias de ancianos, donde han muerto 70 personas mayores
Un brote de la enfermedad se registró en la residencia de mayores Santísima Virgen y San Celedonio. Resultaron infectados 34 ancianos, 11 murieron. Otros 19 presentan síntomas sospechosos.
La directiva de la residencia informó que los 34 infectados se encuentran aislados en diferentes pabellones.“Necesitamos ayuda. Estamos desbordados. Nos estamos dejando la piel. Hemos aislado a los ancianos con síntomas en otros pabellones y hemos estado buscando por nuestros propios medios bombas de oxígeno. Estamos en permanente contacto con las autoridades sanitarias”, dijo Antonio Naranjo Fabián, gerente de la residencia.
Francia aplica la medicina de guerra
El coronavirus también ha desbordado los servicios de sanidad franceses. Este jueves se filtró la información de que La Dirección General de Salud elaboró un documentos dando instrucciones al personal médico de darle prioridad a los pacientes con mayor posibilidad de cura. Una medida de guerra.
El personal médico de algunos hospitales del Grand Est afirmó que han sido obligados a clasificar a los pacientes que ingresan a los cuidados intensivos. «Tengo pesadillas al respecto», dijo la presidenta del Sindicato de Practicantes de Hospitales, Anne Geffroy-Wernet, en una entrevista en France Info.
«El presidente dijo que estábamos en un estado de guerra, eso significa que vamos a hacer medicina de guerra. En medicina civil hacemos de todo para salvar a la gente. En medicina de guerra debemos salvar el máximo de personas que tengan probabilidades de sobrevivir», explicó Geffroy-Wernet.
Los expertos médicos consultados en los medios franceses expresaron que la decisión debe ser colegiada.
Frente a la crisis sin precedentes, el gobierno francés anunció que invertirá 5.000 millones de euros en programas de investigación científica en la próxima década. Una quinta parte del monto se destinará al sector sanitario para preparar al país para futuras epidemias.
El presidente Emmanuel Macron anunció también la creación de un fondo de emergencia 50 millones de euros para hacer frente a la actual pandemia de coronavirus: “La crisis del Covid-19 es un recordatorio de la naturaleza vital de la investigación científica y subraya la necesidad de invertir masivamente a largo plazo”.
Mientras Macron anunciaba las medidas, el príncipe Alberto II de Mónaco daba positivo a la prueba del COVID-19. “El soberano está siendo monitorizado por su médico y por especialistas del Centro Hospitalario Princesa Grace. Su estado de salud no genera ninguna inquietud”, reza el comunicado de la casa monegasca
Desesperación y pánico
La desesperación y el pánico colectivo por la propagación del COVID-19 se ha desatado en todos los países. Italia sigue siendo uno de los países más afectados y en la localidad de Bérgamo el virus cobró la vida de diez sacerdotes. Podrían ser más.
Las muertes son tan numerosas que “el censo es difícil de establecer”, explican los medios italianos. El diario local L’Eco di Bergamo afirma que cinco sacerdotes fallecieron en Parma, dos en Milán y en Cremona, y uno en Brescia.
“Equipados con mascarilla, gorra, guantes, blusa y gafas, los sacerdotes caminan por los pasillos como zombis”, cuenta Claudio del Monte, cura de una parroquia de Bérgamo.
Desinfectantes improvisados
En Irlanda cunde la desesperación y ante la escasez de antibacteriales y productos sanitarios, en la destilería de Listoke, al norte de Dublín, los alambiques de ginebra se utilizan ahora para producir desinfectante para las manos como protección contra el coronavirus. La destilería ha vendido 2,000 litros, entre 3,500 y 4,000 botellas.
En Turquía el pánico reina en la población que busca desesperadamente protegerse contra el COVID-19. Sin embargo, las acciones ha llevado a las personas a actuar de forma irracional.
20 personas han muerto y 34 han sido hospitalizadas en Estambul por consumir alcohol adulterado siguiendo los falsos rumores de que protege contra el coronavirus. Todos los afectados son ciudadanos de Turkmenistán que bebieron alcohol macerado con hierbas.
Estados Unidos en alerta máxima
Los Estados Unidos se encuentran en alerta máxima. El presidente Donald Trump afirmó este jueves que tomaría medidas de guerra, mientras que le hacía un llamado a la población de mantenerse en casa.
Ya se contabilizan 14.250 infectados y 208 muertos. Los mayores brotes son en los estados de Nueva York, Washington y California, adonde el presidente ha enviado barcos hospitales para apoyar los servicios sanitarios.
En California se emitió una orden sin precedentes: «Quedarse en casa». Las autoridades han ordenado el confimamiento total para los 40 millones de habitantes. La medida tomada por el gobernador Gavin Newsom, con efecto inmediato, supone la mayor y más amplia restricción gubernamental hasta el momento en el estado.
La Casa Blanca están evaluando restricciones a los viajes a México a través de la frontera.
El Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió a los ciudadanos que si viajan al extranjero «sus planes de viaje pueden verse gravemente perturbados y pueden ser obligados a permanecer fuera de Estados Unidos por un tiempo indefinido».
África y América Latina son las regiones más vulnerables
El mundo está perdiendo la batalla. La propagación del virus ha sido incontrolable y ha desbordado los servicios sanitarios más sofisticados del mundo. Las medidas de las principales potencias han sido insuficientes: Estados Unidos, Alemania, España, Francia, Canadá, Italia, Reino Unido, Bélgica, Suiza, China, Rusia, Japón, entre otros países, atraviesan una crisis sin precedente.
El «enemigo invisible» ha puesto contra las cuerdas a los países del primer mundo, mientras que el pánico y la zozobra reina en las naciones subdesarrolladas. Se especula que África y América Latina son las regiones que pueden ser más afectadas por el coronavirus, dado a que sus servicios sanitarios están devastados en la mayoría de los países.
La carencia de recursos básicos como agua, alimentos y medicinas; la precariedad de los servicios públicos; y la ausencia de una cultura contra pandemias hace a estas regiones extremadamente vulnerables a cualquier panedmia.
Aunque la mayoría de los países han tomado la medida del aislamiento, se teme que la propagación del virus sea peor que en Europa, lo que sería catastrófico y se traduciría en millones de fallecidos.
Por los momentos, África tiene menos de 800 casos confirmados y Latinoamérica está por debajo de los 2.000, pero una respuesta temprana es crucial para que sus frágiles sistemas de salud no se vean saturados rápidamente.
Recomiendan 18 meses de distanciamiento social
Mientras millones de personas están en cuarentena y salen de sus hogares solo para cubrir sus necesidades básicas, la gran pregunta que surge en el mundo entero es ¿cuándo terminará la pandemia y cuánto tiempo durará el encierro en casa?
La respuesta no es alentadora. El equipo del Imperial College de Londres, uno de los más reconocidos mundialmente, publicó un informe en el que describen diferentes escenarios.
Los científicos destacan que para enfrentar la epidemia solo hay dos estrategias posibles. La primera es la mitigación, que consiste en frenar la transmisión de la enfermedad. La segunda es la supresión, cuyo objetivo es tender a eliminar del todo la transmisión. El coste social y económico de estas medidas es mucho más alto.
Los científicos calculan que el COVID-19 alcanzaría su pico más alto en mayo y comenzaría a descender en el mes de agosto. El número total de fallecidos en España estaría alrededor de 35.000 y en la peor jornada en el mundo morirían 9.400 personas en un mismo día.
Los investigadores concluyen que para evitar un «rebote» de la pandemia, las medidas de aislamiento social deben ser mantenidas hasta 18 meses.
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