Las librerías han sido tradicionalmente lugares para pasar un buen rato. Difícilmente antes de la pandemia que ha ocasionado el coronavirus SARS-CoV-2, alguien entraba a estos lugares. Y salía de inmediato. Podía ocurrir, pero tal vez era como la excepción. Las personas llegaban y caminaban entre pasillos. Tocaban los libros. Los hojeaban. Los olían. A veces hasta un café se consumían en el establecimiento. La COVID-19 cambió eso y dejó una “nueva normalidad” en el sector.
El proceso de desescalada ha permitido la reapertura de las librerías con una superficie menor a los 400 metros cuadrados. Hay que acudir con cita previa, mascarilla y mantener el distanciamiento físico. Al ingresar, el cliente debe usar guantes y los geles hidroalcóholicos.
En nuestras #librerías tenemos claro que queremos seguir ofreciendo las mejores lecturas con todas las garantías ¡Os esperamos! https://t.co/yBfG1aAm0w #laslibreriastecuidan #yocuidodemilibreria cc @LibreriasCEGAL @AnabelLibrerias @BibabukLibreria @LibreriaLuque @LibreriaProteo pic.twitter.com/MEwdmTUrpP
— Librerías Andalucía (@LibreriasFAL) May 5, 2020
«Las visita ahora son muy rápidas: vienen, recogen su paquete y ya está, porque suele estar pagado y lo tenemos preparado. Como no puede haber más de una persona en el interior, si viene alguien más le hacemos esperarse un momentito y ya está», señala Isabel Sucunza, de la librería Calders de Barcelona.
Al igual que en una peluquería, si la persona llega sin cita y hay disponibilidad, se le atiende.
«Lo más raro es que la gente no puede tocar los libros. Normalmente en una librería las personas gustan de hojear. Eso ahora es imposible». Y esto sin duda es algo muy extraño no solo para el cliente sino también para el librero.
Librerías con cita previa deja atrás el hojear un libro
Alfonso Tordesillas es un librero de Tipos Infames en Madrid. En Malasaña tiene en la entrada de la librería un pequeño stand con dos mesas, donde atienden los clientes que previamente han hecho sus pedidos. Van y lo recogen. Una transacción así de sencilla.
Desde hoy las #librerías ya podemos atender a clientes CON CITA PREVIA. Las que así lo hacen cumplen con las normas de seguridad e higiene.
Ya puedes recoger tus pedidos o cambiar los cheques-regalo adquiridos en https://t.co/gLFHRxCi2q por #libros.#ApoyaATuLibrería pic.twitter.com/cyJSP8no3D
— CEGAL (@LibreriasCEGAL) May 4, 2020
«Se nota que la gente está muy extrañada… es todo muy raro. Antes la gente venía e invertía el tiempo con nosotros. Una librería es un sitio en el que quieres pasar tu tiempo, ¿no? Este es un lugar para estar, realmente. No es un lugar de tránsito. Es un lugar de encuentro. Saludar, recoger tu bolsa e irte es… es una sensación muy rara para todos».
Algo interesante que deja la nueva situación es una confianza total en el librero, sea en la conversación telefónica inicial o en sitio, pues si no saben exactamente lo que quieren tienen que confiar en su palabra, ante la imposibilidad de hojear. Esto hace que el cliente seleccione aquellas librerías con personal con el suficiente conocimiento para recomendar.
“Ahora la gente sabe que eres una librería con determinado fondo y que tienes cosas que a lo mejor en otros sitios no vas a encontrar», agregó Tordesillas a Eldiario.es
El libro: bien de primera necesidad
El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó recientemente 75 millones para el sector cultural, de los cuales cinco están destinados a las librerías independientes, lo que considera la Asociación de Cámaras del Libro de España positivo pero insuficiente.
Por la crisis derivada de la emergencia sanitaria, el sector reclama la aprobación de medidas adicionales “urgentes” como la puesta en marcha de un programa de compras públicas de libros destinados a las bibliotecas públicas, universitarias y escolares a través de las librerías de proximidad; la aprobación de un bono-libro que permita incentivar el consumo de libros tras la reapertura de las librerías y medidas de apoyo a la exportación de libros, como la subvención de la participación en Ferias Internacionales o el desarrollo de misiones comerciales.
También la Asociación plantea la implantación del cheque libro para la adquisición de los libros de texto así como el apoyo a la campaña de comunicación de la celebración del día del libro el próximo 23 de julio. Y la consideración del libro como bien de primera necesidad como ocurre en otros países del entorno.
El sector del libro sigue reclamando la consideración del libro como bien de primera necesidad en línea con lo que está ocurriendo en otros países, lo que permitiría hacer un reconocimiento explícito del valor del libro en nuestra sociedad. Info: https://t.co/yEImn4xFwj pic.twitter.com/OOTp1pijhv
— FEDERACIÓN EDITORES (@FGEEenlinea) May 5, 2020
Confinamiento disparó la lectura
Un estudio de la empresa Conecta Research & Consulting, que se encarga de realizar el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros, refleja un aumento en el número de lectores frecuentes mayores de 18 años, que pasó del 50% en febrero al 54% durante el confinamiento.
Los resultados obtenidos a partir de encuestas a más de 600 individuos revelan que después de ver la tele y las llamadas telefónicas, la lectura es la tercera actividad que más les ayuda a llevar la situación.
La #lectura es junto a ver la televisión y hablar por teléfono una de las tres actividades que más han ayudado a los españoles a sobrellevar el #confinamiento @conectarc Leer info 👉 https://t.co/7GiTxGyhRF pic.twitter.com/DZ2vSJwmIq
— FEDERACIÓN EDITORES (@FGEEenlinea) May 4, 2020
El estudio también reveló la subida del 29,1% al 39% de la lectura en soporte digital (ebook, smartphones, Tablet y PC). Pero el libro en papel se mantiene como el principal en todos los grupos de edad, con un 84%.
Es especialmente significativo el tiempo dedicado a la lectura. De 47 minutos promedio dedicados al día en una situación de normalidad, el tiempo se elevó a 71 minutos al día. El 62% de los encuestados reconoció dedicar más tiempo a la lectura en estas semanas.
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