Mavi Doñate, corresponsal de Radio Televisión Española en Asia-Pacífico, denuncia la censura de la policía de China en el caso de la cobertura de la COVID-19. Se confesó “agotada, harta, cansada y enfadada” por el acoso de la policía, pues no les permite grabar nada que esté relacionado con la enfermedad.
“Allá donde vamos para sacar imágenes, acabamos rodeados de 10 policías. Enseñas 20 veces la documentación, te hacen borrar todo… No sabéis lo que cuesta sacar una historia propia”, escribió en Twitter.
La prohibición se debió ―de acuerdo con la periodista― a que quisieron grabar una fila de vecinos a los que iban a examinar. Las personas estuvieron en Xinfadi, el principal mercado mayorista, en Pekín, y donde recientemente se detectó un rebrote del nuevo coronavirus.
“Y todo por querer grabar una fila de vecinos a los que van a hacer el test porque estuvieron en el mercado cerrado por el nuevo brote. Le explicamos que es algo positivo. Da igual… Es imposible trabajar”, contó la corresponsal al hacer su denuncia de la censura en China..
Más críticas
La corresponsal de RTE no es la única que denuncia la censura del régimen chino. En la edición 2020 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, de la organización Reporteros Sin Fronteras, muestra la situación del periodismo en 180 países. Se determinó que Noruega, Finlandia, Dinamarca y Suecia ocupan los primeros cuatro lugares en el respeto del ejercicio del periodismo.
No obstante, China ocupa la posición número 177 y Corea del Norte, la última, la 180: “Existe una clara correlación entre la represión de la libertad de prensa registrada durante la crisis del coronavirus y el lugar que ocupan los países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. China (177) e Irán (173), epicentros de la pandemia, establecieron dispositivos de censura masivos. En Irak (162) el gobierno suspendió la licencia de trabajo de la agencia de noticias Reuters por tres meses, horas después de publicar una nota que cuestionaba las cifras oficiales de casos de COVID-19”.
El Club de Corresponsales Extranjeros en China publicó en marzo una serie de denuncias. En primer lugar, sobre el acoso del Gobierno en contra de la información y el trabajo de los periodistas. Y en segundo lugar, en contra de las mismas fuentes informativas. Entre otros abusos, enumeraron la revocación de visas, la cancelación de entrevistas, la prohibición de trabajar en diferentes áreas, la censura y el acoso.
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