Por Carlos Fonseca
El abogado José Mariano Benítez de Lugo, que ejerce la acción popular en el ‘caso Gúrtel’ en representación de la Asociación de Abogados Demócratas por Europa (ADADE), mantuvo en su despacho de la calle Princesa de Madrid dos reuniones con los defensores de Francisco Correa a mediados del pasado mes de mayo, en las que los letrados le trasladaron la disposición del ‘cerebro’ de la trama de corrupción a «tirar de la manta» hacia arriba a cambio de que rebajara los 63 años de prisión que solicita para él. Sus interlocutores le aseguraron que ya habían llegado a un pacto con la Fiscalía en ese sentido. El también abogado Gonzalo Boye, que ejerce la acusación popular en el caso Bárcenas y recientemente se ha personado también en el caso Gürtel, asistió a uno de los encuentros.
«Las reuniones se celebraron a petición de los abogados de Correa en las fechas previas a las elecciones municipales –cuenta Benitez de Lugo-. En mi despacho estuvieron Javier Iglesias (abogado del constructor Alfonso García Pozuelo, único acusado del caso que ha alcanzado hasta ahora un acuerdo con la Fiscalía Corrupción a cambio de su confesión) y Francisco Miranda, en una ocasión, y Javier Saavedra, en otra. En uno de esos encuentros participó Gonzalo Boye, y en otra me acompañó el presidente de ADADE, Javier Ledesma, que quise estuviese presente antes de cerrar ningún acuerdo.
La oferta consistía, en esencia, en que yo rebajaría mi petición de 63 años de prisión a cambio de su colaboración con la justicia. Sus abogados aseguraron que iba a tirar hacia arriba, y que era probable que después se sumaran a las denuncias otros acusados. Me ofrecieron que firmara un protocolo del Colegio de Abogados que regula los acuerdos entre las acusaciones y las defensas, pero yo les dije que no iba a firmar nada hasta que no viese que Correa empezaba efectivamente a colaborar”.
«Discrepancias insalvables»
Tras las reuniones, Benítez de Lugo quedó a la espera de que, tal y como le habían asegurado sus colegas, Correa empezara a hablar, lo que tenía previsto hacer antes de los comicios municipales, que iban a celebrarse el día 24 de ese mismo mes de mayo. “Ni Correa confesó nada ni sus abogados me remitieron el protocolo del que me habían hablado para cerrar el acuerdo. Desde ese momento no se volvieron a poner en contacto conmigo y me olvidé del tema”.
Uno de los letrados de Correa que participó en aquellas entrevistas, Francisco Miranda, y su compañero Juan Carlos Navarro, presentaron su renuncia a continuar representando al cabecilla de la trama de corrupción “por discrepancias insalvables en su estrategia de defensa”, curiosamente a finales de ese mismo mes de mayo, al confirmarse que su cliente no iba a desvelar nada de lo que les había asegurado que iba a contar.
El plan de Francisco Correa tenía una tercera derivada: una confesión grabada en video con eldiario.es, con cuyo director, Ignacio Escolar, se reunió en varias ocasiones para preparar la entrevista, tal y como ha desvelado este diario fechas atrás. Sin embargo, Correa se echó también para atrás en el último instante.