Este sábado, Corea del Norte disparó varios proyectiles de corto alcance al mar desde su costa este por lo que Corea del Sur pidió a su vecino comunista que «detenga las acciones que elevan la tensión militar en la frontera».
Aunque el ejército de Corea del Sur dijo inicialmente que hubo disparos de misil, luego hizo una descripción más vaga. Esta es la última actividad militar desde que en abril Corea del Norte probó lo que llamó un sistema de armas tácticas guiadas.
Los analistas sospechan que la actividad militar de Pyongyang es un intento de presionar a los Estados Unidos para que avance en negociaciones después del fracaso de una cumbre en febrero.
El lanzamiento es además el primero desde que Pyongyang disparó un misil balístico intercontinental (ICBM) en noviembre de 2017, antes de declarar completa la construcción de su fuerza nuclear y tender una rama de olivo a Corea del Sur y Estados Unidos.
Presión para Estados Unidos
«Parece claro que Corea del Norte está enfadada por lo que parece ser una falta de flexibilidad en la posición del gobierno de (el presidente estadounidense Donald) Trump sobre la mitigación de las sanciones, apegándose a una política de ‘máxima presión'», dijo Harry Kazianis del grupo de expertos Center for the National Interest.
Kim sostuvo dos reuniones en febrero con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante una cumbre en Vietnam, pero no lograron avanzar en la finalización del programa nuclear de Corea del Norte debido a desacuerdos sobre desmantelamiento de armas y la flexibilización de las sanciones contra Pyongyang.
La presidencia de Corea del Sur instó a Corea del Norte a abstenerse de más acciones, en una de las declaraciones más duras desde que los dos vecinos se embarcaron en intentos de reconciliación a principios del año pasado.
«Estamos muy preocupados por última acción de Corea del Norte», dijo la portavoz presidencial de Corea del Sur, quien añadió que lo ocurrido viola un acuerdo militar entre las dos Coreas.
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