Cuando el mundo se despide del coronavirus y sus dolorosos efectos, en Corea del Norte se reportaron más de 390.000 nuevos contagios de la COVID-19 en solo 24 horas. El presidente Kim Jong-un catalogó la presencia del virus como un “gran desastre» y desplegó al Ejército para garantizar el suministro de medicamentos en los centros de salud. Murieron unas 50 personas murieron que presentaron un cuadro febril.
Con los nuevos casos registrados, Corea del Norte suma 1,21 millones de contagios, de los que 648.000 se han recuperado y 565.000 se encuentran bajo tratamiento. Unas 50 personas han muerto, pero no está claro cuántos de esos casos dieron positivo del virus SARS-CoV-2.
El gobierno norcoreano anunció la semana pasada sus primeros casos confirmados de la COVID-19, aunque los expertos creen que es probable que el virus haya estado circulando desde hace algún tiempo.
En 2021 la comunidad internacional se ofreció a suministrar a Corea del Norte millones de dosis de vacunas AstraZeneca y otras fabricadas en China. Sin embargo, Kim las rechazó afirmando que se había controlado el virus sellando sus fronteras a principios de enero de 2020.
Se teme que la población de 25 millones de Corea del Norte sea especialmente vulnerable al virus debido a esta falta de planes de vacunación y al precario sistema de salud.
El 12 de mayo, Corea del Norte reconoció que la COVID-19, específicamente la variante ómicron altamente contagiosa, había llegado al país. Desde entonces, los medios estatales han registrado de más de un millón de casos de “fiebre”. Según NK News, “fiebre” es un eufemismo que refleja una probable incapacidad de Corea del Norte para diagnosticar las infecciones. Debido a la limitada capacidad de pruebas.
La Organización Mundial de la Salud se comprometió a brindar apoyo a Corea del Norte para hacer frente al brote de covid-19. La ayuda incluye apoyo técnico para realizar más pruebas, así como el abastecimiento de suministros médicos.
Corea del Norte agitado por brote de la COVID-19
Kim decretó el confinamiento de todas las ciudades y ordenó la puesta en cuarentena de «las personas con fiebre o síntomas anormales» el jueves pasado. También ordenó la distribución de los suministros médicos que el gobierno había almacenado en caso de emergencia por la COVID-19.
Posteriormente, Kim presidió una reunión del poderoso politburó, que acordó aplicar las «máximas» medidas de emergencia contra la epidemia. Las medidas incluyen el aislamiento de las unidades de trabajo y la realización proactiva de chequeos médicos para encontrar y aislar a las personas con «fiebre y síntomas anormales», informó el medio oficial KCNA.
«Se están tomando medidas prácticas para mantener la producción a un ritmo elevado en los principales sectores de la economía nacional. Y estabilizar al máximo la vida de la población», agregó. El politburó del Partido Comunista gobernante criticó al sector antiepidémico del país por su «descuido, laxitud, irresponsabilidad e incompetencia», recogió CNN.
En las últimas 24 horas reportan 392.920 casos potenciales del virus. Por los momentos, se desconoce si Corea del Norte ha importado alguna vacuna contra el coronavirus. A pesar de ser elegible para el programa mundial de intercambio de vacunas covid-19, COVAX.
«No hay pruebas que demuestren que Corea del Norte tiene acceso a suficientes vacunas para proteger a su población. Sin embargo, ha rechazado millones de dosis de vacunas de AstraZeneca y Sinovac ofrecidas por la OMS«, dijo el investigador de Amnistía Internacional sobre Asia Oriental, Boram Jang.
Un portavoz de Gavi, la Alianza para las Vacunas, dijo que Covax «actualmente no ha comprometido ningún volumen» para Corea del Norte.
Alejada y sin capacitación
Desde principios de 2020, Corea del Norte ha mantenido uno de los regímenes de control fronterizo más estrictos del planeta para evitar la COVID-19. Nadie entra, casi nadie sale. Pero llegó la variante ómicron y ha desestabilizado el país.
El brote del que se informa por primera vez en Corea del Norte es la «mayor agitación» que ha acontecido al país desde su fundación hace más de 70 años, dijo Kim. Mientras la nación aislada y empobrecida se esfuerza por frenar la propagación de una enfermedad altamente transmisible que corre el riesgo de producir una gran crisis humanitaria.
Pero dada la naturaleza opaca del régimen y el aislamiento del país, es difícil evaluar la situación real sobre el terreno. Los diplomáticos extranjeros y los trabajadores humanitarios huyeron en masa de Corea del Norte en 2021 debido a la escasez de bienes y las restricciones «sin precedentes» en la vida diaria. Los informes de los medios estatales de Corea del Norte han sido vagos y muchas preguntas siguen sin respuesta. Incluida la cobertura de vacunas del país y el impacto del bloqueo en el sustento de sus 25 millones de habitantes.
La llamada «nación ermitaña» rechazó invitaciones para enviar equipos a competir en los Juegos Olímpicos de Tokio y Pekín, citando la amenaza del virus. Y a medida que comenzaron a surgir nuevas variantes, intensificó esos esfuerzos, cortando casi todo el comercio con China. El mayor socio comercial del país y el sustento económico del régimen de Kim. Y las importaciones desde China cayeron 99% de septiembre a octubre de 2020.