En Copenhague, el techo de una planta de tratamiento de residuos se convierte en una pista para esquiar. Copenhill es un lugar donde el ocio, el deporte y el asentamiento de energías verdes crean un espacio para la sostenibilidad hedonista. Difícil de imaginar un lugar donde el deporte y la basura comparten el mismo aire.
CPH 2025 es el plan climático para convertir a Copenhague en “una ciudad verde, inteligente y neutral en CO2¨. En este contexto, se inauguró el 1 de diciembre de 2018 Copenhill, un parque ubicado en el techo de la planta procesadora de residuos de la ciudad.
Y es que quienes hemos contado con la suerte de transitar las calles de Copenhague nos hemos encontrado con una ciudad amable diseñada para los peatones y ciclistas. Amplias avenidas rodeadas de árboles, elegantes edificios antiguos y modernos recamados con las más finas esculturas, hacen que Copenhague se sienta como una ciudad impoluta.
Una planta de residuos hedonista
Se podría pensar entonces que la polución vendría acompañada por una planta de desechos. Sin embargo, Amager Bakke o Copenhill es la combinación de lo feo con lo bello para diseñar un producto sublime y sostenible. Se trata de una planta de residuos que transforma 400 mil toneladas de basura al año en electricidad.
La planta abrió sus puertas el 30 de marzo de 2017 y es producto del diseño de la firma Bjarke Ingels Group. BIG (por sus siglas en inglés) diseña bajo la filosofía de que lo sostenible no tiene que dejar de ser divertido o no tienes que dejar de vivir para ser sostenible. Al contrario, todas las restricciones que conlleva el concepto de sostenibilidad son oportunidades para la creatividad y la invención. De allí la noción de sostenibilidad hedonista.
Producto de esta filosofía y de la meta de ser la primera ciudad neutra en emisiones de CO2, nos encontramos con este parque sobre la planta de residuos a 86 metros de altura. Este centro recreativo cuenta con un restaurante con diferentes vistas a la ciudad, el rocódromo artificial más alto del mundo para los amantes de la escalada y una pista sintética de esquí.
A falta de montañas… planta de residuos
La geografía de Copenhague se caracteriza por ser casi 100% plana. Los habitantes de la ciudad debían viajar hasta dos horas para poder esquiar. Sin embargo, ya los copenhaguenses no tienen que viajar hasta Suecia o Groelandia para disfrutar de este deporte, ya que la pista se encuentra a 10 minutos del centro de la ciudad. El proyecto que se inició en el 2011 se ha llevado a cabo con la mejor tecnología del mundo: red de seguridad de Italia, ascensores de Francia y Austria, pistas de esquí de Estados Unidos y Alemania y mano de obra danesa.
Este proyecto se enmarca en el cometido de cero emisiones, lo que significa que la producción de electricidad y calor estará basada principalmente en energía eólica, biomasa, energía biotérmica y residuos. Lo cual no solamente beneficiará al clima y al ambiente global y local, sino que ofrecerá la oportunidad de generar empleos verdes.
Ya habrá tiempo para visitar Copenhill una planta de residuos que se yergue como la síntesis de la ciudades del futuro.
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