La cumbre comenzó con una llamada al mundo para elevar la meta de financiación climática. «Vamos camino a la ruina del planeta», alertó Mukhtar Babayev, presidente de la cumbre que organiza anualmente la ONU
La cumbre climática de la ONU, la COP29, comenzó entre un torrente de propuestas, expectativas y esperanzas en medio de intereses y negociaciones. Durante dos semanas, esta vez en Azerbaiyán, el denominador común será encontrar modos y recursos para aquietar la fuerza de la crisis climática. Detener el aumento de las temperaturas en una acción global, pero en Bakú pondrá su acento en la financiación de la adaptación y mitigación del cambio climático para los países en desarrollo. Un Asunto que ha sido abordado con importantes desencuentros.
La jornada mundial empezó en medio de temperaturas récord y fenómenos extremos como la reciente y catastrófica Dana en Valencia, España. Líderes de gobierno, expertos, empresas, activistas y sociedad civil intentan «encontrar soluciones». El financiamiento climático será el tema central de las discusiones.
Naciones Unidas afirma que se necesitan billones de dólares para que las naciones reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y puedan proteger vidas y medios de subsistencia. La propuesta clave será el NCQG (New Collective Quantified Goal on Climate Finance), la propuesta para nuevo compromiso global de financiamiento climático. Además, a principios de 2025, los países deben presenten sus planes nacionales de acción climática.
La financiación a países pobres vuelve a la COP19
Los países pobres son los más afectados por el cambio climático, a pesar de que producen solo una décima parte de las emisiones. Sus efectos son graves e impactan a la salud, la alimentación, el agua, la educación y, el desarrollo de los pueblos.
Además de los desplazamientos de comunidades enteras y las pérdidas económicas de los desastres, sean precipitaciones intensas e inundaciones desbordantes o sequías e incendios. Calamidades profundas y auténticas tragedias humanas..
El financiamiento para combatir el cambio climático ha sido una fuente de tensiones. Los 197 países participantes no han resuelto aspectos como el monto, los contribuyentes y los beneficiarios. El comité de finanzas de la conferencia calcula que los países en desarrollo necesitan entre 5,8 billones y 5,9 billones de dólares para cumplir con los objetivos climáticos para 2030.
La India, el grupo de países árabe sy el grupo África propusieron compromisos que alcanzan 1,3 billones de dólares anuales desde el 2025 al 2030. Los países desarrollados lo rechazaron.
Se prevén tensas discusiones. Algunas naciones consideran que el debate sería en vano. El ministro de Relaciones Exteriores de Papúa Nueva Guinea, por ejemplo, dijo que no participa en la COP29 porque es una «pérdida total de tiempo, solo se ven promesas vacías y la inacción de los países del norte».
El financiamiento no es caridad
La cumbre climática COP29 comenzó con una llamada al mundo a elevar la meta de financiación climática. “Vamos camino a la ruina del planeta, esta crisis no es un problema futuro sino muy presente”, alertó el presidente de la conferencia mundial, Mukhtar Babayev.
Las evidencias lo demuestran. Desde las recientes inundaciones en España, los incendios forestales en Australia y hasta la subida de las aguas de los océanos. «Es urgente aumentar la financiación y dotar de mayores herramientas a los países para mejorar la mitigación de emisiones y la adaptación a los embates cada vez más catastróficos. No será fácil, esta cumbre será una oportunidad; podemos construir el punto, pero todos tienen que cruzarlo. Esta conferencia debe ser inclusiva y transparente para dar soluciones a todo el planeta frente a la emergencia climática», manifestó.
Agregó que si no se frenan las emisiones el calentamiento del planeta será de 3 °C y provocaría una situación catastrófica para millones de personas. «Proponemos aumentar la ambición y posibilitar la acción con planes climáticos claros y con la financiación necesaria», asentó.
El secretario ejecutivo de la ONU para el cambio climático, Simon Stiell, invitó a los delegados a acordar una nueva meta de financiación mundial para la lucha contra el cambio climático. «Ningún país es inmune al calentamiento global. Descartemos la idea de que el financiamiento climático es una obra de caridad. Un ambicioso objetivo de financiamiento climático debe responder exclusivamente al interés propio de todas las naciones, incluidas las más grandes y ricas.
El planeta se calienta y los compromisos no se cumplen
Alrededor de 50.000 delegados oficiales, formuladores de políticas, inversionistas y activistas medioambientales concurren a la cita en Azerbaiyán. El debate central de la COP29 será para establecer un nuevo objetivo anual de financiación climática y reemplazar los 100.000 millones de dólares anuales fijado en 2009 y que expira a finales de 2024, el año más caluroso jamás registrado.
La temperatura promedio global superará por primera vez los 1,5 grados centígrados sobre los niveles preindustriales. Un umbral crítico. La situación climática es apremiante y a financiación climática disponible para los países en desarrollo es insuficiente para resistir el empeoramiento de los impactos del calentamiento global.
Los activistas han pedido a los gobiernos de los países más ricos que contribuyan a un nuevo objetivo colectivo de financiación climática. “Establecer un objetivo más ambicioso será esencial para ayudar a los países vulnerables a adoptar energía limpia y otras soluciones bajas en carbono. Así como a desarrollar resiliencia ante el empeoramiento de los impactos climáticos”, afirma el Instituto de Recursos Mundiales.
Incorporar a más países y al capital privado
Hasta la fecha, las contribuciones financieras que permiten a los países en desarrollo lograr un crecimiento con bajas emisiones de carbono y una mayor resiliencia provienen de los países de “altos ingresos”, el Reino Unido, Estados Unidos, Japón y Alemania.
Pero en los 30 años transcurridos desde la creación del fondo, China, la India y Corea del Sur han aumentado su poder económico y sus emisiones de carbono, pero no contribución financiera. Es muy importante ampliar la lista de naciones donantes con instituciones privadas.
En ese sentido, las deliberaciones de la COP29 apuntan a reformar los préstamos climáticos globales para alentar al capital privado a participar en la financiación climática. En una carta abierta, Stephanie Pfeifer, directora del Grupo de Inversores Institucionales sobre Cambio Climático, se refirió a que muchos inversores globales comienzan a explorar formas de desbloquear y movilizar capital.
“Un objetivo financiero ambicioso que incluya capital privado puede fomentar una mayor ambición en los objetivos de los países en desarrollo (para ayudar a limitar el calentamiento global). Al generar confianza en fondos accesibles tanto para la mitigación como para la adaptación”, precisó
Las ONG humanitarias y climáticas han advertido que los préstamos, incluso en condiciones favorables, imponen la carga financiera de la crisis climática a las naciones en desarrollo endeudadas, las cuales tienen la menor responsabilidad por la crisis climática pero enfrentan los mayores riesgos. Estos grupos han pedido que las empresas contaminantes paguen su parte del daño que han infligido.
Ausencia de líderes mundiales
Recientes están los sorprendentes efectos del calentamiento de los océanos con los poderosos huracanes Helene y Milton que azotaron Estados Unidos. Y las devastadoras inundaciones que acabaron con la vida de 200 personas en España, también impulsadas por el alza de las temperaturas del Mediterráneo. El avance del cambio climático hace aún más insuficiente la cuota de financiación para que los países más pobres puedan protegerse.
Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, difundido a propósito de la COP29 en Azerbaiyán, observa una importante brecha entre los aportes y las necesidades de esas naciones vulnerables. Precisa que unos 171 países cuentan con al menos un plan nacional de adaptación climática, pero careciendo de financiación suficiente, especialmente los países en desarrollo.
La agencia reconoce que las corrientes de financiación pública internacional para la adaptación en favor de estas naciones aumentaron de 22.000 millones en 2021 a 28.000 millones de dólares en 2022. Se trata del mayor incremento interanual (en términos absoluto y relativo) desde el Acuerdo de París. El informe estima que las naciones en desarrollo necesitan entre 187.000 millones y 359.000 millones de dólares anuales en financiación adicional para afrontar los desastres climáticos.
Poca financiación y tarde
La ONU hizo un llamamiento a la COP29 para aumentar la financiación a las naciones en desarrollo, pero los más pesimistas consideran que lograr un acuerdo podría ser más difícil ahora que Trump es el presidente electo de Estados Unidos. “La victoria de Trump, que considera el cambio climático un engaño, es un duro golpe a la justicia climática global”, señaló Harjeet Singh, director de compromiso global de un grupo activista llamado Iniciativa del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.
Supone Singh que la “negativa a proporcionar financiación climática profundizará la crisis y pondrá en peligro vidas y medios de subsistencia en las regiones menos responsables del cambio climático pero más afectadas sus efectos».
El poder político estadounidense ha dominado las últimas tres COP y la relación del ex enviado especial para el clima John Kerry con su homólogo chino Xie Zhenhua permitió cerrar acuerdos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en ambas naciones. En el inicio de las deliberaciones de la COP29 en Bakú, el enviado estadounidense para el clima, John Podesta, del equipo de Joe Biden, aseguró que el trabajo de EE UU continuará con pasión y fe por frenar los fenómenos meteorológicos extremos.
Sin embargo las preguntas de los periodistas se referían a los temores sobre el mandato de Trump y sus decisiones climáticas. Podesta reiteró que el trabajo contra los efectos del cambio climático continuará en Estados Unidos. Enumeró la creciente energía renovable existente en EE UU y los proyectos a futuro. Además, recordó que Washington está trabajando en un acuerdo aprobado en 2023 en Dubái para triplicar la energía renovable en 2030. «Nos enfrentamos a nuevos vientos en contra, sin duda, pero no volveremos al sistema energético de los años cincuenta”, afirmó.
Las grandes decisiones en manos de burócratas
La ONU, organizadora de cumbre, pide un aumento en la financiación climática a los países más pobres. Sin embargo, no participarán las autoridades más importantes de China, la India, Estados Unidos, Francia y Alemania. Tampoco la Comisión Europea. Enviarán a funcionarios expertos a ocuparse de las negociaciones, pero sin poder político para decidir.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente plantea que dada la magnitud del desafío climático, colmar el déficit de financiación para la adaptación climática exigirá también enfoques innovadores para movilizar recursos financieros adicionales. Considera fundamental nuevos enfoques y incorporar los instrumentos financieros públicos y privados para desbloquear la ayuda necesaria para la adaptación climática.
No solo las limitaciones económicas y financieras, sino también los elevados costos de inversión inicial, las dificultades para obtener préstamos y los marcos jurídicos que exigen políticas nacionales más favorables.
Igualmente, sostiene que más allá de la financiación se requiere fortalecer la creación de capacidades y la transferencia de tecnología para mejorar la eficacia de la adaptación climática. Casi todos los documentos de la ONU hacen referencia a las necesidades de capacitación y tecnología, con especial atención al agua, la alimentación y la agricultura. Sin embargo, los esfuerzos en curso para satisfacer estas necesidades suelen ser descoordinados y costosos.
Lamentablemente, hay pocas pruebas de que estos esfuerzos beneficien a los grupos marginados e infrarrepresentados. Varios factores dificultan la eficacia de la transferencia de tecnología.