Convertir las selvas de concreto en bosques de alimentos y de sombra

Las ciudades se han ganado el calificativo de selvas de concreto. Las urbes se abren paso en el mundo sacrificando la vegetación existente. El cambio climático, caracterizado por temperaturas cada vez más altas, convierte a las ciudades en verdaderos hornos. Una opción para matizar este problema es volverlas más verdes para refrescarlas. Pero también pueden transformarse en alacenas a la mano si se crean en sus espacios más bosques de alimentos.