En la búsqueda de lograr metas más ambiciosas en la lucha contra el cambio climático, uno de los pasos más importantes es avanzar en la movilidad sostenible. Siendo el transporte uno de los mayores emisores de CO2, los vehículos eléctricos se han convertido en el santo grial de la industria automotriz. Nuevas empresas y nuevos modelos han surgido para reemplazar poco a poco a los tradicionales coches de combustión. Pero también ha generado un poco de nostalgia, por el futuro para muchos clásicos. Los fabricantes han dado una respuesta.
Desde el elegante Rolls Royce hasta el deportivo Jaguar o la todo terreno Range Rover. Hay coches que se han convertido en verdaderos clásicos, que han superado la prueba del tiempo y son un objeto de culto para los entusiastas de los motores. Para ser solidarios con el medio ambiente, no será necesario abandonar a estos icónicos modelos.
La belleza de los clásicos con motor eléctrico
No hay duda de que los autos clásicos son hermosos a la vista. No es de extrañar que los entusiastas del motor tengan un apego especial por los coches de antaño. Estas personas están enamoradas de vehículos que, a su juicio, se construían con amor, meticulosamente diseñados, el metal esculpido e interiores hechos a mano por especialistas.
Se trata de coches que tenían tenía valor, no solo material sino emocional. No eran objetos desechables. Estaban hechos para durar. Conceptos que contrastan con la producción en masa, el hiperconsumo y los objetos desechables. La verdadera sostenibilidad es la reutilización: dar nueva vida a los objetos que han sido descartados.
Aquí termina el encanto de los coches de antaño. En todas las demás áreas, como la eficiencia del combustible y el rendimiento, están muy por detrás de los modelos actuales. Y en una época en que la movilidad sostenible se basa en la lucha contra las emisiones de CO2, el destino de estos autos está sellado. Son, en más de un sentido, cosa del pasado.
Pero, ¿y si pudiera tener lo mejor de dos mundos? ¿Un vehículo duradero y libre de emisiones? ¿Hecho para durar y no contaminar? ¿Un automóvil de elegante diseño clásico impulsado con el último motor totalmente eléctrico? Quizás muchos lo han pensado. Pero pocos, por ahora, lo han desarrollado.
La mejor o la peor idea
Convertir un automóvil clásico en coche eléctrico con batería completa es la mejor idea o la peor. Se puede argumentar que, sin el tren motriz original, un clásico ya no es el automóvil que era, sino simplemente uno que se le parece. Por otro lado, la instalación de un sistema eléctrico podría ayudar a mantener algunos clásicos en la carretera y fuera del museo, o peor aún, del depósito de chatarra.
Un buen sistema de propulsión eléctrica listo para usar será casi siempre una mejora significativa para un viejo conductor diario, incluso si el motor original es un V-8 de alto rendimiento, gracias al par de encendido instantáneo. Un clásico eléctrico no arrojará humo ni perderá aceite. Si está cargado, debería arrancar cada vez. A ello hay que sumar la reducción de contaminantes e hidrocarburos, especialmente si el motor retirado fue construido para funcionar con gasolina premium con plomo.
Pero una conversión eléctrica, por definición, no es original. Nunca se acercará a ganar 100 puntos en su concurso local o alcanzar la aprobación de su amigo purista.
De hecho, la Federation Internationale des Vehicules Anciens (FIVA), un grupo dedicado a la preservación y protección de vehículos antiguos, declaró recientemente que una vez que un vehículo se ha convertido en eléctrico, “no cumple con la definición de FIVA de vehículo histórico, ni apoya el objetivo de preservar los vehículos históricos y su cultura relacionada».
La idea de una boda real
Una boda cambió la perspectiva para algunos. Después de ver al príncipe Harry y a Meghan Markle alejarse de su ceremonia en el Castillo de Windsor, en 2018, en un clásico Jaguar E-Type, que se había convertido en un vehículo eléctrico, muchos cambiaron de opinión.
No fue, por supuesto, el inicio de esta moda de los coches clásicos eléctricos, pero si fue un punto de inflexión. Llevó la reconversión de estos vehículos a nuevas alturas.
Siguiendo los pasos del príncipe Harry y la duquesa de Sussex, los entusiastas de los autos clásicos están tomando cada vez más coches antiguos, que originalmente funcionaban con gasolina, y reemplazando sus motores y tanques de combustible por baterías y motores eléctricos.
La iniciativa de Lunaz
David Lorenz fue uno de los que se inspiró en el ejemplo de Harry y Meghan. Esto es lo que pretende hacer con su empresa Lunaz. Una nueva marca británica que restaura coches clásicos y los convierte con motores eléctricos. Su objetivo es preparar los automóviles más bellos y famosos de la historia para el futuro. Con sede en Silverstone, en el Reino Unido, Lunaz Design tiene la reputación de convertir automóviles británicos en automóviles eléctricos modernos, eliminando los problemas de confiabilidad del automóvil original.
Un Rolls-Royce Phantom V de 1961 de ocho asientos, un Jaguar XK120 de 1953 y un Rolls-Royce Cloud de 1956 son parte de su apuesta inicial. «La misión de Lunaz es definir el futuro de los clásicos. Preservamos el pasado abrazando el futuro, haciendo de los autos más hermosos de la historia una propuesta relevante”, dice Lorenz.
Un trabajo meticuloso
El proceso de restauración y conversión representa una reingeniería desde cero. Después de una inspección, cada esquina se pesa para comprender la distribución del peso original. La información permite tomar las decisiones sobre la configuración del chasis, el empaque del tren motriz y la suspensión. Después de esto, el motor de combustión interna y los sistemas asociados se eliminan y el chasis se prepara para la electrificación, aunque se guardan en secreto los detalles de la tecnología de propulsión eléctrica de Lunaz.
La siguiente etapa consiste en escanear el automóvil en 3D para que los ingenieros puedan crear modelos CAD detallados. Luego, se emplean las habilidades tradicionales de construcción y restauración de carrocerías con el automóvil despojado de su carcasa de metal desnudo. Los defectos imperceptibles de la carrocería se abordan a mano antes de que comience el proceso de acabado de la superficie.
El mismo enfoque se extiende al interior. El equipo de diseño interno realiza adaptaciones sutiles para integrar la tecnología conectada y los sistemas de audio. La marca también ofrece accesorios asociados con los trenes de potencia eléctricos: cargadores de batería y convertidores de corriente continua, que están integrados en el diseño existente.
Finalmente, se instalan nuevos sistemas de aire acondicionado y calefacción electrónica. El acelerador se convierte en un sistema de aceleración por cable.
Nostalgia futurista
En septiembre de 2020, Lunaz anunció el inicio de la producción de los únicos autos Rolls-Royce electrificados del mundo. Un Rolls-Royce Phantom V de 1961 es la joya de la corona en el proceso de reingeniería de Lunaz. Esto incluye la restauración desde cero y la incorporación del tren motriz eléctrico patentado de la empresa y un conjunto completo de actualizaciones de hardware y software.
Luego de la transformación de un Rolls-Royce Phantom V en un vehículo completamente eléctrico, Lunaz anunció otro reto: la electrificación de un Jaguar XK120. «Uno de los ejemplos más significativos de la herencia de automóviles de alto rendimiento de Gran Bretaña recibe una nueva dimensión audaz en dinamismo y facilidad de uso a través de la conversión a completamente eléctrico», afirma el sitio web de la firma.
Lunaz tiene como objetivo mantener los coches tan fieles como sea posible a su forma original. Por lo tanto, restaura y conserva asientos, paneles y cualquier otra cosa que se pueda salvar.
Apuesta por los utilitarios
Lunaz también creará una serie inicial de 50 de los vehículos utiltarios (SUV) de lujo fabricados en la «era clásica» entre 1970 y 1994. Los Range Rovers eléctricos clásicos se ofrecerán con las especificaciones «Town» y «Country».
Los Range Rovers eléctricos clásicos de Lunaz incluirán un sistema de tracción en las 4 ruedas, suspensión actualizada que incluye barras estabilizadoras y frenos mejorados.
Igualmente, la empresa ZeroLabs, con sede en California ZeroLabs, lanzó una nueva plataforma de vehículos eléctricos que se puede insertar debajo de los autos clásicos para brindarles un tren motriz electrificado moderno en cuestión de días.
ZeroLabs, que se lanzará con disponibilidad limitada a finales de 2021, está respondiendo consultas ahora para la primera plataforma eléctrica completa del mundo, con un motor eléctrico, batería de iones de litio y capacidades de carga rápida de corriente directa.
La compañía ya ha descrito cuatro tipos de vehículos clave que podrá convertir a completamente eléctricos: 4×4 clásicos de 1947-1975, autos deportivos clásicos de antes de 1975, clásicos dos puertas de 1948-1975 y camionetas clásicas de 1947-1975.
Prometiendo una «transformación perfecta de 30 días», el proceso de ZeroLabs comienza desarmando el automóvil clásico, quitando cualquier pieza peligrosa, insegura u obsoleta, luego reconstruyéndola, antes de agregar la plataforma eléctrica con su batería actualizable.
Otras iniciativas
Electric Classic Cars, con sede en Newtown, Gales, en el Reino Unido, también ha logrado probar que algunos de los modelos más queridos del pasado ahora pueden funcionar con electricidad.
La compañía ofrece conversión de coches clásicos a 100% eléctricos y ha trabajado en vehículos como el Range Rover Classic, Ferrari 308 y BMW CSi.
Richard Morgan, fundador de Electric Classic Cars, dijo que les «apasiona preparar autos clásicos para el siglo XXI y mantener nuestra posición de liderazgo en este mercado en rápida evolución».
Morgan ha sido propietario, restaurado y competido con varios clásicos desde los 17 años. También ha trabajado en la industria de la eficiencia energética durante los últimos 20 años, ayudando a algunas de las organizaciones más grandes del mundo a reducir sus emisiones de carbono.
Economía circular
La conversión de coches clásicos en vehículos eléctricos va más allá de un tema de nostalgia. Liberar a estos automóviles de convertirse en chatarra, representa una ganancia para el medio ambiente.
No se trata solo de las emisiones de CO2. Hay un elemento de mayor conciencia en cuanto al consumo. Por ahora, sin embargo, existen elementos en contra. Por un lado, está el coste. La reconversión puede ser más costosa que comprar un auto nuevo. También hay un tema de seguridad. Muchos de estos viejos modelos no cumplen con los requerimientos actuales en cuanto a protección de los ocupantes o de terceros. Yo este problema no se soluciona al hacerlos eléctricos, han advertido los expertos.
Sin embargo, los avances tecnológicos han contribuido en el pasado a reducir los costes. En este caso podría ocurrir nuevamente. El mensaje es claro, reducir el consumo y aumentar la vida útil de los materiales y equipos es un factor importante de cara a la economía circular y, con ello, más sostenible. Convertir coches clásicos en vehículos eléctricos podría ser, en el futuro, una excelente alternativa.
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