Por Cambio16| Ilustraciones: Luis Moreno
Pasar del Real Madrid al Barça -o viceversa- es pecado sin opción a redención (y si no que se lo pregunten a Figo). Pero en política la cosa cambia. Tras la tormenta -si la hay- llega la calma. Por ideología, desavenencias, notoriedad… A continuación: el arte de cambiar de color político con nombres y apellidos.
Es uno de los rostros más conocidos de la formación naranja. Actual portavoz de Ciudadanos en el Congreso y hombre de confianza de Albert Rivera -al que confiesa haber dicho ‘no’ en dos ocasiones para ir en sus listas-, Juan Carlos Girauta (Barcelona, 1961) tiene experiencia en tres de las cuatro formaciones que este 26 de junio se juegan las elecciones. Podemos es la excepción.
Sus inicios pasaron por la Joven Guardia Roja y el PSC. El mismo Girauta ha confesado que se cumplen ahora 30 años desde que dejara de ser socialista. Fue antes de la segunda victoria de Felipe González, en 1986. Con el PSC también dejó la política, al menos en la práctica. Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona, se ganaba la vida como periodista de opinión. Fue en 2003 cuando la formación de la gaviota le conquistó. “Aún no existía C’s y entendí como un deber cívico ayudar al único partido [al que entonces creía] no contaminado por el nacionalismo, al único capaz de hacerle frente en última instancia”. Así defiende su decisión en un blog publicado en la web Libertad Digital, ante las críticas de sus excompañeros populares, “los de la basura” les llama él.
Girauta concurrió a tres citas electorales de la mano del PP y de Alicia Sánchez Camacho. Las municipales de 2003 por Castellò de Empuries; las catalanas de 2003 y las generales de 2004, ambas por Girona. Ante la reprobación de quienes le acusan de buscar únicamente un sillón, asegura en ese mismo blog que su candidatura en el PP era de refuerzo, que nunca contempló ser elegido y que llegó a C’s cuando todos daban por muerta a la formación. Además, explica que hoy gana menos y trabaja mucho más que entonces.
«No, punto. No vamos a entrar en Podemos”. Corría febrero de 2015 y Tania Sánchez (Madrid, 1979) recalcaba la respuesta. “Punto”. Meses después, ocupaba el sexto puesto en la lista de la formación morada por Madrid de cara al 20D sólo por detrás del núcleo duro. Nombrada portavoz en la Comisión de Defensa en el Congreso, a pocos se les escapa que su papel dista mucho de ser testimonial. Tras ser imputada y desimputada, la que fuera candidata de IU después de ganar unas primarias, abandonó el partido y creó Convocatoria por Madrid, formación que ha confirmado que se integra oficialmente en Podemos.
Nunca ha tenido pelos en la lengua y en más de una ocasión se ha plantado frente al PP más conservador a cara descubierta. Por todos es recordado su voto a favor de la retirada del anteproyecto de ley del aborto auspiciado por Gallardón. Sorprende esta rebeldía, pero bucear en el pasado de Celia Villalobos (Málaga, 1949) es tropezar con una joven revolucionaria, simpatizante confesa del Partido Comunista. Otra cosa es la militancia, que ella niega, aunque se la ha situado dentro de la Organización Comunista de España Bandera Roja. Casada con Pedro Arriola, asesor primero de Aznar y más tarde de Rajoy, llegó a Alianza Popular en el 83. Desde entonces la hemos visto como alcaldesa de Málaga, ministra de Sanidad y vicepresidenta del Congreso.
«Yo antes era neoliberal. Lo confieso”. Esta declaración es de Pablo Echenique (Rosario, 1978), secretario de Organización de Podemos. Pero no sólo eso, votó a Albert Rivera y estuvo afiliado a Ciudadanos. En una carta abierta publicada en eldiario.es en 2013, el científico argumentaba su pasado: “Los medios son tan sólo el instrumento de propaganda de la élite y cualquier joven nacido antes de internet creció con el mismo mensaje llegándole de todos los ángulos: ‘Los ricos son buenos y trabajadores’; ‘el capitalismo es bienestar, libertad y amor’… Por ello, creo que no hay que ser muy duro con mi yo pasado y, de hecho, con nadie que haya sucumbido a la propaganda. Lo fácil era sucumbir. Lo difícil era ver la realidad detrás de la manipulación”. Sorprende, pero hay más: “Me parecía apropiado que EEUU invadiese Irak, pensaba que la ‘libertad’ estaba por encima de todo, y creía en todos esos eslóganes que los asesores capitalistas le susurraban a ZP en el oído”. También en este post, explica que cuando le preguntan por qué cambió de opinión, contesta: “Es que he leído”.
El suyo es uno de los cambios de chaqueta que más ha dado que hablar en el último año. El fichaje de Irene Lozano (Madrid, 1971) -quien perdió las primarias de UPyD en julio de 2015- fue un jarro de agua fría para muchos socialistas, que no dudaron en alzar la voz contra la periodista. Entre ellos, Susana Díaz, quien la acusó de haber insultado sistemáticamente “a los andaluces, a los votantes del PSOE y a miles de socialistas honestos”. El resultado electoral no hizo sino empeorar la situación al quedarse fuera un hombre clave de la formación como es Eduardo Madina. La salida de UPyD de Lozano no fue mejor que su recibimiento en el PSOE. Rosa Díez, también conversa, llegó a pedir disculpas “a los afiliados y votantes” de su formación “por haber llevado a esta persona en las listas”. No obstante, han sido sólo cuatro meses, y Lozano ha hecho saber a Pedro Sánchez que no cuente con ella en las listas del 26J porque se va a involucrar en otros proyectos.
Hijo del último alcalde franquista de Vilanova i la Geltrú, Josep Piqué (Barcelona, 1955) tuvo una adolescencia alejada de sus raíces y de lo que sería su futuro. Militante primero de Bandera Roja y más tarde del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), se licenció en Derecho y en Ciencias Económicas y Empresariales. Más tarde, ejerció de profesor en la Universidad de Barcelona y fue director general de Industria entre 1986 y 1988 con la Generalitat en manos de CiU. Fue en 1996 cuando José María Aznar reclamó sus servicios como ministro de Industria y Energía (ya había pasado por Ercros y por la presidencia del Círculo de Economía de Barcelona). Aún no era militante del PP, pero dijo sí. En 1999 se afilió y se incorporó al Comité Ejecutivo Nacional. A partir de ahí: portavoz del Gobierno, ministro de Asuntos Exteriores, de Ciencia y Tecnología y, para finalizar, presidente del Partido Popular de Cataluña, puesto que dejó en 2007.
«La joya de la corona”, la llegó a llamar en su día el entonces coordinador general de IU Gaspar Llamazares. Rosa Aguilar (Córdoba, 1957) fue durante años la alcaldesa de la única capital de provincia gobernada por Izquierda Unida, Córdoba. Afiliada al PCE desde los 17 años, Aguilar siempre estuvo ligada a su ciudad natal y tuvo como mentor a Julio Anguita. Junto a él forjó su imagen. Durante los diez años que estuvo al frente del ayuntamiento no se cuentan como excepciones las veces que arremetió contra los socialistas, en especial contra Felipe González y su gestión. Pero “IU no es lo que era”. Esa fue la frase que Aguilar pronunció en 2009 al anunciar su marcha del consistorio para incorporarse como independiente al gobierno de la Junta de Andalucía como consejera de Obras Públicas y Vivienda. Decisión por la que fue expulsada de Izquierda Unida. Un año y medio después, José Luis Rodríguez Zapatero la nombró ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino en sustitución de Elena Espinosa. Su afiliación llegó en 2014 y en junio de 2015 fue designada por Susana Díaz consejera de Cultura de la Junta de Andalucía.
Apuesta personal del mismo Albert Rivera. En julio de 2015 se anunciaba el regreso a Ciudadanos de Antonio Cantó García del Moral (Valencia, 1965). Sí, regreso porque ya estuvo afiliado en 2006 y junto a él se manifestó en contra de la política lingüística en el sistema educativo de la Generalitat de Cataluña. No obstante, en 2007 optó por la política municipal y se presentó como número 5 de Vecinos por Torrelodones. No salió. El antes y el después en política del popular David de 7 Vidas llegó en 2008, cuando el actor se unió a UPyD. Cabeza de esta formación a la Generalitat valenciana, tomó la decisión de dejar su escaño y renunciar el 7 de abril de 2015 ante la crisis interna del partido -la candidatura de Irene Lozano, en la cual iba de número dos, perdió las primarias de UPyD-. Ante esta situación, acabó dando el sí como independiente a Rivera y actualmente es la cabeza de lista de Ciudadanos por Valencia tras la renuncia expresa de su antecesor Vicente Ten.
No podía faltar la otrora líder de Lozano y Cantó. Rosa Díez fue diputada foral por Vizcaya, parlamentaria, consejera y europarlamentaria socialista. Distintas desavenencias le hicieron abandonar el PSOE y fundar UPyD. Como ella, Francisco Álvarez Cascos, secretario general del PP, vicepresidente del gobierno y ministro de Fomento con Aznar, dejó atrás su pasado popular para levantar FORO Asturias y convertirse en presidente del Principado. Más llamativo es el salto de Jorge Verstrynge. Sus inicios en política parten de la extrema derecha en la dictadura. Con la democracia entró en Alianza Popular, en el 93 aterrizó en el PSOE y actualmente apoya a Podemos. Y para finalizar: Pilar del Castillo (la popular fue militante de Bandera Roja), Cristina Alberdi (la exministra socialista fue fichada por Esperanza Aguirre) y Diego López Garrido con raíces en IU llegó al PSOE en el año 2001.