Por Cambio16
11/09/2017
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El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA) y la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) han alertado este lunes mediante una conferencia de prensa de que la prohibición del uso del castellano en los principales aeropuertos españoles, que entrará en vigor el próximo 12 de octubre, constituye «un cambio radical» en la forma de hacer su trabajo. Por eso han instado al Gobierno a elaborar la excepción al reglamento, que «tiene potencial de afectar gravemente a la seguridad aérea».
En concreto, los representantes sindicales de pilotos y controladores han asegurado que la norma fue elaborada sin tomar en consideración los estudios técnicos elaborados por la propia Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) -dependiente del Ministerio de Fomento- cuyo texto saca «conclusiones que en nada se parecen a la norma» que elaboró la Dirección General de Aviación Civil y que finalmente refrendó el Ministerio de Fomento.
Según Luis Vidarte, secretario general de USCA, «la norma plantea una exclusión real del español en los aeropuertos más importantes», si bien «específicamente dice que los estados pueden hacer excepciones según la situación», y ha llamado a las autoridades a introducir dicha excepción, tal y como harán Francia y Portugal, según aseguraron los portavoces.
Esta nueva normativa es la transposición española del reglamento europeo que busca estandarizar las normas de aviación (Standarised European Rules of the Air, SERA), que en su parte C permite expresamente la inclusión de excepciones a los estados miembros hasta el día 31 de diciembre del presente año.
In english, please
Recientemente, la Agencia Española de Seguridad Aérea, AESA, se puso en contacto con las compañías aéreas del país para solicitar su ayuda en una tarea: impulsar el inglés como única lengua en las comunicaciones entre los aviones, los centros de control y las torres de los aeropuertos.
Eso se viene haciendo desde siempre, pues el español es lengua oficial de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) desde la fundación de esa institución en 1944 junto al inglés y el francés. A estas tres se le unió el ruso en los años 70 y más recientemente el chino y el árabe.
En los aeropuertos españoles se usa de modo indiferente castellano e inglés en las comunicaciones, según la lengua que hable el interlocutor: si la compañía es española y la tripulación también, los controladores darán instrucciones a los pilotos en su lengua común. Si la tripulación es de otro país, se usa el inglés y si las instrucciones a una tripulación española pueden afectar de algún modo a la operativa de un avión extranjero que esté en la zona, se usa también el inglés para evitar confusiones.
Ante esto, los sindicatos critican que «han sido funcionarios que no son pilotos ni controladores los que han tomado esta decisión», mientras que desde SEPLA destacan que la prioridad en los aeropuertos es «entender y transmitir el mensaje de manera concisa, rápida y eficaz», una cuestión en la que estarían implicados numerosos equipos de seguridad en pista que forman parte de la frecuencia.
«Muchos de ellos desgraciadamente no lo hablan –inglés–«, han asegurado, lo que suprimiría una de las barreras de seguridad, o bien obligaría a los controladores a traducir simultáneamente a aquellos equipos no acostumbrados a comunicarse en este idioma.