La presencia masiva y abusiva de plásticos en los océanos, representa un atentado para el ecosistema de los mares y de la vida misma en el planeta. Un estudio de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, asegura que la contaminación plástica crea una «trampa evolutiva» para las tortugas marinas jóvenes.
La investigación encontró plástico dentro de pequeñas tortugas jóvenes. Luego de adelantar una exploración en la costa este del Pacífico y, el oeste en el océano Índico de Australia. Señala el informe que después de nacer en las playas, estas especies marinas viajan en las corrientes y pasan sus primeros años de vida en mar abierto.
Pero estas corrientes acumulan ahora grandes cantidades de plástico y, muchas tortugas jóvenes se lo tragan, al alimentarse cerca de la superficie. Es allí el punto de inicio de una cadena de deterioros.
«Las tortugas jóvenes han evolucionado para desarrollarse en el océano abierto, donde los depredadores son relativamente escasos», dijo Emily Duncan. «Sin embargo, nuestros resultados sugieren que este comportamiento las lleva a una ‘trampa’ en su natural proceso evolutivo. Al arrastrarlas a áreas altamente contaminadas como la Gran Mancha de Basura del Pacífico”, confió la investigadora del Centro de Ecología y Conservación en el campus Penryn de Exeter en Cornwall.
El estudio fue financiado por Sea Life Trust y National Geographic Society.
Incidencia de la contaminación plástica en las tortugas
La investigación asegura que estas tortugas generalmente no tienen una dieta especializada, comen cualquier cosa, incluido los desechos de la contaminación plástica. Una bolsa que flota en el mar puede parecerse a una gran medusa, alga u otra especie que les resulte apetecible.
El plástico ha sido producido en masa desde la década de 1950 y desde entonces está afectando a las tortugas y otras especies de forma devastadora. Los plásticos afilados pueden romper los órganos internos y las bolsas pueden causar obstrucciones intestinales. Al impedir que las tortugas se alimenten, provocando inanición.
«Su impacto para la salud podría generar pérdidas en estas primeras etapas de la vida. Por tanto, podría tener una afectación significativa en los niveles de población» de estos animales marinos, apuntó Duncan.
Los investigadores examinaron tortugas marinas juveniles, desde crías hasta un caparazón de hasta 50 cm. Aquellas que fueron arrastradas o capturadas accidentalmente por pescadores en las costas australianas. En total, se incluyeron 121 tortugas marinas de cinco de las siete especies del mundo: verde, boba, carey, golfina y lomo plano.
La proporción de tortugas que contienen plástico fue mucho mayor en la costa del Pacífico: 86% de tortugas bobas, 83% de verdes, 80% de tortugas planas y 29% de tortugas lora.
En la costa del Océano Índico, el 28% de las tortugas planas, el 21% de las tortugas bobas y el 9% de las tortugas verdes contenían plástico. Solo se encontraron siete tortugas carey, por lo que este tamaño de muestra fue pequeño.
Atrapadas en el plástico, por dentro y por fuera
La contaminación plástica en las tortugas del Pacífico era en su mayoría fragmentos duros, que podrían provenir de una amplia gama de productos utilizados por los humanos. Mientras que los plásticos del Océano Índico eran principalmente fibras, posiblemente de cuerdas o redes de pesca.
Los polímeros más comúnmente ingeridos por las tortugas en ambos océanos fueron el polietileno y el polipropileno.
«Estos polímeros se utilizan tan ampliamente en productos plásticos que es imposible precisar las fuentes probables de los fragmentos que encontramos», sostuvo Duncan. “Las crías contenían fragmentos desde 5 mm a 10 mm de longitud, y el tamaño de las partículas aumentaba junto con el tamaño de las tortugas”, agregó.
Trágicamente, la acumulación de plástico en las principales playas de anidación hace que las tortugas bebés estén más expuestas a enredarse entre los plásticos. Sin permitir que lleguen hasta el mar e incluso morir atrapadas.
Por su parte, Mark Hamann de la Universidad James Cook comentó que la contaminación plástica se había convertido en una de las amenazas más urgentes para la vida silvestre marina.
“Los plásticos ahora constituyen el 80% de todos los desechos marinos. Y se pueden encontrar en todas partes, desde aguas superficiales hasta sedimentos de aguas profundas”, sostuvo.
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