La contaminación afecta directamente nuestra salud. Es un hecho. Lo que poco sabíamos es que respirar el aire contaminado de las grandes ciudades nos hace menos inteligentes. Así lo aseguran varias investigaciones científicas sobre la contaminación ambiental y su efecto en las habilidades intelectuales de los humanos.
La contaminación del aire causa siete millones de muertes prematuras al año, pero el daño a las capacidades mentales de las personas es menos conocido. Por esta razón los investigadores publicaron los hallazgos extremadamente preocupantes de la relación entre la contaminación del aire y el rendimiento cognitivo en los estudiantes.
Daños en el cerebro
Un primer estudio científico publicado en la revista a Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) de Estados Unidos en 2018, muestra que respirar aire contaminado durante un largo período de tiempo acelera la pérdida de rendimiento cognitivo en pruebas verbales y de matemáticas. Los autores detallan que el deterioro es más pronunciado a medida que las personas envejecen. Especialmente para los hombres y personas con un nivel educativo inferior.
“El daño en el cerebro que envejece debido a la contaminación del aire probablemente impone costes económicos y de salud considerables. El funcionamiento cognitivo es crítico para las personas mayores tanto para realizar recados diarios como para tomar decisiones de alto riesgo”, advierten los autores de la investigación realizada en China. No obstante, es relevante en todo el mundo puesto que el 95% de la población mundial se encuentra respirando aire poco saludable.
Para el profesor Xi Chen, de la Escuela de Salud Pública de Yale y miembro del equipo de investigación, el aire contaminado puede hacer que estemos perdiendo un nivel de educación equivalente a un año. Además, el efecto negativo de la contaminación está directamente relacionado con los ancianos, Especialmente los mayores de 64 años. Los hombres también son de los más afectados.
Aunque hay varios estudios que relacionan la contaminación ambiental con los daños en el cerebro humano, este es el primero en examinar a personas de todas las edades y la diferencia entre hombres y mujeres. El estudio analiza las pruebas sobre 20.000 personas en toda China entre 2010 y 2014.
Efectos negativos del aire que respiramos
Bastó que llegara 2021 para que otro estudio confirmara lo que ya intuíamos. Cuanto más tiempo la gente se expone al aire contaminado, mayor es el daño a la inteligencia. Esta vez, Graciela Muniz-Terrera, coautora de una investigación de la Universidad de Edimburgo, señala que el aire que respiramos nos afecta desde los primeros años de vida. Además de que se va agravando con el paso del tiempo.
Los investigadores probaron la inteligencia general de más de 500 personas de aproximadamente 70 años utilizando una prueba que todos habían completado a la edad de 11 años. Luego, los participantes repitieron la misma prueba a las edades de 76 y 79 años. Se utilizó un registro de dónde había vivido cada persona a lo largo de su vida para estimar el nivel de contaminación del aire que había experimentado en sus primeros años. El equipo utilizó modelos estadísticos para analizar la relación entre la exposición de una persona a la contaminación del aire y sus habilidades de pensamiento en la edad adulta.
También consideraron factores del estilo de vida, como el nivel socioeconómico y el tabaquismo. Pero los hallazgos son claros: la exposición a la contaminación del aire en la infancia tiene una asociación con un peor cambio cognitivo entre las edades de 11 y 70 años. Este estudio muestra que es posible estimar la contaminación atmosférica histórica y explorar cómo esto se relaciona con la capacidad cognitiva a lo largo de la vida, según los investigadores.
Por ahora, el origen y el tipo de la polución no está del todo claro. «Es difícil separar su origen pero la exposición a la polución por el trafico es el sospechoso número uno”, según Muniz-Terrera.
La polución del pasado
A lo largo de la historia se han investigado las relaciones entre la polución y demencia en diferentes países. Ahora, la novedad es que se considera el largo plazo. Si se observa el mapa de la polución en el pasado, se ve que ésta está sobre todo concentrada en los países más industriales. Países que hoy aplican políticas medioambientales para intentar poner coto a sus consecuencias pero que podrían sufrirlas en diferido, en el largo plazo.
Por otro lado, gran parte de la población mundial actualmente vive en zonas con el aire contaminado, en especial por dióxido de nitrógeno y azufre. La OMS recuerda constantemente que cada año mueren al menos tres millones de personas de forma prematura por su exposición exterior a la polución. Además de que nueve de cada 10 respiran un aire que excede sus cifras máximas. Y a ello se une sus consecuencias en las habilidades intelectuales.
Marta Crus-Bou, investigadora en Harvard, asegura que las personas más expuestas a contaminantes del aire presentan alteraciones en el cerebro en regiones que sabemos que se alteran en el alzheimer, por lo que de alguna forma contribuye a aumentar el riesgo de padecerlo en el futuro. Mientras que Xiaobo Zhang, catedrático de Economía de la Universidad de Pekín y uno de los autores del estudio en China, dice que la contaminación del aire tiende a seguir una curva en forma de U invertida y cuando el desarrollo económico de un país alcanza cierta etapa, tendemos a ver una mejora en la calidad del aire y así el impacto negativo en el rendimiento cognitivo será menor.
Lo único que nos salvará, asegura, es controlar la polución, consumir mejores alimentos, tener una mayor educación y estar en constante atención médica. Todo esto ayuda a mejorar el rendimiento cognitivo.
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