La pandemia trastornó vidas y alteró la percepción de la sociedad a las enfermedades y sus cuidados. La noticia de un nuevo virus, detectado igualmente en China y transmitido por vía de la zoonosis activa las alarmas. ¿Será tan peligroso? ¿Volverán las medidas restrictivas? Hasta los momentos se sabe que 35 personas han sido infectadas con el nuevo virus del tipo henipavirus llamado Langya henipavirus (LayV).
Los casos se registraron en dos provincias situadas en el este de China, Henan y Shandong. Las personas presentaron fiebre, tos, síntomas respiratorios, fatiga, similares al SARS-Cov-2 y otros virus. El LayV está estrechamente relacionado con otros dos henipavirus que infectan a las personas: el Hendra y el Nipah.
Los investigadores creen que LayV es transportado por musarañas, que podrían haber infectado a las personas directamente o a través de un animal intermediario. Estos animalillos similares a los ratones, tienen hocico puntiagudo, ojos pequeños y cola larga y habitan en madrigueras. El hallazgo fue publicado en The New England Journal of Medicine.
Los científicos dicen que no están demasiado preocupados porque el virus no parece propagarse fácilmente entre las personas ni es fatal. Y ninguno de los casos parece estar relacionado. “No hay una necesidad particular de preocuparse por esto. Pero la vigilancia continua es fundamental”, dijo Edward Holmes, virólogo evolutivo de la Universidad de Sídney en Australia. Es importante realizar pruebas periódicas a personas y animales en busca de virus emergentes. A los fines de comprender y evitar el riesgo de enfermedades zoonóticas.
Henipavirus, el nuevo virus detectado en China
Los grandes brotes de enfermedades infecciosas suelen surgir después de muchos comienzos en falso, dice Emily Gurley, epidemióloga de enfermedades infecciosas de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore. “Si estamos buscando activamente esas chispas, entonces estamos en una posición mucho mejor para detenernos o encontrar algo temprano”, explicó.
El equipo de investigación que identificó a LayV lo hizo mientras monitoreaba pacientes en tres hospitales en las provincias chinas orientales de Shandong y Henan entre abril de 2018 y agosto de 2021.
El equipo secuenció el genoma de LayV a partir de un frotis de garganta del primer paciente identificado con el Henipavirus en China, una mujer de 53 años. El virus lleva el nombre de la ciudad Langya, en Shandong, de donde era ella, dijo la coautora Linfa Wang, viróloga de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Singapur de Duke.
A lo largo del período de estudio, los investigadores encontraron 35 personas infectadas con LayV, en su mayoría agricultores, con síntomas que iban desde neumonía grave hasta tos. Dijeron en un cuestionario que habían estado expuestos a un animal dentro del mes anterior a la aparición de los síntomas, reseñó Nature.
El genoma de LayV muestra que el virus está más relacionado con el henipavirus Mojiang, que se aisló por primera vez en ratas encontradas en una mina abandonada en la provincia de Yunnan, en el sur de China, en 2012. Los henipavirus pertenecen a la familia de virus Paramyxoviridae, que incluye sarampión, paperas y otros virus respiratorios. Se han descubierto otros henipavirus en murciélagos, ratas y musarañas, desde Australia hasta Corea del Sur y China. Pero se sabe que solo Hendra, Nipah y ahora LayV infectan a las personas.
Se necesita un sistema de vigilancia global
Los investigadores no encontraron pruebas sólidas de la propagación de LayV, el henipavirus detectado en China. No hubo grupos de casos en la misma familia, en un período corto o en una proximidad geográfica cercana. “De los 35 casos, ninguno está relacionado”, afirmó Wang.
Gurley comentó que esta es una buena noticia. Pero un rastreo retrospectivo de contactos en solo 15 miembros de la familia de 9 personas infectadas, lo que dificulta determinar cómo estuvieron expuestas exactamente las personas. Aún así, señaló que no vio nada en los datos que «causara alarma desde una perspectiva de amenaza pandémica».
No está claro cómo se infectaron las personas, ya sea directamente de las musarañas o de un animal intermedio, agregó Gurley. Aún queda mucho por investigar para determinar cómo se propaga el virus en las musarañas y cómo se infectan las personas.
Holmes, por su parte, indicó que existe una necesidad urgente de un sistema de vigilancia global para detectar los contagios de virus. Y comunicar rápidamente esos resultados para evitar más pandemias, como la provocada por COVID-19. “Este tipo de eventos secundarios zoonóticos ocurren todo el tiempo. El mundo necesita despertar.”, asentó.
Mayor cantidad de microorganismos
Raúl Rivas, catedrático del área de Microbiología de la Universidad de Salamanca, sostuvo que «siempre que aparece un nuevo virus que presenta síntomas patogénicos en humanos, hay que estar alerta. No es cuestión de lanzar una alarma injustificada. Pero sí ser conscientes de que es un nuevo virus que no conocemos, que no sabemos muy bien hasta dónde puede llegar y que todavía no sabemos cómo se transmite».
«En los próximos años habrá cada vez un mayor número de microorganismos. Particularmente de virus y también pueden aparecer bacterias que puedan ser patógenas de humanos y que provengan de los animales», dijo a National Geographic.
Agregó que cada vez mejoran las técnicas de diagnóstico, pero también se conjugan otros factores que tienen que ver con el cambio climático, con la destrucción de los hábitats, con la deforestación, con el contacto estrecho con animales salvajes que aumenta la posibilidad de un intercambio de virus entre especies, incluida la humana».