Diversos estudios han sugerido que, por más raro que suene, las personas que no consumen alcohol tienen una tasa de mortalidad más alta que las que beben cantidades bajas o moderadas. Sin embargo, una reciente investigación publicada en la revista médica Plos Medicine aclara que el mayor riesgo de mortalidad entre quienes se abstienen a beber alcohol tiende a ser en gran medida por otros trastornos anteriores. Señalan el alcoholismo, la adicción a las drogas, el tabaquismo o la mala salud en general, y nunca por no consumirlo actualmente.
El estudio lo lideraron Ulrich John, Hans-Juergen Rumpf, Monika Hanke y Christian Meyer de la Universidad de Medicina de Greifswald, Alemania. Se basó en una muestra aleatoria de 4.093 adultos alemanes que participaron en una encuesta entre 1996 y 1997. Es decir, cuando tenían entre 18 y 64 años de edad.
Hallazgos relacionados con los abstemios
Entre los 447 participantes del estudio que se consideraban abstemios (que renunciaron por completo al consumo de alcohol) al inicio del estudio, 405 de ellos, es decir un 90,60% eran ex consumidores de alcohol. De esos 447, un 72,04% o unas 322 personas habían cumplido con uno o más criterios de dependencia o abuso de alcohol o drogas, consumo de alcohol con riesgo, habían tratado de reducir o dejar de beber, eran fumadores diarios o autoevaluaban su salud de regular a pobre.
Además, 114 o un 35,40% de los abstemios tenían un trastorno previo por consumo de alcohol o un consumo de alcohol de riesgo. Otros 161, un 50%, no tenían tal riesgo relacionado con el alcohol, pero eran fumadores diarios. En conclusión, los investigadores hallaron que 322 participantes que no consumían alcohol y que tenían uno o más de los factores de riesgo tuvieron un tiempo de muerte más corto que aquellos con un consumo de alcohol bajo o moderado.
“Los resultados apoyan la opinión de que las personas que actualmente son abstinentes del alcohol no tienen necesariamente un tiempo de supervivencia más corto que la población con un consumo de alcohol de bajo a moderado», dijo Ulrich John, uno de los autores. Es decir, los hallazgos hablan en contra de las recomendaciones de beber alcohol por razones de salud.
Análisis de datos
Tras 20 años de haber comenzado el estudio, los investigadores decidieron realizar un análisis de datos en 3 pasos después de presentar las características iniciales de los participantes del estudio. Primero, analizaron las asociaciones de la abstinencia y el consumo de alcohol con el tiempo hasta la muerte. Usaron a los abstemios como un grupo de participantes del estudio. Los consumidores de alcohol de bajo a moderado se tomaron como grupo de referencia.
En segundo lugar, los autores analizaron los subgrupos de los encuestados que se abstuvieron de alcohol de acuerdo con uno o más criterios de dependencia o abuso de alcohol o drogas de por vida cumplidos, consumo de alcohol con riesgo, haber hecho esfuerzos para reducir o dejar de beber, estado de tabaquismo y salud autoevaluada. Nuevamente, los consumidores de alcohol de bajo a moderado se tomaron como grupo de referencia.
Finalmente, en el tercer paso analizaron nuevamente los subgrupos de encuestados que se abstuvieron de alcohol. Pero esta vez usaron a los consumidores de alcohol de bajo a moderado que nunca habían fumado como grupo de referencia. «Esto se debe a que los consumidores de alcohol de bajo a moderado han sido utilizados como un grupo completo para las comparaciones en investigaciones anteriores», explicaron. Además, proporcionaron análisis de datos de subgrupos. Los abstemios de alcohol se analizan con referencia a los consumidores de alcohol de bajo a moderado para cada subgrupo.
Es falso que el consumo moderado de alcohol trae algún beneficio
Durante mucho tiempo se ha asumido que consumir alcohol de una manera baja a moderada tendría efectos positivos para la salud. Se basaba en el hallazgo de que los abstemios de alcohol parecían morir antes que los bebedores de bajo a moderado. Pero es incorrecto.
“Descubrimos que la mayoría de los abstemios tenían problemas con el alcohol o las drogas, un consumo de riesgo de alcohol, fumar tabaco a diario o una salud entre regular y mala en su historial. Es decir, factores que predicen una muerte temprana”, asegura John.
Aquellos sin un historial evidente de estos factores de riesgo tenían una esperanza de vida similar a la de los consumidores de alcohol de bajo a moderado. Por lo que el hallazgo habla en contra de las recomendaciones de beber alcohol por razones de salud.
El estudio se realizó debido a que según la evidencia existente, la abstinencia de alcohol parecía estar asociada con una menor esperanza de vida que el consumo de alcohol de bajo a moderado. Además, las personas que se abstienen de consumir alcohol pueden incluir aquellas que tienen factores de riesgo que pueden ser las razones de una esperanza de vida más corta en comparación con los consumidores de alcohol de bajo a moderado.