Carla Vallés, consultora senior de ANIMA Strategic Consulting
En los últimos años ha sido evidente que la forma en que consumimos y utilizamos los recursos naturales tienen un impacto significativo en nuestro planeta y en nuestra propia calidad de vida. Los efectos del cambio climático, la contaminación y la sobreexplotación de los recursos naturales nos han llevado a una encrucijada en la que debemos tomar decisiones para proteger nuestro futuro y el de nuestro planeta. Presenciamos el surgimiento del consumo consciente.
Lo que antes eran voces solitarias que abogaban por la necesidad de replantearnos la forma de consumir, pasó a ser una tendencia mayoritaria. Se tendrá muy en cuenta cada acto de compra y consumo. Muchos lo denominan capitalismo regenerativo, un sistema que sustenta en un modelo que recompense la verdadera creación de valor, y no solo la extracción de valor,
Se potenciarán acciones como el buycott, comprar productos o servicios de una marca como una manera de mostrar apoyo y compartir los mismos valores. Asimismo, reparar y reutilizar los productos no será una tendencia minoritaria, sino algo imprescindible para poner fin a los crecientes residuos.
Lograr un consumo más controlado permitirá a las personas reforzar su seguridad ante un contexto de incertidumbre, con la convicción de que las pequeñas aportaciones individuales tienen el poder colectivo de lograr grandes cambios.
¿Cómo impacta a las empresas el consumo consciente?
Ante este cambio en la forma de consumir, las marcas deber tener claro y firme su compromiso con la sociedad y el cuidado del planeta. Las empresas que no tengan el objetivo de lograr dejar un mundo mejor quedarán relegadas por las que se mantengan firmemente en esta línea con la regeneración.
En el estudio realizado por Accenture“Del individualismo a la colectividad: el auge de la marca con propósito” queda reflejado que el 62% de los compradores quieren que sus marcas tomen una posición sobre los temas sociales, culturales, ambientales y políticos que a ellos les preocupan, especialmente el calentamiento global.
Las marcas tendrán papel muy relevante si ayudar a los consumidores a cumplir sus objetivos de sostenibilidad y tienen en cuenta el presente periodo de restricciones económicas.
Muchas personas, a pesar de su firme interés en aportar su granito de arena en el cuidado del planeta, tienen limitaciones económicas que se lo impiden. Por tanto, las marcas pueden reforzar su compromiso con el entorno ofreciendo soluciones asequibles que permitan a los usuarios sentirse parte de la solución, no del problema.
El desarrollo de productos más durables, ajenos a la obsolescencia programada, y la aportación de herramientas que nos permitan tener más recursos y ser más autosuficientes ante un contexto impredecible serán clave para que los consumidores los vean como aliados en su disposición a lograr una vida mejor.
¿Qué oportunidades ofrece al mercado y a la sociedad el consumo consciente?
- Ser más humanos que nunca. Fomentar que clientes, trabajadores y otros actores involucrados en la empresa identifiquen los valores compartidos y las áreas en las que puede marcar la diferencia.
- Honestidad y transparencia, cada vez más apreciados. Las empresas que reivindiquen con sus mensajes su compromiso con el entorno, pero que después no demuestren con hechos sus mensajes serán penalizadas.
- Reducir el impacto no basta, hay que aportar valor. No bastará con que las marcas intenten reducir al máximo su impacto en el planeta, también deberán pensar en la forma de aportar algo de valor para mejorar las vidas de sus consumidores y ayudarles a consumir de manera más consciente. Las empresas deberán tener muy claro su papel en la sociedad y contribuir a mejorar su entorno.
- Potenciación de recursos locales y diversificación. El conflicto de Ucrania ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de las cadenas logísticas y de seguridad alimentaria. Se potenciará que las marcas exploren la posibilidad de volver a usar recursos locales o diversificar más sus recursos para abastecerse (y no solo en la industria alimentaria).
- Compromiso con las comunidades locales. Se exigirá a las marcas trazabilidad y transparencia sobre como obtienen las materias primas y como conservan los recursos naturales. Los consumidores demandaran credenciales de actuación ética, no solo en mensajes sino también en prácticas evidentes.
En definitiva, las empresas que se adapten a consumo consciente tendrán un impacto positivo en el medioambiente y la sociedad y sobre todo, estarán mejor preparadas para enfrentar con éxito los desafíos futuros en un mercado cada vez más exigente.