La demanda de gas en España no ha aumentado desde 2008. Sin embargo, un informe del IEEFA revela que los consumidores pagan la cuenta de una infraestructura sin utilizar y con unas tasas crecientes del servicio, mientras los accionistas de Enagás obtienen grandes beneficios.
Analistas del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA) señalan que la Empresa Nacional de Gas ha aplicado una estrategia de “seguridad y diversidad del suministro” para construir o ampliar en exceso plantas de regasificación de gas natural licuado, gasoductos de gas natural e instalaciones de almacenamiento. El exceso de capacidad implica tasas bajas de utilización de las infraestructuras gasistas y las facturas de gas más elevadas de Europa.
El documento Capacidad y remuneración excesivas en el sector del gas español precisa que Enagás actúa como gestor de red de transporte de gas en régimen de monopolio. Se beneficia de un sistema regulatorio que garantiza una tasa fija de retribución por inversiones en infraestructuras. Independientemente de que el país realmente necesite esas inversiones.
“El marco regulatorio de España proporciona a Enagás pocos incentivos para mejorar su eficiencia o para atender las demandas de los consumidores”, dijo Ana María Jaller-Makarewicz, autora principal del informe. “La empresa puede sencillamente invertir dinero en proyectos a menudo innecesarios y salir ganando. Mientras, carga a los consumidores con el peso de los costes”, agregó la analista del sector energético de IEEFA Europa.
Consumidores pagan los excesos de Enagás
Enagás es la compañía con más plantas de regasificación del mundo. Su actividad no está impulsada por la demanda de los consumidores ni la búsqueda de eficiencia. «La mueve un marco regulatorio que le garantiza una tasa fija de rentabilidad de sus inversiones en infraestructuras gasistas, independientemente de que el país la necesite realmente”, observa IEEFA.
«Durante años Enagás ha construido y ampliado plantas que han derivado a índices muy bajos de utilización de las infraestructuras gasistas, así como a algunas de las facturas de gas más elevadas de Europa”, insiste.
Arjun Flora, coautor del informe sostiene que la demanda ha bajado en España. «Pero ese no es el fondo de la cuestión. Es el exceso de inversión en proyectos de gas innecesarios por el afán de obtener ingresos regulados. Se beneficia a los accionistas de Enagás en vez de atender las necesidades del sistema técnico o de los consumidores”, advierte el director de Estudios de Finanzas de la Energía de IEEFA Europa.
En los últimos 20 años la tasa de utilización de la capacidad instalada no ha llegado nunca al 50%. No obstante, Enagás tiene previsto invertir en más proyectos con el argumento de que se necesitan “gases renovables” para descarbonizar la economía de España.
Jaller-Makarewicz apunta que “se corre el riesgo de que se repita el error de construir infraestructura que no hace falta y acumular más activos varados. Los consumidores españoles de gas se verán obligados a cubrir los costes mayores”.
¿Capacidad creciente y ociosa?
Enagás le salió al paso a los criterios del informe de IEFFA, en los cuales coloca en desventaja a los consumidores en el pago de ese servicio. La empresa afirman en Climática que “en los últimos 10 años no se han construido infraestructuras gasistas de relevancia en España”. No obstante, recalcan en que “las infraestructuras gasistas, como todas las que sirven para prestar servicios esenciales, están dimensionadas para poder atender la demanda en cualquier momento. Incluidas las puntas de demanda”.
Argumentan que en los últimos años, «muchas infraestructuras en numerosas ocasiones han alcanzado niveles de utilización cercanos al 100%. Coincidiendo, por ejemplo con olas de frío, fenómenos que han provocado problemas de abastecimiento de otras energías”.
Jaller-Makarewicz dice entender que la red de gas debe satisfacer la demanda pico, “incluso si es solo por períodos cortos”. Sin embargo, han constatado que “incluso en el caso de demanda máxima, la capacidad era más que suficiente para abastecer la demanda”. Esto, es función del informe de seguridad de suministro de la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Gas y datos de España.
Reporta que las 7 de las 28 plantas de importación de GNL que están en España, 6 son plantas de GNL operativas y una se encuentra en estado de hibernación. “Las plantas de GNL que están operativas representan casi un tercio de la capacidad de importación de GNL de Europa. Pero sus índices de utilización son de los más bajos del continente”, afirma.
La planta El Musel, en Gijón (Asturias), aunque quedó terminada en 2013, entró en estado de hibernación hasta que la demanda justifique su uso. Está inutilizada. Sin embargo, desde 2015 Enagás Transporte S. A. U. ha recibido una retribución anual de 23,6 millones de euros.
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