En una poco usual consulta popular promovida por el Ayuntamiento de París, los citadinos opinaron sobre mantener o no los patinetes eléctricos de autoservicio que desde 2018 proliferan en la capital francesa. La respuesta fue no. Este rechazo convertirá a la ciudad luz en la primera urbe europea en vetar el alquiler intensivo de este medio de transporte.
El 89,03% de los votantes parisinos optó por no renovar los contratos de las empresas que ofrecen este servicio, que finalizan el próximo 31 de agosto. Los resultados oficiales publicados por el Ayuntamiento de París, 91.385 votos fueron en contra de los patinetes versus 11.256 (10,97%) a favor. La elección estuvo marcada la baja participación. Apenas 103.084 votantes de los de 1,3 millones participó. Menos del 7,5% del total de registrados
A pesar de que el referéndum no era vinculante, la alcaldesa de París Anne Hidalgo, contraria al patinete, considera que retirar estos patinetes reducirá las “molestias” en las calles y aceras de la capital, se había comprometido a “respetar pura y simplemente el resultado”. Fuera cual fuera. Habiendo ganado su opción, no le da importancia a la baja participación de los parisinos.
“El 1 de septiembre, no habrá más scooters de autoservicio en París”, anunció Hidalgo al informar sobre los resultados de la consulta. Dijo que había sido un hermoso día para «la democracia participativa, que es mucho mejor que la democracia de opinión y la democracia de sondeo”.
La negativa de los electores podría acabar con un mercado líder para los vehículos de dos ruedas que han ampliado las opciones de locomoción en la capital francesa, como en otros centros urbanos del mundo.
Adiós a los patinetes eléctricos en París
Repartidas por París, fáciles de localizar y alquilar con una aplicación descargable y relativamente baratas, los patinetes eléctricos son un éxito entre los turistas que aman su utilidad y fácil manejo que ofrecen. En los cinco años transcurridos desde su introducción, siguiendo la estela de los coches compartidos y las bicicletas compartidas, los patinetes eléctricos de alquiler también han ganado seguidores. Especialmente entre aquellos parisinos que no quieren o no pueden pagar los suyos pero les gusta la opción de escapar del metro y otros transportes públicos.
Pero en medio de las quejas de que los scooters son una monstruosidad y una amenaza para el tráfico, la alcaldesa de París y algunos de sus diputados quieren desterrar ese medio de «flotación libre». Llamado así porque los scooters se recogen y dejan según el capricho de sus arrendatarios. La acción de retirarlos estaría soportado en razones de seguridad, molestias al público y costo-beneficio antes de que la capital sea sede de los Juegos Olímpicos el próximo año.
El teniente de alcalde de transporte de París, David Belliard, señaló que los scooters han estado involucrados en cientos de accidentes. También indicó que son más dañinos para el medio ambiente que caminar, andar en bicicleta o en autobús. Y que son demasiado rápidos y anárquicos en una ciudad histórica, compacta y abarrotada donde el espacio es escaso.
Crean “una sensación de inseguridad general en el espacio público, especialmente para las personas más vulnerables. Estoy pensando en personas mayores o personas con discapacidades. “Hay algunos beneficios, pero lo que veo hoy es que los costos son mayores”, dijo en una entrevista con The Associated Press.
Menos traslados y menos impuestos
El ayuntamiento debe decidir si renueva los contratos que autorizan a tres operadores privados (Lime, Tier y Dott) a desplegar cada uno 5.000 patinetes en la capital, que vencen en verano. En los últimos días, el municipio se hacía pocas ilusiones sobre el nivel de participación en esta consulta. Sobre un tema considerado secundario incluso dentro de su mayoría.
Después de darles la bienvenida en 2018, París se convertirá en la única capital europea en prohibir los patinetes eléctricos de autoservicio.
Mientras, los operadores de alquiler de patinetes eléctricos Lime, Tier y Dott, por su parte, mostraron su inconformidad con el proceso de votación. Cuestionando que solo hubiese una veintena de lugares para votar tras haber solicitado sin éxito que se abriera el voto electrónico, preferido por los jóvenes, sus principales clientes.
“El resultado de esta votación tendrá un impacto directo en los traslados de 400.000 personas por mes”, advirtieron las tres compañías. A la vez anticiparon consecuencias en las finanzas de la ciudad. Por cuanto dejarán de pagarle unos 930.000 euros al año.
Los detractores de los 15.000 patinetes eléctricos que actualmente están funcionando en París alertaban del riesgo que suponen para la seguridad y de que eran abandonados en cualquier parte del espacio público.
Por otra parte, los partidarios del actual sistema ponen el foco en los 800 puestos de trabajo que están ahora amenazados. Y la flexibilidad para los desplazamientos que proporcionan. Alguna de las empresas de alquiler había permitido su uso gratuito durante la jornada para facilitar la participación.