por MARÍA JESÚS HERNÁNDEZ | 93 METROS
El ‘juego de tronos’ socialista encumbró, el pasado julio, a un desconocido: Pedro Sánchez. Atractivo, con labia, formado, sin un marcado pasado político… ¿suficiente? No. Estrategias, comunicación verbal y no verbal, ingeniería política… tras la elección del candidato, la creación del líder abre un nuevo capítulo.
«Puedes tener al mejor candidato del mundo, pero sin el contexto adecuado, pierdes», asegura el consultor político José Luis Sanchís.
Las cualidades físicas y psicológicas son importantes, incluso evidentes: mejor alto que bajo, mejor guapo que feo, mejor buen orador que malo… Pero ahí está Jordi Pujol, bajito, nada agraciado físicamente y con dificultades a la hora de hablar. Su balance: 23 años como presidente de la Generalitat.
«Las cualidades personales pueden ayudar, pero no son determinantes. Lo más importante para un buen líder es saber ‘surfear la ola’», cuenta Luis Arroyo.
La política es una cuestión de distancia y proximidad. Ganas cuanto más te acercas al sentir de los votantes y pierdes cuando te alejas, normalmente por orgullo, vanidad y falta de humildad. Como dijo Abraham Lincoln: «Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo, pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo».
«Hay que ser claro. La ambigüedad en política es caldo de cultivo para tus enemigos. Hay que ser consciente de que lo importante no es lo que dices, sino lo que le llega a la gente», sentencia el experto José Rúas.
¿Quiere saber qué líder es usted? Participe y construya su líder seleccionando las características que más le definen.