Empezamos el II CISM con la primera mesa de debate sobre la conservación de la naturaleza y la biodiversidad. Contamos con la participación de Enrique Segovia, director de conservación de WWF; Ignacio Torres, de Fundación Biodiversidad Social Ecológica y el reto demográfico; Arturo de Larena, director de EfeVerde; Mauricio Domínguez Adame, director de Responsabilidad Social Corporativa de Heineken; y Juan Carlos Atienza, responsable de Gobernanza Ambiental SEOBirdlife.
Moderador Arturo de Larena:
Hace un año, por estas fechas, yo terminaba de moderar una mesa en el primer Congreso y ese día se produjo la renuncia de Chile a la organización de la COP 25 del clima. Eso me obligó a salir corriendo a la agencia Efe. Pero a partir de esa noticia negativa se materializó la candidatura de España y se organizó una de las cumbres mejor montadas de los últimos años. Ahora nos encontramos en una situación que entonces no podríamos anticipar. La pandemia, el coronavirus y la tragedia que supone para muchas familias, muchas personas, muchas economías.
Quizás deberíamos ver si somos capaces de salir reforzados de esta tragedia y hacer grandes cosas, para hablar de la influencia de la naturaleza de la biodiversidad en nuestro entorno y también en los temas de salud. Como comentaban hace unos segundos, tenemos a cuatro destacados expertos. Dos biólogos, el subdirector de Biodiversidad de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y un licenciado en Económicas y Empresariales.
Vamos a empezar por la izquierda, por Juan Carlos Atienza, el responsable de Gobernanza Ambiental de SEO BirdLife. Una buena fuente de información para los que nos dedicamos a estas cuestiones. Durante estos meses se ha hablado de que la naturaleza, la biodiversidad, ha sido la gran favorecida de la pandemia que resurgían las especies en lugares en los que no era habitual. ¿Realmente ha sido así? ¿Hay alguna lección positiva de estos meses de pandemia?
Juan Carlos Atienza:
En realidad, yo creo que no podamos decir que por el hecho de que ha habido pandemia a la biodiversidad fuera mejor. Ha servido, sí, para darla a conocer, para acercarla a las personas. Hemos estado recluidos en nuestra casa y desde las ventanas hemos descubierto que teníamos pájaros y otra fauna cerca. También aprendimos por los científicos y por los medios de comunicación, que es el primer escudo, la primera barrera, para evitar la zoonosis, para evitar futuras pandemias. Esa es la mayor ventaja que ha sacado la biodiversidad.
Moderador Arturo de Larena:
Comentabas que la biodiversidad es la primera barrera para prevenir zoonosis. Se estima que el 60% de las enfermedades infecciosas son de origen animal. ¿Eso puede hacer que determinadas especies, que además están amenazadas como el pangolín o los murciélagos, sean criminalizadas y haya más interés en erradicarlas que en preservarlas?
Enrique Segovia:
Tengo pensamientos encontrados al respecto. Yo espero que por un lado no. De hecho, se está perdiendo mucho el foco en erradicar o en eliminar los mercados húmedos. Una serie de prácticas que datan siglos, milenios. Hemos visto claramente que la destrucción de la naturaleza está íntimamente relacionado con la zoonosis. Ya estamos viendo cómo vamos pasando de una deforestación a un contacto, de una ruptura de la red a las relaciones tóxicas. Un contacto de seres humanos con virus y bacterias que antes no teníamos. La Fundación Biodiversidad es una fundación pública que tiene contacto tanto con las organizaciones de defensa ambiental como con las empresas. Sobre todo, trabaja intensamente en la preservación de ese patrimonio.
Ignacio Torres:
Muchas gracias, Arturo. Muchas gracias a Cambio16 por habernos invitado a participar y desearle a Cambiemos una larga trayectoria y mucho éxito en la difusión de estos temas que realmente trascendentales para la sociedad. En este momento, a nivel europeo, hay una legislación contundente en lo que se refiere a biodiversidad. Una nueva estrategia está alumbrando las políticas a nivel de los Estados miembros.
En España, gracias a la existencia de un ministerio para para el cambio, para la transición ecológica con rango de vicepresidencia, se está avanzando en muchas políticas medioambientales. Se está aprobando la infraestructura verde, que puede ser un salto para todo lo que tiene que ver con la conectividad, pero también avanzamos en polinizadores. También estamos actualizando del Plan Estratégico de Patrimonio Natural y Biodiversidad, que será un referente.
También vamos a trabajar intensamente en generar una estrategia en la que se ponga en valor toda la ciencia alrededor de la biodiversidad, alineado con las propias estrategias del Ministerio de Ciencia. Todos los que gestionamos biodiversidad tenemos que utilizar la ciencia como una herramienta básica para el cambio.
Moderador Arturo de Larena:
Casi todas las películas distópicas sobre catástrofes comienzan con científicos advirtiendo del riesgo y políticos haciendo lo que les da la gana. Quizá debemos de hacer más caso a la ciencia. Otro de los factores en la conservación de la biodiversidad es el mundo empresarial, que en los últimos años ha cambiado bastante. Prácticamente no prestar atención a los temas ambientales, aunque hay empresas que llevan muchos años trabajando sobre estas materias, a incluirlo en todas sus políticas medioambientales y de responsabilidad social corporativa.
Mauricio Domínguez Adame es el responsable de RSC de una de las principales empresas cerveceras que hace unos años nos invitó a pensar en verde, más bien por el color de la botella que por el tema ambiental, pero que es un excelente lema para generalizar. Si pensáramos más en verde, quizá la situación actual sería un poco diferente. ¿Cómo se interioriza desde el mundo de la empresa esa preocupación por la conservación de la diversidad biológica? Y entiendo que en vuestro caso, especialmente por el patrimonio hidráulico.
Mauricio Domínguez Adame:
En nuestro caso es fácil porque la protección de la biodiversidad forma parte de nuestra estrategia de negocio. Una clave que tenemos es la protección de la fuente de agua. La cerveza es el 95% agua. Somos la única compañía de España que devuelve a la naturaleza el 100% del agua que contiene su producto. Un hecho bastante importante. Lo hacemos apostando por la infraestructura verde.
Hemos llevado a cabo la restauración de humedales y labores de reforestación. En Doñana hemos restaurado 4 laguna litorales con el apoyo de SEO BirdLife, en su seguimiento y evaluación. También en Valencia, en Quart de Poblet y en el Barranco del Pollo, principal afluente de la Albufera. Y gracias a estas actuaciones hemos conseguido devolver al medio en 1.400 millones de litros de agua, que no es poca cantidad de agua. Queremos cerrar el ciclo este año en Madrid, en una actuación en el río Jarama, para conseguir el objetivo de que el cien por cien de nuestras fábricas compensan el agua que contiene su cerveza.
Moderador Arturo de Larena:
Conservar los recursos para conservar la vida y también conservar la economía. La recuperación económica tras la pandemia va a estar marcada por el Pacto Verde Europeo y las inversiones en la línea de una transición justa y una descarbonización. ¿Cómo se puede, desde estas diversas organizaciones, impulsar este tipo de políticas y hasta qué punto se pueden incorporar los objetivos de conservación de la biodiversidad? Recientemente conocimos que no se han cumplido las metas de Aichi que se fijaron hace diez años para la conservación de la biodiversidad en parámetros como la agricultura, la pesca, las especies exóticas invasoras. ¿Cómo hacer que la biodiversidad sea un motor de esa recuperación económica y de una sociedad más justa y más descarbonizada?
Enrique Segovia:
El momento es crucial. En WWF llevamos muchos años peleando por llegar a este momento. ¿Qué tenemos que hacer? Pensamos que al menos el 50% de los fondos que vengan de recuperación deben ir destinados a objetivos climáticos y de protección de biodiversidad. Ese porcentaje se traduce, evidentemente, en toda la parte energética. Sin embargo, hay toda una parte de recuperación del patrimonio natural, de restauración del medio natural, de una correcta gestión del agua, de la adaptación de la costa al cambio climático…
Hay una serie de actividades ligadas al medio natural y a los espacios protegidos que son fuente de fuente de empleo y que, claramente, tienen que ayudar a que el pacto sea verde y sea justo. Pero hay algo más, que hay que reforzar la normativa ambiental. Lo que se haga no puede ir en detrimento de los estándares ambientales que tenemos. Puede haber cierta tendencia o ciertas ganas de reducir, en algunos casos, para acelerar los procesos. Además, hay que evitar inversiones que vayan en sentido contrario, que perpetúen el deterioro de la biodiversidad. Nosotros hemos sacado una lista de sectores que no deberían recibir ayudas o que esas ayudas deberían estar condicionadas a cumplir unos parámetros ambientales muy claros. No hay agricultura intensiva ni ganadería intensiva, ni autopistas ni centrales nucleares.
Moderador Arturo de Larena:
Hablabas de creación de empleo verde. La Fundación Biodiversidad precisamente tiene una línea de trabajo sobre la creación de puestos de trabajos vinculados con el medio ambiente. Los empleos verdes. ¿Hay alguna estimación de cuántos puestos de trabajo se podrían crear en España y en la Unión Europea apoyando estas medidas?
Ignacio Torres:
Los últimos cálculos de la Comisión Europea es que se podrían generar 250.000 o 150.000 empleos. Pero con el impulso y los modelos de transición llegarían hasta 2 millones de empleos solo en España. Ahora mismo tenemos varios líneas de financiación. La Fundación tienen, por una parte, una capacidad donante en el marco de sus proyectos. También la capacidad de gestionar proyectos propios, en el marco de nuestras convocatorias y de nuestro papel como organismo intermedio de gestión de fondos estructurales y utilizando el Fondo Social Europeo.
El programa Empleo Verde tiene ahora abiertas varias líneas, pero hay una que queremos que sea ampliamente conocida. Cualquier empleo verde se puede cofinanciar. Un empleo verde que esté ahora contratándose, y que dure al menos seis meses, tiene la capacidad de ser cofinanciado. Una oportunidad, dentro de la situación dramática que tenemos, de poner un foco diferente y de que las cosas se pueden hacer mejor en el marco de este cambio de modelo, de esta transición que estamos desarrollando. Es una convocatoria que estará abierta hasta el mes de abril.
Los invitamos visitar la página web de la Fundación. Hay muchos millones de euros dedicados a este ámbito, pero también tenemos convocatorias para formación, para la generación de empleo, para la mejora de las competencias. Será así a lo largo de los próximos años. De tal modo que hay un nicho de un nicho de financiación importante para que todos seamos capaces de desarrollar el cambio de modelo.
Moderador Arturo de Larena:
Para la empresa privada. Este tipo de iniciativas, este tipo de ayudas, son interesantes. ¿Cómo se puede impulsar desde una compañía cervecera el empleo verde?
Mauricio Domínguez Adame:
Voy a poner un ejemplo para que se entienda lo que hemos hecho durante estos años. Nuestro objetivo es compensar el agua que contiene nuestras cervezas y que nuestra compañía tenga un impacto hídrico neutro. Buscamos soluciones de distinto tipo, pero al final acabamos apostando por infraestructura verde. Pensamos conlleva un importante desarrollo de la biodiversidad.
Por poner un ejemplo, el proyecto Cañaveral que hemos llevado a cabo en Valencia, se extiende a lo largo de 2,7 kilómetros del cauce del Barranco del Pollo, principal afluente del Albufera. Hemos hecho una reforestación en 7 hectáreas colindantes al cauce, que estaban totalmente invadida por una especie invasiva y exótica que consume diez veces más agua que una planta de ribera. En este caso, con 20 especies diferentes autóctonas de la Comunidad Valenciana, en reforestación de 5.000 plantas, hemos logrado compensar 430.000 metros cúbicos de agua, lo cual es bastante importante. Estaríamos hablando de regar una finca de 72 hectáreas de naranjos, por ejemplo.
Moderador Arturo de Larena:
Estamos viendo cómo la biodiversidad puede convertirse en un elemento de crecimiento, de riqueza, de creación, de empleo. SEO BirdLife es una ONG que ha evolucionado desde sus comienzos en el campo de la ornitología a una organización global con iniciativas variadas. Por ejemplo, el cultivo de arroz ecológico. Juan Carlos, ¿nos podrías contar algún ejemplo de cómo desde una organización no gubernamental se puede fomentar el crecimiento a partir de la conservación de la biodiversidad?
Juan Carlos Atienza:
Una ONG es asociación de la sociedad civil organizada con un objetivo. En nuestro caso, la conservación de la naturaleza. Y se puede hacer de muchas formas. Nuestro principal papel es impulsar para que las administraciones hagan los cambios necesarios para llegar a un futuro mejor. Un futuro en donde el hombre y la naturaleza convivan de forma armoniosa. Esa es nuestra principal labor. A partir de ahí hace falta concienciar a las personas y a los sectores productivos. Debemos tener mucho diálogo con todo el mundo. El mejor diálogo con los agricultores es haciendo agricultura. Tener diálogo con las empresas es acompañarlas en estos cambios verdes. El campo en el que podemos movernos las ONG es muy grande y muy necesario. Somos una parte de la sociedad con más información. Tenemos una conciencia y unos objetivos que intentamos transmitírselo al resto de las personas.
Moderador Arturo de Larena:
¿No tenéis la sensación de que la conservación de la biodiversidad ha sido un poco, desde el punto de vista informativo y desde el punto de vista de concienciación, la hermana pobre frente a otros grandes problemas como la emergencia climática.
Yo, por ejemplo, hacía el ejercicio de buscar en el banco de datos de la agencia Efe algunas palabras relacionadas con con estos términos. Por ejemplo, buscaba la palabra pandemia en las noticias del pasado 2019 y me salían 111 noticias en las que se hablaba de pandemia. Lo hacía en lo que llevamos de 2020 y me salían más de 79.000. Buscaba biodiversidad y en lo que vamos de año me sale en 1.350, que no está mal. El año pasado en todo el año nos escribimos 1.732 noticias. La agencia tiene 180 oficinas repartidas por el mundo, por lo tanto estamos muy cerquita.
En cuanto a escribir sobre biodiversidad del año pasado y sin embargo en crisis climática, también es verdad que tuvimos la COP 25. Hay 3.145 informaciones en las que hablamos de crisis climática. Y este año van 1.682, más o menos la mitad. Es decir, hemos bajado el volumen de información sobre crisis climática. También por las condiciones. Hemos aumentado espectacularmente las informaciones sobre la pandemia y nos mantenemos sin mayores cambios.
En biodiversidad, sin embargo, las cifras no son buenas. Los recientes informes de la Comisión Europea hablan de una mala conservación de los espacios protegidos de la Unión. Esta es una pregunta abierta para todos. ¿Qué debemos de hacer? ¿Qué se puede hacer desde los distintos ámbitos en los que vosotros trabajáis?
Ignacio Torres:
Me gustaría hacer dos reflexiones. La primera, es que se está hablando de biodiversidad tanto como el año pasado, pero ligado a un concepto que nos interesa muchísimo: la salud. Ya no se habla sobre el oso polar o sobre el orangután, que son absolutamente referentes como especies emblemáticas. Se habla de que la biodiversidad es nuestro paraguas frente a lo que más se está hablando durante todo este año y que además hoy nos lleva a estar en una mesa redonda hablando con mascarilla, que es la cosa más horrible que puede estar pasando en un ámbito. Pero hay otro aspecto, y en ese sí que tenemos que seguir haciendo muchísima incidencia. Y es que esto de la biodiversidad parece que es en las selvas de Sumatra, en el Amazonas, en el África.
Habría que recordar que la biodiversidad es España y que somos uno de los 25 hotspots de biodiversidad del planeta, que somos los que más aportamos reserva de biosfera de todo el planeta, que somos los terceros del mundo con más humedales Ramsar, que representamos la mayor superficie dentro de la red ecológica de espacios naturales protegidos más grande del planeta, que es la Red Natura 2000.
Por tanto, no tenemos que irnos a pensar en los pangolines, que es un bicho tan lejano y que esa es la biodiversidad, y que pasa en Asia y con los que los chinos han hecho con la biodiversidad. No, aquí tenemos una responsabilidad brutal con todo lo que tiene que ver con la conservación de la biodiversidad. Somos un referente a nivel europeo y a nivel mundial. Tenemos que hablar de biodiversidad y tenemos que ligarlo, además, en la salud de todas las especies que hay en el planeta, y la que más nos importa, que es la nuestra. Y que seamos capaces de conservar esa biodiversidad, hacer políticas activas, hacer proyectos contundentes de conservación. Ligar los fondos de recuperación verde al cambio de modelo, a la conservación.
Ya anunciaba el presidente el Gobierno. El 12,2% para temas de ecosistemas resilientes, para infraestructuras resilientes, no lo habíamos escuchado nunca. Es verdad que se podría hacer mucho más. El 37% para toda la transición ecológica podría ser el 50% o incluso más. Realmente necesitamos y queremos ver esos cambios. Pero tenemos un escenario que a mí, desde luego, me invita a un cierto optimismo dentro del drama que nos rodea. Me parece que ligar biodiversidad y salud nos va a ayudar y decir que la biodiversidad somos nosotros. No es lo que deja de hacer Bolsonaro, sino lo que hacemos nosotros. Nosotros tenemos una responsabilidad trascendental.
Moderador Arturo de Larena:
Sin embargo, cada año se ocupa solo en la Unión Europea, mil kilómetros de territorio por viviendas, infraestructuras de transporte. ¿Vamos a ser capaces de poner límite a esa depredación del entorno?
Juan Carlos Atienza:
No. Uno de los problemas que tiene la biodiversidad es que la mayoría de la gente no la percibe. Como mucho, puedes tener un gorrión menos al lado de tu casa, pero no es una cosa que se perciba fácilmente. Y eso es un problema para comunicar. De hecho, recientemente se ha presentado debida , ha presentado un documental espléndido donde lo que mira es la pérdida que ha habido durante su vida. El que ha tenido una vida tan excepcional que ha podido viajar a tantos sitios, que ha podido hacer tantos documentales y todo lo que se ha perdido.
Y ese es un problema de comunicación grande que tenemos, que la gente no es capaz de de percibir en su día a día esta pérdida de biodiversidad. Ahí tenemos un problema. Otro problema que no hemos sabido transmitir —ni desde las ONG ni desde las administraciones— es que la crisis de biodiversidad es tan perjudicial y dañina para el ser humano como el cambio climático. Realmente nos dirigimos a toda velocidad a un precipicio y da igual si —con eso nos salvamos de los problemas del cambio climático— en vez de tirarnos a 200 por hora nos tiramos a 50 por hora. Nos vamos a matar igual.
Hay que transmitirle a la gente que la pandemia es una gran ola y el cambio climático una segunda gran ola. Pero también lo es la pérdida de biodiversidad. Los científicos, al igual que nos dicen que tenemos 10 años para intentar eliminar las consecuencias más dañinas que podría tener para nosotros los seres humanos, pues también nos están diciendo que tenemos 10 años para que algunos de los ecosistemas más importantes y que nos dan unos servicios ecosistémicos ya no sean funcionalmente viables. Y exactamente, tenemos el mismo reto y el mismo tiempo para hacerlo. Tenemos que ser capaces de transmitirlo.
Estamos en un momento clave. Tenemos una política europea, el pacto europeo, y estamos forjando unos acuerdos a nivel mundial para conservar la biodiversidad, pero es que ahora mismo vamos a tener 750 billones de euros. Los billones son 9 ceros detrás del 750, para que hacer un cambio radical en tres años. Un cambio radical en la Unión Europea, un cambio radical en España y en nuestras comunidades autónomas. Ese dinero lo tenemos que aprovechar bien y lo tenemos que aprovechar en eliminar las mayores de las amenazas que tenemos: la pandemia, la crisis económica, la crisis de biodiversidad.
Tenemos que tomar decisiones muy importantes en cuestión de 6 meses. Los próximos Presupuestos Generales del Estado ya tienen 27.000 millones de euros de este fondo. No podemos perder paso y tenemos que hacerlo. Y no nos va a dar tiempo a comunicarle a todo el mundo la importancia de la biodiversidad. Tendremos que hacérselo a nuestros dirigentes y los que van a tomar las decisiones.
Enrique Segovia:
Quiero incorporar algunos elementos más. Es cierto que la biodiversidad es la María de la comunicación. Yo creo que el nombre de biodiversidad le ayuda muy poco. A los biólogos nos encanta, nos fascinan Edward Willson y sus libros. Pero a la gente la palabra biodiversidad le suena a una cosa muy rara.
Yo creo que en ese sentido nosotros cada vez hablamos más, y a mí me gusta hablar más, de naturaleza porque es más emocional y llegas a la gente. Segundo elemento, cuando hablas de naturaleza, hay que explicarle a la gente que la naturaleza es lo que le permite levantarse todas las mañanas, acostarse por las noches, lo que le permite vestirse, comer, respirar, lo que ve, lo que le permite hacer su actividad cotidiana, incluso su vanidad, la vanidad que tenemos. Cada uno sale de la naturaleza.
Y si los economistas no se lo creen, deben saber que la mitad de la riqueza mundial anual proviene directamente de los recursos naturales, de la naturaleza. La otra mitad son flujos financieros. Entonces, tenemos que entender que la naturaleza está en el sustrato de nuestras sociedades. Necesitamos los bosques, los ríos, los mares, etcétera, para poder funcionar y para poder hacer esas actividades. Sin embargo, nos hemos desligado completamente de la naturaleza.
Hemos creído que podemos funcionar sin respetar la naturaleza. Por llegamos a esta situación. Cambio climático y pérdida de biodiversidad son las dos caras de la misma moneda. La biodiversidad será más afectada por el cambio climático. Y si no protegemos y conservamos la naturaleza, no vamos a poder salir de la crisis en que nos está metiendo: el cambio climático. Y por último, recalcar que es el momento.
Llevo 30 años trabajando para encontrar un momento en el que verdaderamente veamos que podemos dar ese cambio y para eso hay que dejar también de impactar gravemente en los sistemas naturales.
Moderador Arturo de Larena:
No tienes la sensación de que la pandemia ha hecho que el homo urbanos vuelva la vista hacia hacia el campo, que el confinamiento nos ha llevado a valorar la España vaciada. Ese gran problema que tenemos de concentrarnos en grandes núcleos de población y de pronto darnos cuenta que tenemos ahí los pueblos de nuestros padres. Como la gran esperanza para trabajar y vivir.
Úrsula Holderlin ha dicho que la recuperación estará marcada por la tecnología y el P acto verde, por la naturaleza, por la lucha contra el cambio climático, aunque ahora pareciera un poco locura. Quizás nos hemos dado cuenta de que habíamos dado la espalda demasiado fuerte a nuestro entorno.
Enrique Segovia:
Has hablado del Homus urbano, del urbanita. El urbanita tiene una concepción de naturaleza que lo más avanzado es un parque. Un bosque y un parque son dos cosas radicalmente distintas. Hay que respetar el ritmo de la naturaleza y su funcionamiento. El funcionamiento del ser humano en esos entornos naturales, sus sistemas agrícolas, ganaderos, etcétera. No traslademos nuestro modo de vida urbano al medio rural. Me ponga usted el 5G y cuando me asome a la ventana en vez de la casa de enfrente, voy a ver un campo de trigo. Sin entender absolutamente nada de lo que está pasando. Se nos abre una esperanza. Ahí es que tenemos no sé qué porcentaje el 80% de nuestro territorio, con una densidad de población muy pequeña y hay mucho territorio para hacer cosas muy interesantes y recuperar la naturaleza.
Moderador Arturo de Larena:
Decía Enrique que la naturaleza tiene que llegar a la gente y, en este caso, también al consumidor, desde vuestras acciones como empresa de apuesta por la responsabilidad social corporativa o esas acciones de recuperación de humedales de los que hablabas antes. ¿Tenéis feedback por parte de vuestros clientes de cómo valoran esas iniciativas, de esa preocupación empresarial por estas cuestiones?
Mauricio Domínguez Adame:
Pues sí, tenemos un feedback muy positivo. Nosotros las acciones de protección de la naturaleza las tenemos integrada dentro de nuestra estrategia de negocio. La sostenibilidad es supervivencia del negocio. Y sin negocio no hay empleo, no hay riqueza, no hay aportación a la comunidad. Lo que pasa es que nosotros somos primero de hacer y luego de contar. Y bueno, puedo ponerte el ejemplo de del impacto que ha tenido el poder del sol para elaborar cerveza, como nuestro último ingrediente secreto. Y todo ello vinculado a la construcción de la planta fotovoltaica en el Andévalo de Huelva, que va a dar cobertura de electricidad solar a nuestra cuatro fábricas y oficinas en Madrid y en Sevilla. La repercusión y la reacción que ha tenido ha sido muy positiva e incluso sorpresiva. No pensábamos que iba a tener tanta repercusión.
La sociedad está demandando productos mucho más vinculados con la naturaleza y nosotros, fundamentalmente, actuamos desde nuestra cadena de valor, que es lo que nos permite acciones más impactante y más positivas. No trabajamos este aspecto de una forma altruista o filantrópica. No. Actuamos desde nuestra cadena de valor. Incorporamos la naturaleza tanto como una solución a los problemas que tenemos, como hemos comentado del agua, como cuando buscamos que nuestras materias primas provengan de agricultura sostenible. Actualmente tenemos un índice de un 30% y esperamos elevarlo al 60%. Cuando adquirimos cartón buscamos que provenga de silvicultura sostenible, para respetar la diversidad asociada a los bosques.
Moderador Arturo de Larena:
Me gustaría que nos pusierais sobre la mesa de diálogo algún caso de éxito que sirva de inspiración a otras empresas, a políticos, a la sociedad civil. Pero antes Juan Carlos quería hacer una intervención.
Juan Carlos Atienza:
La sociedad cada vez demanda más productos respetuosos con la naturaleza y con el medio ambiente. Al respecto, quiero decir que que en muchas ocasiones nos da la sensación de que se está poniendo demasiado peso en el ciudadano. Evidentemente, cada uno de nosotros tiene su responsabilidad, pero acompasado con las políticas. Muchos ciudadanos no pueden comprar productos ecológicos porque son más caros, aunque sea mejor para el medio ambiente. Aunque, en realidad, uno que utiliza fertilizantes o insecticidas sea peor para el planeta y para en nuestro país, que luego requiera más desembolso público. Y de alguna manera lo que necesitamos es internalizar todos estos costes ambientales en los productos para que la gente pueda tener acceso. Es decir, no tiene que ser una moda para ricos, sino que lo ecológico tiene que llegar a todo el mundo.
Podemos intentar luchar por salvar cada una de las especies, que así lo hacemos administraciones u ONG como CamHerp-CBF o como SEOBirdlife. Pero eso ya no vale. Ni siquiera nos vale el paso que habíamos dado de intentar mejorar las políticas sectoriales. El reglamento de agua, el reglamento de agricultura. Tampoco tenemos que ir a la raíz del problema, que es el modelo de producción y consumo. Los estilos de vida de la gente.
Mientras que el status de la gente dependa del número de metros cuadrados de su piso o de su vivienda, del volumen de agua que tenga su piscina, de la cilindrada que tenga su coche, no hay nada que hacer. Mientras sea de pobres no comer proteínas animales para desayunar, de tentempié para comer y para cenar, un estilo de vida que nos han vendido y hemos comprado, pero que nos está llevando a la destrucción y tenemos que cambiar.
Es ahí donde tenemos que ir. Y requiere cambiar el modelo fiscal, el sistema económico. No quiere decir que no vamos a tener empresas ni trabajos, sino que tendremos que seguir unas reglas que nos permitan convivir en armonía con la naturaleza. Mantener una calidad de vida alta, pero que se definirá de otra manera.
Moderador Arturo de Larena:
Hemos consumido casi 45 minutos de este diálogo. Nos quedan todavía 15 más. Comentaba Juan Carlos que realmente hace falta una revolución en el caso del cambio climático. Siempre se ha dicho que la solución pasaba por el cambio del modelo energético. En el caso de la biodiversidad también parece que pasa por el cambio del modelo de producción y consumo. No sé si estáis de acuerdo. En cualquier caso, sí que quería lanzarle una pregunta a Ignacio…
Porque España es un país con muchos kilómetros de costa, casi siempre hablamos de probablemente de la biodiversidad terrestre, más cercana que está no suficientemente regulada y protegida. Pero todavía sigue pendiente la protección de la biodiversidad marina, fuente de riqueza en mucho aspectos. Desde la Fundación Biodiversidad, además, coordináis uno de los grandes proyectos integrados de la iniciativa de la Unión Europea, que es Life Intemares. ¿Nos podías contar algo más sobre esta gran iniciativa y cómo puede ayudar a la conservación de ese patrimonio biodiverso marino?
Ignacio Torres:
Si el proyecto Intemares, que tenemos el reto y el privilegio de coordinar, además, con socios tan potentes como WWF Sea Overlay. Evidentemente, la autoridad competente en la gestión de la Red Natura 2000 del medio marino, con el sector pesquero, también muy claro a través de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores y el sector científico, que también está apostando por una investigación aplicada muy relevante en el medio marino, lo que pretende es que seamos capaces de gestionar los espacios que se van declarando en alta mar, en mitad del océano, de una forma eficaz, de una forma basada en la ciencia y, además, con la participación de todos.
Si no es en el marco de consenso, no existe una forma de vigilancia que seamos capaces de controlar qué está pasando lejos de la costa. Es absolutamente relevante que los que estamos aquí en tierra, además alejados del mar, sepamos que lo que ocurre en el mar es absolutamente importante y trascendental para los que estamos en tierra. Y al revés, que lo que estamos haciendo en tierra tiene unas repercusiones de gran impacto de lo que ocurre en el mar. Lo que hemos hecho hasta ahora es un proyecto que dura ocho años. Estamos a punto de alcanzar el ecuador del del proyecto: generar varias fórmulas de colaboración.
Conseguir que los planes de gestión se hagan en el marco de procesos de procesos participativos, generar una mayor capacitación en los gestores de estos espacios. Hemos crecido, gracias a un proyecto previo, desde el 1% por ciento que teníamos a mediados del 2011 ahora el 12% de nuestras aguas jurisdiccionales están protegidas. No deben ser figuras de protección que sean muy lejanas, tienen que ser protección real y eficaz de los valores de biodiversidad que albergan, y los bienes y servicios que nos pueden promover. Además, ahora tenemos un reto muy importante: llegar hasta el 30% de protección par el año 2030 y que el 10% de todas esas regiones sean zonas sin actividad humana, que es un paso más allá en la gestión del mar. En las diferentes regiones y mares, un 10% debe ser absolutamente intocables desde el punto de vista de las actividades humanas.
Moderador Arturo de Larena:
Ese objetivo de 2030 está marcado en la nueva estrategia de biodiversidad de la Unión Europea. Es un objetivo alcanzable porque la Unión Europea quiere liderar precisamente ese movimiento mundial de conservación de la diversidad biológica. Y además lo quiere hacer con el mensaje de que invertir en naturaleza es invertir en desarrollo económico y que, además, es rentable para el mundo de la empresa.
Ignacio Torres:
Lo hemos asumido en España en la declaración de emergencia climática del Gobierno. Fue uno de los aspectos clave que en la emergencia climática y ambiental, hace aproximadamente un año y medio, declararon. En el marco del propio proyecto vamos a llegar entre el 15% y el 18% dentro de tres años. Estamos haciendo un mapeo del análisis de las insuficiencias de declaraciones en todos nuestros mares. Tengo la absoluta seguridad de que vamos a alcanzar ese 30%. El objeto, además, es hacer una gestión superefectiva. Tenemos que involucrarnos mucho todas las administraciones del Estado y tiene que ser en el marco de mucha participación.
Moderador Arturo de Larena:
¿Invertir naturaleza es invertir en desarrollo económico? ¿Es rentable para para las empresas?
Mauricio Domínguez Adame
Nosotros estamos totalmente de acuerdo con ese planteamiento. Miramos la naturaleza como nuestra estrategia de sostenibilidad. Y somos un producto totalmente natural que subsiste gracias a la agricultura y al agua. Lo único que hacemos es transformarla en una bebida. La naturaleza está totalmente integrada en nuestra estrategia de sostenibilidad y pensamos en el largo plazo pensamos realmente en la supervivencia de la compañía. Si no disponemos de agua con calidad suficiente, no podríamos elaborar cerveza.
No me gustaría terminar sin destacar la importancia que para nosotros tienen las ONG en el desarrollo de nuestra estrategia de sostenibilidad. Fundación Biodiversidad SEO BirdLife, como he mencionado, y también WWF Internacional que colaboramos a nivel global para evaluar los riesgos del agua en toda nuestra huella operativa a nivel mundial. Yo creo que su papel es determinante. Iniciativas como la Fundación Biodiversidad, que ponen en común a la empresa y transmiten todo un mensaje que van calando y se van integrando sucesivamente en la compañía, son absolutamente necesarios. Yo he querido tener algunos ejemplos de cómo apoyándote en la propia naturaleza eres capaz de resolver problemas importantes, como el del agua. Yo creo que estos mensajes hay que difundirlo y potenciarlo. La solución está en la propia naturaleza.
Moderador Arturo de Larena:
Crear alianzas, compañeros de viaje para conseguir el bien común. Desde el mundo de las organizaciones conservacionistas lleváis muchos años peleando, clamando en el desierto y parece que por fin se os está empezando a escuchar. ¿Hay razones para el optimismo o todavía tenemos que mirar un poco de reojo y no bajar la guardia?
Enrique Segovia:
Claro, hay razones para el optimismo. Estoy muy de acuerdo con lo que ha dicho antes Juan Carlos. Necesitamos cambiar el modelo de producción y consumo, pero sobre todo de alimentos. Hay que reducir el consumo de energía y hay que dejar de quemar cosas para producir energía. Y eso se lo podemos contar a la gente. Es relativamente fácil. También tenemos que hacer algo parecido con la forma de producir y consumir alimentos. No podemos desayunar todas las mañanas proteína que proviene de unos animales que están metidos en una granja, que los estamos alimentando con soja, que proviene de la deforestación del Amazonas. No podemos hacer eso. Es suicida. Como especie, como planeta y como sociedad es absolutamente suicida. Tenemos que cambiar la forma de producir y de consumir alimentos.
Es una labor que nos afecta a los ciudadanos, a las empresas y que afecta claramente a las administraciones públicas. Juntos, cada uno con su nivel de responsabilidad y su papel, tenemos que avanzar. Somos optimistas en el sentido de que es el momento y de que tenemos una fecha límite. Diez años. En ese tiempo tenemos que da una vuelta lo más rápidamente posible a la producción y al consumo de alimentos. Entrar en una senda que nos permita adaptarnos. Si no, nos metemos en un futuro mucho más incierto del que tenemos por delante.
Moderador Arturo de Larena:
Es el turno de Juan Carlos. Me gustaría que lanzase algún caso de éxito que sirva de inspiración a los distintos actores, sea el mundo de la política, de la economía o del deporte.
Juan Carlos Atienza:
Antes hablabas de clamar en el desierto. Yo creo que en realidad las ONG no somos más que los altavoces de lo que dice la ciencia. En realidad, lo que hemos venido haciendo desde hace mucho tiempo es leyendo los artículos científicos, hablando con los científicos y diciendo lo que dice la ciencia, que es lo que al final hace avanzar a la sociedad. Lo que pasa es que muchas veces nuestras administraciones no le hacen caso a la sociedad. No tienen estructuras ni los tienen integrados en sus tomas de decisiones.
Entonces, lo triste no es que no les hicieran caso a las ONG, sino a los que tienen los datos y saben analizarlos. Eso es lo grave. Las ONG lo que hacemos es divulgar ese trabajo técnico. Transmitir a la sociedad y a las administraciones la información que tenemos. Entonces, creo que ahí tenemos una gran labor de gobernanza por hacer, que realmente las administraciones tomen las decisiones de forma informada y con la mejor información disponible. Y esa es la que provee la ciencia.
Casos de éxito. Podríamos decir muchos. Desgraciadamente hemos tenido más derrotas y muchos más ejemplos negativos que positivos. Positivos también hay muchísimos. Podemos ir a todos los espacios protegidos, por ejemplo, que la gente muchas veces observa como limitaciones. Pero, en realidad, las reservas que se han hecho en el mar han generado muchísima más pesca alrededor. O sea, todas estas zonas intocada, las que estamos hablando, de las que tenemos un 10% de las reservas marinas. Al final será pesca para nuestros pescadores.
No se ha demostrado, por ejemplo, que los espacios protegidos han ayudado a proteger las especies amenazadas. Las listas de especies amenazadas han permitido que esas especies tengan una tendencia mejor que las que no estaban protegidas. En general, las políticas de conservación no han dado todos los frutos deseados, pero sí se han mostrado muy positivas. Lo que tenemos que hacer es apoyarlas mejor y, sobre todo, no torpedearlas con otras políticas.
Moderador Arturo de Larena:
Mauricio Un caso de éxito y ya vamos avanzando. Además, una reflexión.
Mauricio Domínguez Adame:
Como caso de éxito me gustaría señalar nuevamente el acercamiento de las ONG y la comunidad científica al mundo de la empresa y buscar ese apoyo que creo que es absolutamente necesario. Y como ejemplo muy concreto, yo creo que es un éxito la concienciación que se ha producido en nuestra sociedad en general hacia la especie exótica invasora que antes se veía como un divertimento o un animal o una planta exótica y como pues acaba eliminando prácticamente la biodiversidad local. Como reflexión final. Bueno, yo soy optimista, pienso que la pandemia, pues al final traerá una serie de aprendizajes. Yo creo que entre los aprendizajes está la defensa de una vida mucho más sostenible, más basada en la naturaleza. Yo creo que este cambio viene para quedarse y que vamos hacia una economía mucho más circular y verde en el futuro.
Moderador Arturo de Larena:
Ignacio, caso de éxito, de reflexión…
Ignacio Torres:
Pues cuando la especie que más nos interesa de entre todas las que volamos la tierra nos ponemos a trabajar, somos capaces de darle la vuelta bastante a cualquier situación y tenemos casos de éxito. Por ejemplo, con especies superamenazadas, como ha sido el águila imperial, el oso pardo, el lince, que tenían unas situaciones dramatiquísimas a nivel poblacional en España y hemos sido capaces de revertir. Pero son ejemplos que ahora mismo ya tampoco nos valen, porque le va muy bien al Águila Imperial y le va muy bien al oso pardo Cantábrico, y le va muy bien al lince, pero a la biodiversidad le va fatal.
Con lo cual, esas especies que han sido habitualmente especies emblema, banderas en las que hemos focalizado todo nuestro esfuerzo, no nos sirve ya para hacer ese cambio de modelo, de cambio de producción, esa transición, esa ligazón, entre biodiversidad y cambio climático que tenemos que generar. Por tanto, tenemos que hacer un cambio de modelo de pensamiento.
Como reflexión final, normalmente hablamos para convencidos, los trecientos y pico de personas al otro lado de las cámaras, seguramente son convencidas. Lo que tenemos que hacer ahora es conocer que es el momento de sumarnos y entre todos buscar grandes alianzas, que evidentemente tienen que involucrar a todas las partes de la sociedad para que seamos capaces de cumplir este momentum que tenemos ahora, este gran reto que es ahora y que antes decíamos era un abismo en un terraplén por el que estamos bajando.
Moderador Arturo de Larena:
Enrique, el momento es ahora. Un caso de éxito, una reflexión final, porque nuestro tiempo se agota.
Enrique Segovia:
Casos de éxito y han sido varias. Yo voy a poner uno que es muy cercano a la población urbanita: Madrid-Río. Con unas medidas muy sencillas, dejar que fluya el agua y algunas otras cosas más se ha conseguido recuperar el Manzanares a su paso por Madrid. Dejó de ser un sitio con aguas estancadas que olía mal a un sitio donde fluye el agua. Hay vegetación natural y hay una cantidad de especies viviendo y reproduciéndose. Me parece que es un éxito muy sencillito que demuestra que con pocas cosas se puede conseguir mucho.
Y esto es parte también de mi reflexión final. Necesitamos cambios sistémicos, por supuesto, y eso va a requerir recursos, fondos y unos cambios importantes. La naturaleza es muy agradecida, muchas veces con dejar de impactar en ella, se recupera. Entonces, tenemos que dejar de impactar tanto en la naturaleza para salir de esta situación.
Moderador Arturo de Larena:
Nos quedamos con esa idea. Nuestro tiempo se agota, nos van a permitir terminar con una reflexión final. La biodiversidad ha sido siempre el escudo protector de la humanidad. Desde el punto de vista epidemiológico y la pérdida constante de poblaciones de especies, en todo el planeta está mermando de forma sistemática la capacidad de los ecosistemas de regulares a epidemias. La frase no es mía, es de un investigador. Antes hablábamos de la importancia de la ciencia. José María Fernández Palacios, catedrático de Ecología de la Universidad de La Laguna, y uno de los firmantes la semana pasada de un manifiesto en el que pedía a los distintos países ayudar a doblegar la curva de la pérdida de biodiversidad.
Por nuestra parte, hemos terminado este debate y damos las gracias a Cambio16 por embarcarse en la aventura de organizar este segundo congreso. Los medios de comunicación deben apostar por la información medioambiental, por la información de servicio público
Quiero dar las gracias a los cuatro panelistas, cuatro influencers de la cosa verde que decíamos al principio: Enrique Segovia del WWF, Juan Carlos Atienza de SEOBirdLife, Ignacio Torres de la Fundación Biodiversidad y Mauricio Domínguez.
Por mi parte, nada más y emplazarles a un tercer Congreso Internacional de Conservación de la Biodiversidad, en el que esperamos que la conservación haya avanzado y estemos en una situación mejor, y sin confinamiento.
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