El Comité Europeo para la Prevención de la Tortura y de las Penas o Tratos Inhumanos o Degradantes emitió un comunicado en el cual exhorta a la Generalitat a interceder y prohibir los maltratos que reciben los privados del libertad en las cárceles en Cataluña.
El informe fue elaborado con la información recabada en septiembre de 2018. Ese año, representantes del Comité visitaron las prisiones catalanas. En específico, el documento solicita a las autoridades suprimir el uso de la fijación de correas para atar a prisioneros agitados a las camas.
El comité considera que recurrir a la fijación mecánica en las prisiones incumple las medidas legales pertinentes.
La Generalitat lo expone como «último recurso»
El Departamento de Justicia de la Generalitat, órgano del cual dependen los centro penitenciarios de la región, explica que este método se usa solamente «como último recurso» cuando los internos están muy agresivos.
Aunque el informe del comité señala que se ha producido una ligera disminución de los casos, afirma que la práctica de fijar a los reclusos debe terminar. Además, sostiene que esta práctica causa graves daños físicos a los privados de libertad.
Asimismo, expresa preocupación por la medicación forzada de los presos. Esta es otra práctica que se realiza en las cárceles catalanas.
Maltratos en las prisiones catalanas
«En los cuatro establecimientos penitenciarios visitados (Brians 1, Mas d’Enric, Ponent y Wad-Ras), hemos recibido varias denuncias de malos tratos físicos a los reclusos por parte de los funcionarios de prisiones.
En particular, en la prisión de Brians 1 los maltratos consistían en bofetadas, puñetazos y golpes con porras.
El informe del comité señala que la Generalitat debe «adoptar nuevas medidas para promover un régimen más individualizado de los privados de libertad».
Igualmente, pide a las autoridades catalanas que adopten medidas para desarrollar un enfoque de género. Es decir, que tengan en cuenta las necesidades y vulnerabilidades biológicas de las mujeres.
Finalmente, el Comité solicita que los procedimientos de admisión en las prisiones de Wad-Ras en Barcelona, Brians 1 y otros centros con reclusas tengan en cuenta las necesidades específicas de género, «incluida la detección de abusos sexuales u otras formas de violencia de género infligidas, antes del ingreso».
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