La violencia brutal contra mujeres y niñas en Nigeria la han documentado y denunciado organizaciones de derechos humanos, en al menos los 2 últimos años. Pero, una investigación de la agencia Reuters, tiene conmocionada a la opinión internacional, al señalar que el ejército de Nigeria ha llevado a cabo un programa masivo de abortos forzados en al menos 10.000 mujeres desde 2013.
El informe muestra que la Séptima División ha sometido por la fuerza a abortos químicos o quirúrgicos a decenas de miles de mujeres violadas por insurgentes islamistas. Como Boko Haram y el Estado Islámico -Provincia de África Occidental (ISWAP), un autoproclamado «califato» regional del EI.
Los soldados involucrados en el programa de abortos forzados dijeron que el motivo del programa era que los niños por nacer están «predestinados» a convertirse en insurgentes como sus padres. Por lo que el gobierno debe «destruir (a esos) combatientes insurgentes antes de que nazcan».
Otro argumento de cuatro de los trabajadores de la salud entrevistados por Reuters es que el programa busca el bien de las mujeres y de los niños que pudieran tener, ya que serían estigmatizados. Incluso en sus familias, por la asociación con un padre insurgente.
La agencia verificó que el ejército nigeriano ha golpeado y obligado a mujeres, algunas de tan solo 12 años, a abortar en las condiciones más insalubres. Bintu Ibrahim, una mujer que se sometió a uno de esos abortos forzados, dijo: «Si me hubieran dejado con el bebé, yo lo habría querido».
Horror: abortos forzados en Nigeria
El caso de otra mujer, el de Fati, fue secuestrada, golpeada, violada regularmente y casada a la fuerza con tres extremistas islámicos sucesivos. Según testimonios de víctimas y soldados nigerianos, la horrible experiencia de Fati es la norma para las mujeres capturadas por Boko Haram e ISWAP.
Después de años de repetidas torturas y violaciones a manos de militantes yihadistas, Fati fue rescatada por el ejército nigeriano para luego ser sometida a un aborto químico forzado durante el cual experimentó un «dolor fulgurante». Ella estuvo rodeada de otras mujeres que habían tenido abortos similares. Aunque la interrupción de los embarazos es condenado enérgicamente en el país.
Un factor agravante es el hecho de que los abortos son muy mal vistos en Nigeria, tanto en el sur, predominantemente cristiano, como en el norte, predominantemente musulmán. También es ilegal, excepto para salvar la vida de la madre. En el norte, cualquier persona declarada culpable de participar en un aborto, incluida la mujer, puede ser acusada de un delito y condenada a 14 años de prisión o al pago de una multa.
Causar la muerte de una mujer al realizar un aborto sin su consentimiento también se castiga con cadena perpetua en el norte. Reuters no pudo determinar con qué frecuencia los abortos resultan en cargos penales.
Los abortos forzados también pueden constituir una violación del código de conducta del ejército nigeriano. La versión disponible públicamente más reciente, publicada en 1967, establece que «las mujeres embarazadas bajo ninguna circunstancia deben ser maltratadas o asesinadas».
Como era de esperar, todos los oficiales entrevistados negaron el programa y afirmaron que era imposible que tal horror hubiera ocurrido en el país. Pero el informe de Reuters se basa en decenas de testimonios y documentos que así lo evidencian.
ONU pide exhaustiva investigación
Estas revelaciones, como era de esperar, han causado un enorme revuelo en Nigeria. No sólo por la brutalidad de los hechos, sino porque los abortos son ilegales según las leyes de Nigeria. Extraña a muchos que sea el Ejército nigeriano quien haya llevado a cabo semejante procedimiento. Es más, las leyes nigerianas condenan a quien suministre el aborto a 3 años de prisión.
En ese sentido, la ONU exigió al gobierno de Nigeria que investigue la campaña llevada a cabo secretamente por el ejército del país para obligar a abortar a unas 10.000 mujeres y niñas que habían sido rehenes de grupos yihadistas. Reuters sostuvo que se trató de una «campaña sistemática» practicada en secreto desde 2013 en la región del noreste del país. La más sometida a la violencia de grupos yihadistas.
El portavoz de la ONU, Stéphan Dujarric, no confirmó los hechos, pero dijo que el informe era «perturbador». Y obligaba al gobierno a «investigar a fondo» su contenido y «asegurarse de que hay rendición de cuentas» si se demuestra su veracidad.
Mientras tanto, el ejército nigeriano rechazó el contenido del informe antes incluso de que se hiciera público. Uno de los portavoces del Ejército, Jimmy Akpor, refirió que es «un informe falso, un insulto contra los pueblos y la cultura de Nigeria». Porque «el ejército nigeriano nunca contemplará la opción malvada de ejecutar un programa de aborto sistemático e ilegal».
Condenan acciones delictivas y crueles
Amnistía Internacional mostró su preocupación por los supuestos abortos forzados que el Ejército de Nigeria realizó al menos a 10.000 mujeres y niñas que habían sido rehenes de grupos yihadistas en el noreste del país.
«AI está profundamente preocupada por las conclusiones de una investigación de Reuters que reveló cómo el Ejército nigeriano ha practicado abortos clandestinos, sistemáticos y forzados. Interrumpiendo al menos 10.000 embarazos de mujeres y niñas», señaló la ONG.
Dichos abortos pueden ser equivalentes a delitos «de tortura y de trato cruel, degradante e inhumano», añadió.
La organización defensora de los derechos humanos pidió a las autoridades nigerianas que investiguen «de manera inmediata, exhaustiva e imparcial» esos presuntos abortos. Y lleven hasta la justicia a todos los responsables, y proporcionen «reparaciones» a las víctimas.
«Nigeria, como un Estado firmante de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CETFDCM), es responsable de los actos de violencia de género de sus funcionarios. Incluidos los del Ejército», indicó Amnistía.
El noreste de Nigeria es blanco de ataques de Boko Haram desde 2009. Una violencia que se agudizó a partir de 2016 con la aparición de su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP).
Ambos grupos buscan imponer un Estado de corte islámico en Nigeria. Boko Haram y el ISWAP han matado a más de 35.000 personas y han causado unos 2,7 millones de desplazados internos, sobre todo en Nigeria, pero también en países vecinos como Camerún, Chad y Níger, según datos gubernamentales y de la ONU