A la misión enviada por Josep Borrell a Caracas para tratar de que pospusiera seis meses las elecciones parlamentarias programadas para diciembre, le han salido al paso dos frentes de oposición. Por un lado, la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso aprobó “condenar las violaciones de los derechos civiles y democráticos del régimen dictatorial” de Nicolás Maduro. Y por el otro, el Grupo del Partido Popular Europeo (EPP Group) pidió “explicaciones” al Alto Representante de Política Exterior de la UE sobre su actuación a espaldas de las directivas del bloque en relación con la dictadura que impera en Venezuela.
Todos los puntos confluyen en tiempo y espacio, ¿pero apuntan en sentidos contrarios? A esta conjunción de eventos se une el demoledor informe de la Misión de Naciones Unidas, que señala directamente a Maduro como responsable de crímenes de lesa humanidad.
En sus páginas se inscriben, fundamentados, casos de asesinatos, secuestros, detenciones arbitrarias, testimonios de violencia sexual, torturas, tratos crueles y degradantes. Además de violaciones reiteradas del debido proceso.
Un grupo de la UE viajó a hablar con la dictadura de Maduro
Borrell, entretanto, insiste en que las elecciones legislativas en Venezuela cuenten con los requisitos democráticos mínimos. Esto, con la vista puesta en remitir un grupo de observación electoral de la Unión Europea si se aplazan las elecciones. No si cambia la situación venezolana.
El diplomático español reitera que trabaja «por una solución negociada para Venezuela». Dice contar con el apoyo del Grupo Internacional de Contacto (GIC). Así como del dirigente opositor Henrique Capriles, que hace fila aparte a la mayoría que lidera Juan Guaidó, y pide igualmente diferir los comicios para marzo 2021.
Por su parte, el Gobierno de Donald Trump se niega a aceptar unas elecciones legislativas organizadas por el actual régimen, aunque estas sean aplazadas. Y se ha mostrado muy crítico con cualquier intento de la UE o sus países miembros de negociar una fecha con el chavismo.
La Subsecretaria Adjunta de Estado de EE UU, Carrie Filipetti reiteró el apoyo a Guaidó en su intento de anular estas elecciones si las convoca el régimen y sin que salga antes Maduro del poder.
Mientras, la misión subrepticia de la UE estará en Venezuela hasta el lunes. La representación está integrada por el vicesecretario general de Asuntos Exteriores, Enrique Mora, y el director para América del Servicio Europeo de Acción Exterior, Javier Niño Pérez.
Borrell y el régimen de Maduro
La Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso aprobó este jueves una proposición no de ley sobre Venezuela, con los votos del PSOE, PP, Vox, Ciudadanos y PNV y la excepción de Podemos. La propuesta insta al Gobierno de España a vincular cualquier negociación o cooperación con Venezuela a la «demostración de avances en materia democrática y de respeto a los derechos humanos».
También exhorta al Ejecutivo a liderar en el seno de la UE «los esfuerzos internacionales para promover el Estado de Derecho. Asimismo, restaurar la democracia mediante elecciones democráticas, libres y transparentes en Venezuela cuando se den las circunstancias».
El pronunciamiento “insta a la elección de un Consejo Nacional Electoral por parte de la Asamblea Nacional para permitir que participen todos los partidos en unas elecciones parlamentarias. Pero también presidenciales y que sean libres, transparentes y verificables”.
Esa instancia del Congreso deja en claro el reconocimiento de España a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela.
Aunque del intenso debate se logró una aprobación mayoritaria al texto sugerido por el PP, de repudio al régimen de Maduro, los diputados manifestaron diversas opiniones sobre la forma de abordar el caso venezolano. Epicentro de debates y discusiones interminables, que no han dado con el cese pacífico a ese modelo comunista.
La portavoz del PP, Belén Hoyo, advirtió que España no puede «avalar una farsa de elecciones convocadas por un dictador». Ni «dar pie con silencios y medias tintas a legitimar la dictadura». Afirmó que «el camino no es el que toma Josep Borrell al enviar una delegación de observadores para blanquear el régimen de Maduro. El camino es seguir imponiendo sanciones personalizadas».
Actuación de la UE representa una posición debilitada
El Grupo del Partido Popular Europeo (EPP Group), envió una carta a Josep Borrell en rechazo a la comitiva enviada para hablar con el régimen de Maduro. “Estamos alarmados por las informaciones que recogen de la misión remitida a Caracas. Creemos que esta decisión representa un debilitamiento de las posiciones políticas de la Unión Europea con respecto al régimen venezolano».
Con esa actuación, indican los diputados firmantes, la “UE estaría ofreciendo a ese régimen una posible misión exploratoria como paso preliminar para otra de observación electoral. Esto, sin ninguno de los requisitos adicionales de un marco electoral adecuado”.
Como la liberación incondicional de todos los presos políticos, fin del acoso y la represión de partidos y líderes democráticos. El regreso de los políticos forzados al exilio, la composición imparcial de un Consejo Electoral Nacional como garantía del libre ejercicio del derecho de voto.
Así como el derecho al voto de los más de 5 millones de venezolanos que se han visto obligados a abandonar el país. Este es el segundo mayor desplazamiento de población en el mundo después del conflicto sirio.
En ese contexto, los parlamentarios que suscriben la misiva, entre ellos Manfred Weber, piden explicaciones a Borrel sobre su reciente actuación.
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